La cuestión es que ya una tercera entrega, la hoy comentada S.O.S... ¡Ya es Navidad! (Christmas vacation, 1989), también titulada en algún pase televisivo como ¡Socorro! Ya es Navidad, nos llegó directamente en vídeo, luciendo un doblaje de aquellos tan espantosos con voces que no corresponden con los actores. Por ejemplo, al hijo de la familia le encasquetan una voz de niña. Y ya, para marcarme un tirabuzón, a Chevy Chase aquí le pone la voz Luis Varela. En una de las siguientes películas de Chevy Chase, El gran lío (Nothing but Trouble, 1991), que también salió directamente en vídeo, la voz se la puso Juan Antonio Gálvez, que en las primera temporadas de El equipo A doblaba a Fénix, al que en la última temporada le cambiaron la voz y le pusieron la de... ¡Luis Varela!
Volviendo a ¡Socorro! Ya es Navidad. Muchos sabrán aquello de National Lampoon, una revista humorística creado a finales de los 60 por unos universitarios que tuvo tal éxito que propició su extensión al cine con Desmadre a la americana (Animal house, 1978) y un sin fin de comedias que, en su inmensa mayoría, son para olvidar. Hasta tal punto que, desde hace años, la marca National Lampoon es sinónimo de putrefracción.
Las vacaciones de una chiflada familia americana nació como narración cómica (Vacation '58) en la revista a finales de los 70 y de la pluma de John Hughes, mucho antes de ser abanderado de las tennager movie 80teras. El relato llamó la atención de un ejecutivo de la Warner que dio luz verde a un proyecto dirigido por Harold Ramis.
Una vez que ya recorrimos los USA y Europa junto a la familia Griswold, poco interés tenía seguir viéndoles en movimiento, así que la nueva entrega tenían que estar en su casa, y nada mejor que ambientar la situación en época Navideña, cuando toda la familia se reúne.
La película, pese a contar con guión de John Hughes (sería la última vez que participaría en la saga) basado en otro relato suyo que publicó la revista National Lampoon bajo el título Christmas '59, es totalmente atroz. Mucho tiene que ver con su realización ultraplana, casi de telefilm, de un debutante Jermiah S. Chechick, que luego haría la bizarra Benny y Joon (Benny & Joon, 1993) y Los vengadores (The avengers, 1998), de la que salió tan escaldado que acabó en la caja tonta.
Los chistes no tienen gracia, los hemos visto mil veces, los actores malos y sosos. Además de tener a Chase y Beberly Angelo como el matrimonio Griswold, tenemos a unos jovencitos Juliette Lewis y Johnny Galecki (el Leonard de Big Bang theory) como sus hijos. Recordemos que uno de los "gags" recurrentes de la saga es que en cada película los actores que interpretan a los hijos son diferentes y en la misma película hacen coña al respecto.
También tenemos por ahí a Randy Quaid haciendo del primo tarado; Doris Roberts (la secretaria de Remington Steele); Julia Louis-Dreyfus (Seinfeld) como una vecina yuppie mega moderna que recuerda a los inquilinos de Bitelchús (Beetlejuice, 1988). Precisamente la banda sonora parece los tracks descartados de Bitelchús, firmado por ni más ni menos que Angelo Badalamenti.
La cosa parecía que quedaría olvidada hasta que este finiquitado 2015 resucitaron la saga con una especie de reboot/secuela donde el protagonismo lo recoge con agrado Ed Helms, haciendo del hijo de Chevy Chase (que tiene una pequeña y horripilante aparición). La cosa funcionó tan escandalosamente bien en taquilla que todo apunta a nuevas secuelas.
Si la pillas en algún canal mientras haces zapping, no lo dudes y cambia de canal, insensato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario