Si uno piensa en Capcom, gente encerrada en una mansión, puzles y survival horror es normal que nos venga rápidamente a la cabeza Resident Evil, pero las cosas no van por ahí y tendremos que retroceder en el tiempo unos cuantos años. Concretamente hasta finales de los 80.
En la época, Capcom es una compañía de videojuegos que vivía de los éxitos de Captain Commando, Megaman o Ghosts 'n Goblins (de Street Fighter solamente había aparecido la primera entrega que no tuvo el éxito que conseguiría su secuela en 1991). A finales de los 80 comienza a programar un juego para Famicom (para nosotros la Nes) con toques RPG pero que innovaba en la inmersión del terror, cosa muy poco explotada por aquella época.
Al mismo tiempo se decide rodar de forma paralela un film que siguiera a pies juntillas la historia del juego. Finalmente tanto juego como película acabarían saliendo al mercado (japonés) en 1989, el film a principios de año y el juego a finales, lo que hace que nadie tenga muy claro si estamos ante el primer caso de una película basada en un videojuego, lo que hace que aquella afirmación que dice que Super Mario Bros fue la primera quede en duda. Y que el trailer oficial mezcle imágenes de la película y el videojuego no acaba de aclarar el asunto.
Un grupo de cinco personas llegan a un caserón que perteneció a un famosos pintor, su intención es rodar un documental sobre la obra del autor. Evidentemente una vez dentro los sucesos paranormales comenzarán hacer acto de presencia, intentando acabar con la vida de los visitantes.
Sweet home es, para entendernos, la clásica película de casas encantadas estilo La leyenda de la mansión del infierno pero pasada por el filtro japo, lo que se traduce en momentos de humor (su humor), tías fantasmales con los pelos por la cara. A eso hay que añadirle bastantes efectos grandilocuente, lo que deja claro la influencia de Poltergeist.
Tampoco estaría de más ver cierto influjo de los efectos de maquillajes truculentos y gore que venía de USA, y es que, para más inri, fueron a buscar Dick Smith, que recordemos que estaba detrás de las papillas de guisantes de El exorcista, La centinela o House on Haunted Hill y no debe ser casualidad que también hizo cositas en Poltergeist III.
A Sweet home le cuesta arrancar, hasta casi mitad de película no comienza la fiesta, aunque su director, Kiyoshi Kurosawa (muy afincado al terror con Pulse o Cure), pone interés en meternos en atmósfera con mucho plano contrapicado y rebuscado, lástima que de fondo tengamos una horripilante banda sonora.
Por lo demás, todo muy previsible (fantasmas que quieren acabar algo empezado) y que no dejará huella en los que ya habíamos disfrutado de La leyenda de la mansión del infierno, Al final de la escalera y similares, pero que como curiosidad por su parentesco con el mundo de los videojuegos puede saciar nuestras ganas de ver una de casas encantadas a la vieja usanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario