Paul Verhoeven, ese director que aquí se le conocía porque sus películas holandesas siempre acababan en colecciones de VHS de cine erótico, llegó a Hollywood con Los señores del acero y se asentó con RoboCop. Luego vendrían los éxitos mastodónicos de Desafío total e Instinto básico de la mano de Carolco, esa especie de Cannon pero con más y mejor gusto.
El siguiente proyecto en el que se puso a trabajar fue Dinosaur a partir de una idea de Phil Tippett, un animador de stop motion (Star wars, El dragón del lago de fuego, Howard... un nuevo héroe) que coincidió con Verhoeven en RoboCop. Dinosaur trataba de la llegado del famoso meteorito a la Tierra que extinguió gran parte de la vida. El problema fue que el guión fue adquirido por Disney y comenzó a infantilizar la historia, lo que hizo que el holandés se desinteresara. Como seguramente habrás adivinado, Disney acabó haciendo la película bajo el título Dinosaurio en el año 2000 en una producción family friendly.
Otro proyecto que se quedó sin materializar fue Christ. The man, donde enfocaría la figura de Jesucristo desde la vertiente de un revolucionario y no desde la visión religiosa. Evidentemente, siendo conocedor de lo complicada de la propuesta (y si no que se lo pregunten a Scorsese) y levantar un proyecto así, dio carpetazo a la idea. Aun y así, años después, en 2007, publicaría el libro Jesús de Nazaret con todas esas ideas.
Después llegaría el turno a una adaptación de Mistress of the Sea de John Carlova, historia de piratas protagonizada por una mujer. Lo que tenía que ser una superproducción financiada por la Columbia, producida por Jon Peters (Batman) y protagonizada por Geena Davis entró en el infierno del desarrollo cuando la major comenzó a exigir limitaciones presupuestarias en una época que las películas de píratas no estaban de moda. Verhoeven acabaría dejando su puesto a Renny Harlin, marido de Davis, que, viendo que Columbia se desentendía, presentarían un proyecto muy similar a la Carolco donde... (to be continued...).
Pero sin duda el proyecto que más daría que hablar sería el de Crusade. Basado en un guión firmado por Warlon Green (Grupo salvaje, Carga maldita) que llegaría a manos de Schwarzenegger durante el rodaje de Desafío total y se lo enseñó a Verhoeven. Carolco llegó a anunciar oficialmente la producción, que tenía que rodarse en su mayoría en Huesca e iba a superar los 100 millones de dólares de presupuesto. Con un reparto de campanillas con Arnie como protagonista absoluto y seguido por nombres tan importantes como Jennifer Connely, Robert Duvall o John Turturro, y un equipo técnico a la altura, se llegó a preparar para la filmación el castillo de Loarre, estaba prevista la contratación de miles de extras y se habían confeccionado miles de ropajes. Pero en verano de 1994, justo antes de la llegada del equipo para iniciar la filmación y habiéndose gastado 10 millones de dólares pese no haber rodado un solo fotograma, la Carolco cancelaba la filmación. Los fracasos de Chaplin, Posibilidad de escape, Air America... más los salarios estratosféricos que ofrecían a sus estrellas (Arnie, Stallone, Michael Douglas...) habían destrozado sus cuentas pese haber cosechado varios éxitos en taquilla.
Quizá porque llevaba unos años trabajando en proyectos que acababan muriendo o porque se sentía en deuda con la compañía de Kassar y Vajna, aceptó dirigir un guión firmado por Joe Eszterhas (Flashdance, Instinto básico, Acosada) -que llegó a cobrar 4 millones de dólares-, y rebajarse el sueldo. Eso sí, se aseguró el control sobre el montaje final. Además, viendo la moda de los thrillers eróticos que había generado Instinto básico y que se acordó un presupuesto ajustado, parecía una apuesta segura que cosechar una buena taquilla.
Como protagonista se eligió, después de tantear a Drew Barrymore, a una Elizabeth Berkley que apenas era conocida por la serie juvenil Salvados por la campana, cosa que, por otro lado, jugaba con el morbo que en aquella interpretaba a una repipi empollona mosquita muerta y ahora le ibamos a ver hasta el último poro de su piel.
Como antagonista casi se contrató a Madonna, pero esta quería reescribir el papel para hacerlo menos malvado, a lo que Verhoeven se negó. Finalmente el papel recayó en Gina Gershon, actriz con un perfil mucho más bajo pero que te sonará por verla en Cocktail o Danko, calor rojo.
Además tenemos al lynchaniano Kyle MacLachlan y al siempre sórdido Robert Davi (Los Goonies, Licencia para matar).
Pese a que lo normal es que la calificación NC-17 (prohibida la entrada a menores de 17 años) tirara para atrás a los grandes estudios y fuera considerada casi una muerte segura en taquilla, los responsabes de Showgirls jugaron a darle la vuelta y usar la reestricción para llamar atención del público, vendiendo la película como algo con un voltaje erótico tan alto que nunca se había visto en una pantalla de cine.
La historia de Showgirls gira en torno de la figura de Nomi, una chica que viaja a Las Vegas en busca de una oportunidad. Una vez llegué allí y sea engañada por un ladronzuelo que le birla todas sus pertenencias, consigue colocarse en un club de topless para luego, después de conocer a Cristal Connors, una mega estrella de un espectáculo de uno de los grandes casinos, conseguir una audición para ese mismo espectáculo.
En resumen, la clasica historia de quien empieza desde lo más abajo para, a base de esfuerzo, llegar a la cima. Pero claro, con Verhoeven por en medio esto no iba a ir del sueño americano tal y como lo entendemos (para eso tienes a Burlesque), si no que aquí se trata de llegar a la cima de forma realista, es decir, dando codazos y acostándose con quien haga falta.
Estrenada en septiembre de 1995 en suelo norteamericano (aquí no llegaría hasta enero de 1996) cosecharía sonoro fracaso, amasando unos escasos 20 millones de dólares, muy lejos de los 40 que costó. Aun y así sería la película con calificación NC-17 con más recaudación de la historia.
Aunque quizá lo peor fuese el vapuleo que recibió por parte de la crítica. Además de llevarse una ristra de los famosos antipremios Razzie, convirtiendo a Verhoeven en el primer director que lo recogía in person.
Curiosamente (o no) en su aparición en VHS barrió y se estima que llegó a vender cintas por valor de 100 millones de dólares. Aun y así hay que apuntar que en esta edición doméstica tenía eliminados algunos planos que fueron sustituidos por otros menos explicitos para conseguir la calificación R (menores de 17 años acompañados de un adulto). Años después se lanzaría una edición en DVD que incluía unos vasos de chupito, un póster, postales... ¡y unos cubrepezones!
Como pasa demasiado a menudo, el tiempo pone a todo el mundo en sus sitio y Showgirls ha ido cogiendo adeptos que le han dado la vuelta y se toman la película como un monumento al horterismo de Las Vegas. Llámalo poligonero o choni. Muy posibemente la realidad sea el camino de en medio y Verhoeven tuvo un resbalón que le haría mucho daño en Hollywood, pero hasta del peor pedo que se tire un buen director se puede sacar algo positivo, y de Showgirls, pese a no ser redonda ni de broma, tiene sus momentos. Es cierto que sus algo más de dos horas se hacen algo pesadas por meter alguna trama que nos interesa poco (como la de la amiga de la protagonista y su encuentro con su ídolo) que de haberse eliminado se haría más digerible, pero cierta mala hostia de Verhoeven está presente y su gusto por lo grotesco no defrauda.
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