En cine su trabajo fue mínimo, haciendo pequeños papeles en Demon de Larry Cohen y El hábito no hace al monje de Marty Feldman. Ya en 1981 le llegó su gran oportunidad de un papel protagonista con el film Heartbeeps.
Nos encontramos en un futuro donde los robots están totalmente establecidos en la sociedad. Uno de ellos es condenado a retirarse en un almacén ya que no acaba de funcionar bien. En el almacén encuentra una robot con la decide fugarse y vivir juntos. Esto hará que unos trabajadores de la empresa partan en su búsqueda, al igual que un robot de seguridad que tampoco funciona demasiado bien.
Si antes comentaba que aquí Kaufman era más bien desconocido, con Heartbeeps la cosa tampoco cambiaba demasiado, ya que el film nunca se estrenó en estas tierras de boina y salchichón. Mucho tenía que ver ese desconocimiento del público hacía la figura del cómico, pero más tenía que ver que en los USA fue un rotundo fracaso que apenas superó los 2 millones de dólares en taquilla cuando había costado 10.
Y no me extraña ese fracaso, el film es una extraña amalgama que era más propia de Disney en esos primeros 80, pero no, fue Universal quien puso el montante. La película es de un sopor nunca visto, y eso que apenas dura una hora y cuarto. Ver a los robots deambular por un bosque mientras sueltan chorradas, con el famoso tema de la inteligencia artifical que se plantea si puede llegar a tener sentimientos, es algo que solamente los más valientes aguantarán.
Dicho fracaso tuvo graves consecuencias en la carrera de Kaufman, al menos en el terreno cinematográfico, ya que su siguiente proyecto era llevar a la gran pantalla a su alter ego Tony Clifton, cosa que acabó en el limbo.
Unos cuantos datos de la gente que hizo posible este bodrio: dirigida por Allan Arkush, que venía de trabajar bajo el amparo de Roger Corman llevando las riendas de Esas locas del cine, Deporte mortal y Rock 'n' Roll High School, la película de los Ramones. El fracaso de Heartbeeps, su primer film para un gran estudio, le arrinconó al mundo de la televisión (Fama, Luz de luna, Dawson crece, Héroes...), aunque entre medias hizo la infame El club de los chalados 2.
En reparto un joven Randy Quaid; Bernadette Peters; vista en películas de Steve Martin como Dinero caído del cielo, Un loco anda suelto ya que eran pareja; Kenneth McMillan, el malo del sketch de la cornisa de Los ojos del gato; Kathleen Freeman, la madre de Fred Ward en Agárralo como puedas 33 1/3: el insulto final; y pequeñas apariciones de Dick Miller, el director/actor Paul Bartel y la mamá de TerrorVision, Mary Woronov.
Y en el apartado técnico tenemos un par de nombre muy llamativos. En la banda sonora todo un John Williams y en los maquillajes de los robots a Stan Winston y su equipo, haciendo una labor bastante buena y que recuerda a la que años después haría en Inteligencia artificial de Spielberg. Labor que le valió una nominación en los Oscar en la recien estrenada categoría de Mejor maquillaje, aunque el premio se lo acabó llevando Rick Backer por Un hombre lobo americano en Londres.
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