Recuerdo que allá por principios de 2007 se habló bastante de esta peli en los círculos de fans de Twin Peaks. Básicamente por las referencias que parecía tener con la serie de Lynch & Frost. Y el primer contacto era a lo grande, con la rosa azul del cartel que remitía directamente a la que aparecía en Fuego camina conmigo.
Luego, cuando se estrenó, lo único que se decía de ella era que era mala
a rabiar. Y ahí se quedó congelada por el tiempo. Es más, aquí salió
directamente a DVD, y eso que estábamos en pleno auge de los desvaríos
varios de Lindsay Lohan, que, entre cura de desintoxicación y cura de
desintoxicación, intentaba hacer películas que la alejaran de su
etiqueta de chica Disney.
En un pequeño e idílico pueblecito americano ronda un psicópata que secuestra a chicas, las tortura y las mata. Aubrey, una de las chicas más prometedoras de la escuela, es secuestrada por el psicópata. Finalmente es encontrada con vida, pero cuando despierta en el hospital dice no ser la chica secuestrada pese a que las dos son idénticas.
Policía y médicos acaban pensando que está amnésica, pero ella jura y perjura que se trata de una striper.
No hay duda que los responsables han tenido muy en cuenta Twin Peaks: hay muchas lechuzas, la protagonista parece que no es la alumna modelo que aparenta, además de llamarse Aubrey, que fonéticamente se parece mucho a Audrey (Horne); la escena en la clase donde le comunican a la profesora que han encontrado a una chica muerta es calcada a cuando se da a conocer la muerte de Laura Palmer en el instituto.
Además de contar en el reparto con Julia Ormond y Bonnie Aarons, que habían coincidido con David Lynch en Inland Empire y que ese mismo 2007 salió en Surveillance (Vigilancia) de Jennifer Lynch, que años atrás realizó Mi obsesión por Helena, donde el tema de los amputamientos tiene mucha relación con Sé quién me mató.
En el reparto Julia Ormond, Neal McDonough (Minority report, Capitán América) y, por supuesto, Lindsay Lohan, que acapara la mayoría de planos del film. Y produciendo Frank Mancuso Jr., que se encargó de un montón de pelis de la saga Viernes 13 y Cool world.
Sé quién me mató es de esas películas que, una vez vista,
da lo suficiente para seguir dándole vueltas y acabar de atar cabos. Y
ahí te das cuenta que sí, que es totalmente fallida y que tiene
demasiadas expectativas para lo que acaba ofreciendo, pero que, pese a
todo, ahí habían mimbres para sacar no un gran éxito comercial, pero sí
una peli de culto a lo Donnie Darko. Lástima que luego se quede en terrenos pantanosos de telefilm. Con un aspecto visual muy cuidado, eso sí. Y es que la edición digital hace maravillas.
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