Nunca he sido seguidor de las aventurillas del vividor/follador de Bond, pero, como la mayoría, he ido viendo sus pelis, quizá más por todo el envoltorio de gadgets y demás parafernalia que por las intrigas en sí. Aun y así las nuevas pelis, las de Daniel Craig, me las veo en el cine, que estas sí me gustan.
La primera, y única hasta la última etapa, que presencié en una sala de cine fue esta Licencia para matar en una veraniega noche de 1989. Y claro, con 9 añitos pues a uno le impresionaba bastante este tipo de productos. Sobre todo porque nos encontramos con un Bond bastante atípico, bastante más cercanos a las venganzas justicieras del bueno de Charles Bronson que a las anteriores películas interpretadas por Connery y Moore. Dejándo un poco de lado los gadgets y centrándose en vengar a su amigo Felix Leiter, al que le han matado a su mujer y le han cortado las piernas, Bond entra en modo adrenalina sin el amparo del Servicio Secreto Británico, que le ha revocado su licencia para matar (en un primer momento el film llevaba el título de Licencia rebocada). Todo ello para acabar en América del Sur detrás de un narcotraficante.
John Glen y Timothy Dalton
Una de las cosas curiosas nos la encontramos nada más empezar, ya que aquí el prólogo es parte de la historia y no una aventurilla más de 007. Aquí el tema va de como Bond y Felix, minutos antes de la boda de este último y enfundados en sus chaqués, emprenden la captura del narcotraficante Sánchez, encarnado por Robert Davi, el malo de la función, y que me sorprendió mucho su paso de malo simpaticón en Los goonies al pedazo de cabrón que encarna aquí. Él mismo decía que el papel del que más orgulloso se siente es de este.
Además de tener por ahí a un primerizo Benicio del Toro, Anthony Zerbe (el malo de El último hombre vivo), Everet McGill y las jamelgas Carey Lowell y Talisa Soto.
Dirigida por todo un especialista en la saga como John Glen, que venía de dirigir Solo para sus ojos, Octopussy y Panorama para matar; además de haber sido montador de Al servicio secreto de su majestad, otro Bond machacado en su día y ahora tenido mucho más en cuenta y que guarda algún que otro paralelismo con este Licencia para matar.
Además de que en los dos films tenemos a los actores más maltratados por los fans: George Lazenby y Timothy Dalton. Este último ya había hecho un par de años antes su debut en la saga Bond con Alta tensión, curiosamente celebrando el 25 aniversario de la saga
Volviendo a Licencia para matar. Estamos ante un título bastante menospreciado, pero que el paso del tiempo no ha hecho más que subrayar ese buen intento de dejarse de patochadas espaciales como Moonraker y centrarse más en la acción pura y dura. Sin duda un antecedente a lo que décadas después nos vino con Casino Royale. No hay más que ver la persecución final con los trailers. Pura testosterona que podían haber sacado perfectamente de los mejores Stallone o Arnold.
Licencia para matar, que durante ese verano se vio las caras en taquilla con Batman, Indiana Jones y la última cruzada, Arma letal 2 o Cariño, he encogido a los niños, fue un éxito moderado, cosechando más de 150 millones de dólares en todo el mundo, pero las espectativas del estudio eran mucho más altas y no acabaron satisfechos. Además, la cosa estaba bastante caldeada entre la productora y la Metro Goldwyn Mayer que tuvieron bastante problemas legales con el personaje. Este hecho propició que nunca hubiera otro Bond con Timothy Dalton, que tenía contrato hasta 1990, y se tuvo que esperar hasta mediados de los 90 para ver otra tropelía del agente secreto, esta vez con el sosainas de Pierce Brosnan.
1 comentario:
Aquí vamos a estar de acuerdo a medias, "licencia para matar" me gusta mucho, es acción y entretenimiento puro, Timoty me parece genial como James Bond, es una pena que no hiciera más, pero ojo, para mi el mejor es Roger Moore y "Monraker" un peliculón.
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