Este es uno de esos films que podríamos catalogar como "clásico" para alguna que otra generación que lo flipaba en technicolor en los 80. Pero en cambio a mí nunca me llamó demasiado. Había visto algún cacho haciendo zapping pero había algo que me tiraba para atrás.
Han tenido que pasar más de 20 años para que le diera una oportunidad, y debo decir que mi olfato no me engañaba. Willow me ha parecido un bluf.
Ron Howard, Lucas y Warwick Davis
Allá por los 80 George Lucas estaba tocando varios palos como productor y/o guionista, ya fuese en el terreno de personajes de cómic (Howard... un nuevo héroe), fantasías con duendes (Dentro del laberinto) o explotando hasta la saciedad su saga estelar (La aventura de los ewoks y La batalla del planeta de los ewoks), lo cual hacía casi normal que acabase montando algo alrededor del género de espada y brujería, pues en el fondo casi todas ellas bebían mucho del subgénero.
Aquí la cosa va de una raza de gente menuda llamada nelwyns que un buen día encuentran en el río a un bebé, a la que su madre a dejado a la deriva para evitar su muerte, ya que una malvada reina está deshaciéndose de todas las niñas recién nacidas temiendo que una profecía que anuncia su caída se haga realidad.
Un grupo de estos nelwyns deciden hacer una expedición para devolver al bebé con "la gente grande", ya que de lo contrario su pueblo corre peligro.
Como podemos comprobar el argumento, a la vez que trillado, tiene ciertas similitudes con El señor de los anillos pero con tintes bíblicos.
Idea nada descabellada, ya que, al parecer, el germen de la historia lo ideó Lucas a principios de los 70, algo parecido a lo que haría con Star Wars, es decir, coger elementos de varios géneros de sobra conocidos por el gran público y mezclarlo para que pareciese nuevo. Pero en los 70 Lucas todavía no había dado el salto definitivo al star system y Munchkins, como se tituló en un primer momento Willow, requería una fuerte inversión y unos efectos especiales que todavía no existían.
En los 80 la cosa era diferente, el tito Lucas ya era un magnate de la industria y su compañía, la ILM, había avanzado muchísimo, con lo que la película podía comenzar a cobrar vida.
El encargado de dirigirla no era otro que Ron Howard, que había debutado en la dirección con Turno de noche con bastante éxito en taquilla, al igual que sus siguiente proyectos (1, 2, 3... splash, Cocoon), el cual había conocido a Lucas en su etapa como actor juvenil durante el rodaje de American Graffiti.
Al film se le nota en demasía el toque Lucas, todo tiene un estilo demasiado ingenuo, el acabose es ese final que parece que sea imprescindible en cualquier proyecto salido de su mente. Todo ese rollo de la entrega de premios, medallitas y aplausos ya era sonrojante en Star Wars, pero aquí esta incluso puesto con calzador.
La película no fue precisamente un éxito. Después de un rodaje caro, en el que se usaron las últimas técnicas en efectos (como el morphing) y un montón de localizaciones que pasaban de Inglaterra a Nueva Zelanda (donde robaron los técnicos a otra producción más modesta, Navigator), acabó costando 35 millones, que se tradujeron en poco más de 55 millones de recaudación, algo lejos de lo que se esperaba de ella. Para hacernos una idea, films como Bitelchús, ¿Quién engañó a Roger Rabbit? o Los fantasmas atacan al jefe, funcionaron mucho mejor ese año.
Willow, según decían en la época, tuvo el handicap de ser demasiado infantil y simple para los adultos y demasiado oscura para los niños. Unas cualidades demasiado comunes en un buen número de films de los 80.
En cuanto a críticas la cosa fue algo peor. Se le acusaba de ser un refrito de Star Wars pero cambiando las naves espaciales por personajes y los rayos láser por encantamientos y conjuros. En el fondo la comparación tenía su lógica, Val Kilmer hace de una especie de caza recompensas tan cínico como chulo que bien podría ser Han Solo; la guerrera Sorsha no para de discutir con Madmartigan pese a que, en el fondo, se gustan, como pasaba entre Solo y la princesa Leia; la pareja de brownies ejercen de resorte cómico como lo hacían R2D2 y C3PO; el general Kael parece la versión medieval de Darth Vader y la reina Bavmorda cuaja perfectamente como el emperador.
Así pues, las comparaciones no iban del todo mal encaminadas.
El film no me ha gustado, me ha aburrido y me ha dado esa sensación de producto naif, en el que siempre sabes lo que va a pasar antes de tiempo. Por lo menos podemos contentarnos con ver en pantalla a un montón actores a los que solemos verlos en series B/Z maquillados hasta las trancas: Warwik Davis (Leprechaun, El retorno del Jedi), Billy Barty (El señor de los anillos versión Bakshi, Legend, Masters del Universo), Phil Fondacaro (Torok el troll, La pandilla basura), Tony Cox (El retorno del Jedi, La loca historia de las galaxias) o Kenny Baker (el R2D2 de Star Wars).
3 comentarios:
claro melón, te has esperado tanto tiempo para verla que has visto la película desfasada, a mi siempre me ha gustado.
claro melón, te has esperado tanto tiempo para verla que has visto la película desfasada, a mi siempre me ha gustado.
No te culpo, a mi no me gustó El padrino. Por eso permanezco anónimo.
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