sábado, diciembre 31, 2011
jueves, diciembre 29, 2011
11-11-11
Me encanta ver pelis que pasen en mi ciudad, Barcelona. Prefiero las que tienen un par de décadas, por aquello de recordar como era en mi niñez, pelis estilo La cripta, El ojo en la oscuridad... Aunque tampoco hago ascos a las que son más actuales, La tabla de flandes, Fausto 5.0 o el Faust de Brian Yuzna.
Es por esta razón que me llamaba 11-11-11. Y también, porqué no decirlo, por su director, Darren Lynn Bousman, que ha ido haciendo películas que en general he disfrutado, ya sea la genial Repo! The genetic opera o algunas entregas de la saga Saw.
Pero claro, cuando la peli tiene previsto estrenarse el viernes 11 de noviembre de 2011 (algo así como cuando estrenaron el remake de La profecía el 6 de junio del 2006) y de repente la distribuidora no sólo aplaza el estreno, si no que directamente la congelada en el limbo de las películas sin que se sepa que pasará con ella.
Por ahí se dice que el hecho que la hayan masacrado en los festivales por donde ha pasado tiene mucho que ver en el asunto. Posiblemente.
La historia va de un escritor de éxito que tiene terribles pesadillas con la muerte de su hijo y mujer, haciendo que se despierte siempre a las 11.11 h. El tipo viaja desde USA a Barcelona, ya que allí tiene a su hermano y su padre, que se está muriendo. Una vez en Barcelona a nuestro protagonista comienzan a sucederle extraños acontecimientos, todos ellos relacionados con el número 11.
No nos engañemos, el film es flojito, pero tampoco es lo peor que se ha filmado como se dice por ahí. Tiene su ambientación más que conseguida, e incluso los malos, pese a ser señores con careta, dan bastante mal rollo, sobre todo cuando los vemos muy de refilón.
El problema reside que el argumento está muy manido, con demasiados clichés, y el supuesto giro final nos deja totalmente fríos.
Para los que tengan curiosidad por ver como ha quedado Barcelona, mejor pasen de largo. Aunque aparece en todo el metraje (incluso al principio donde el prota tiene un accidente en USA, pero se nota descaradamente que es Barna), no está del todo explotada. Muchos planos de la Sagrada Familia, Plaza España, etc. cuando el protagonista llega a la ciudad, pero luego poquita cosa.
Me parece muy interesante que cuando los americanos ruedan aquí utilizando su códigos cinematográficos, no funcionan en absoluto. Es decir, si vemos a Eddie Murphy en Nueva York en coche y que justo cuando ha de bajar encuentra sitio y encima ni se molesta a cerrar el coche con llave, nos lo creemos. En cambio cuando cambiamos Nueva York por Barcelona, esa misma escena nos parece totalmente irreal.
Como suele pasar en estos casos nos encontramos algunos actores de la tierra, pero todos muy justitos, que serán más reconocidos para los que vean los culebrones del mediodía que para el público general.
Para pasar el rato ya nos vale, así que tampoco hay que masacrarla. Eso si alguna vez la estrenan, aunque pondría la mano en el fuego a que acaba saliendo directamente a DVD.
El problema reside que el argumento está muy manido, con demasiados clichés, y el supuesto giro final nos deja totalmente fríos.
Para los que tengan curiosidad por ver como ha quedado Barcelona, mejor pasen de largo. Aunque aparece en todo el metraje (incluso al principio donde el prota tiene un accidente en USA, pero se nota descaradamente que es Barna), no está del todo explotada. Muchos planos de la Sagrada Familia, Plaza España, etc. cuando el protagonista llega a la ciudad, pero luego poquita cosa.
Me parece muy interesante que cuando los americanos ruedan aquí utilizando su códigos cinematográficos, no funcionan en absoluto. Es decir, si vemos a Eddie Murphy en Nueva York en coche y que justo cuando ha de bajar encuentra sitio y encima ni se molesta a cerrar el coche con llave, nos lo creemos. En cambio cuando cambiamos Nueva York por Barcelona, esa misma escena nos parece totalmente irreal.
Como suele pasar en estos casos nos encontramos algunos actores de la tierra, pero todos muy justitos, que serán más reconocidos para los que vean los culebrones del mediodía que para el público general.
Para pasar el rato ya nos vale, así que tampoco hay que masacrarla. Eso si alguna vez la estrenan, aunque pondría la mano en el fuego a que acaba saliendo directamente a DVD.
martes, diciembre 27, 2011
Los fantasmas atacan al jefe
Uno todavía se sigue maravillando de la poca vergüenza de las distribuidoras. Vale que productoras pequeñas (y rancias) se quieran aprovechar de algún éxito de las grandes productoras o que las distribuidoras nacionales cambien el título original para sacar partido, como en su momento pasó con Tiburón 3. Y este el caso que nos ocupa, pero para más inri detrás de la jugada tenemos una multinacional como CIC Vídeo, que básicamente era la Paramount.
Aquí debieron pensar que no nos enteraríamos mucho con el títiulo original, Scrooged (nombre del protagonista del Cuento de Navidad de Dickens), y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que el mayor éxito de Bill Murray había sido Los cazafantasmas (de la que estaba a punto de estrenarse la secuela) pues le pusieron Los fantasmas atacan al jefe. A eso hay que añadirle la frase promocional en el cartel: "De Los cazafantasmas a Los fantasmas atacan al jefe, pero esta vez son 3 contra 1". Aunque hay que decir que en la peli recibe la visita de 4, pero bueno.
Quitando todas estas triquiñuelas publicitarias nos encontramos una revisión del Cuento de Navidad, esta vez ambientada en los 80, en un canal de televisión dirigido por un cabronazo que hace la vida imposible a sus trabajadores, con el "todo por la audiencia" por montera. Como esa escena donde emite un anuncio ultraviolento y una anciana muere al verlo y para su regocijo utiliza la muerte como publicidad. Evidentemente nos encontramos en fechas navideñas y el tipo ha de recibir una lección de la mano de unos fantasmillas.
Los fantasmas atacan al jefe es una (casi) joyita que tiene de todo: humor negro, dosis de género fantástico y una maravillosa banda sonora de un primerizo Danny Elfman.
Aquí me gustaría detenerme porque el caso de la banda sonora tuvo su miga. Elfman tenía muchas tablas gracias a su participación en el grupo Oingo Boingo, pero en cuanto a bandas sonoras estaba algo más verde, su primer trabajo en un film fue en La gran aventura de Pee Wee. Es por esa razón que tuvo que esforzarse para convencer a Richard Donner para que le escogiera para componer la banda sonora. El problema vino luego, cuando los productores dijeron que la banda sonora era demasiado tétrica (contiene muchos fragmentos que nos recuerdan a las de Pesadilla antes de Navidad y Batman returns) y al final se la recortaron mucho en el montaje final del film. Es más, el soundtrack nunca apareció publicado hasta hace poco, cuando la gente de La-la records sacó una de sus limitadísimas ediciones.
Así que si a la estupenda música de Elfman le añadimos un inspirado Richard Donner en la dirección, un reparto muy de la época (Murray, Karen Allen, Robert Mitchum, Bobcat Godthwait —el heavy de Loca academia de policia—, Michael J. Pollard —el chaval de Bonnie and Clyde o el de los inventos de Tango y Cash—, Lee Majors, Anne Ramsay —la mala de Los goonies—).
Pero no todo podía ser maravilloso. La cosa empieza muy bien con ese Papa Noel en medio de un tiroteo en el Polo Norte, o los anuncios de la programación que parecen un cruce de los de Permanezca en sintonía o Perseguido. Y por supuesto con la vena cabronza de Murray; hasta acepto algún tinte de lágrima fácil cuando viaja la pasado o la historieta del chaval que no habla. Pero cuando llegamos al final... ¡ay, señor Donner! como se nos vio el plumero. Cuando llegamos al final se nos caen los cojones al suelo con una escena que tira por tierra todo el trabajo hecho para imponer un final made in USA.
Así que si queremos disfrutar de este film es mejor darle al stop 15 minutos antes de su finalización o cambiar de canal para ver el teletienda, donde siempre hay cosas útiles en las que gastarnos el money.
domingo, diciembre 25, 2011
Entre tomas (IV)
Brian de Palma y Pacino en el rodaje de El precio del poder
Mi primer contacto con Brian de Palma fue en el lejano 1990, cuando en Noche de lobos emitieron Hermanas. Peli que ni me dio miedo, ni me gusto en exceso. ¿Qué quieren? Tenía 10 añitos. En aquella época si una peli de terror no tenía monstruitos o espíritus, difícilmente me iba a ganar.
Fue precisamente Hermanas la película que hizo que el nombre de Palma comenzara a ser conocido y con la que se le colocó la etiqueta de director hitchconiano. A partir de ahí encadenó éxitos y fracasos, pero que en su mayoría quedan en los anales del cine: El fantasma del Paraíso, Carrie, Vestida para matar, El precio del poder, Los intocables de Elliot Ness, Misión imposible... es un no acabar.
Con una infacia difícil, donde siempre estaba en competición con su hermano mayor y fue el detonante para que sus padres acabaran divorciándose, rodó Una familia de locos (Home movies, 1980), un film que contenía altos tintes biográficos y que en parte fue financiado por Spielberg y George Lucas. La película era un proyecto de los estudiantes a los que impartía clase en el Sarah Lawrence College, en los que ajuntó a alumnos con actores profesionales (Nancy Allen, Kirk Douglas, Gerrit Graham...). Aunque pese a esos tintes biográficos el director siempre ha dicho que "el cine es la mentira venticuatro veces por segundo".
Tipo difícil (Michael Caine decía que el mayor elogio que era capaz de hacer en un rodaje era "la toma vale") que forma parte de la misma generación que Spielberg, George Lucas y Coppola, pero a diferencia de ellos ni ha creado su productora, ni nunca ha estado considerado un director de éxito asegurado. Como él mismo dijo "uno solamente puede llamarse director si ha sido capaz de llevar a la quiebra a una productora".
Mi primer contacto con Brian de Palma fue en el lejano 1990, cuando en Noche de lobos emitieron Hermanas. Peli que ni me dio miedo, ni me gusto en exceso. ¿Qué quieren? Tenía 10 añitos. En aquella época si una peli de terror no tenía monstruitos o espíritus, difícilmente me iba a ganar.
Fue precisamente Hermanas la película que hizo que el nombre de Palma comenzara a ser conocido y con la que se le colocó la etiqueta de director hitchconiano. A partir de ahí encadenó éxitos y fracasos, pero que en su mayoría quedan en los anales del cine: El fantasma del Paraíso, Carrie, Vestida para matar, El precio del poder, Los intocables de Elliot Ness, Misión imposible... es un no acabar.
Con una infacia difícil, donde siempre estaba en competición con su hermano mayor y fue el detonante para que sus padres acabaran divorciándose, rodó Una familia de locos (Home movies, 1980), un film que contenía altos tintes biográficos y que en parte fue financiado por Spielberg y George Lucas. La película era un proyecto de los estudiantes a los que impartía clase en el Sarah Lawrence College, en los que ajuntó a alumnos con actores profesionales (Nancy Allen, Kirk Douglas, Gerrit Graham...). Aunque pese a esos tintes biográficos el director siempre ha dicho que "el cine es la mentira venticuatro veces por segundo".
Tipo difícil (Michael Caine decía que el mayor elogio que era capaz de hacer en un rodaje era "la toma vale") que forma parte de la misma generación que Spielberg, George Lucas y Coppola, pero a diferencia de ellos ni ha creado su productora, ni nunca ha estado considerado un director de éxito asegurado. Como él mismo dijo "uno solamente puede llamarse director si ha sido capaz de llevar a la quiebra a una productora".
jueves, diciembre 22, 2011
Muertos de risa
Después de ver el último moco reseco que ha parido Álex de la Iglesia (que seguramente habrá sido más divertido el rodaje que lo finalmente editado) para vender mortadela y fiambre, estaría muy bien recuperar esa pequeña joya del humor negro y bilis que tiene en su filmografía.
martes, diciembre 20, 2011
Supergirl
A mediados de los 80 la franquicia de Superman comenzaba a dar síntomas que la fórmula se agotaba, al menos en taquilla, donde los millones recaudados iban menguando de forma alarmante. Así que es lógico que se buscaran nuevas vías para seguir explotando el cómic de Siegel y Shuster.
La más lógica era tirar por un spin off protagonizado por otros personajes, y ¿qué era más lógico que buscar el target femenino con Supergirl?
Así que tenemos al productor de Superman ofreciendo cheques a todas las estrellas de Hollywood para que pusieran el careto en esta nueva película. Al final se tuvo que contentar (que no es poco) con Faye Dunaway como la mala de la función, Mia Farrow como madre de Supergirl y un pequeño papel de Peter O'Toole haciendo de no se sabe muy bien qué. Y como suele pasar en estos casos, el papel protagonista acabó en manos de una debutante, Helen Slater, que luego la veríamos en El secreto de mi éxito o en 12:01. Testigo del tiempo, un telefilm de culto con viajes temporales de la mano de Jack Sholder.
Ya sabemos como va esto de los cómics. Muchas sagas, universos paralelos, spin off... vamos, que que llega un momento que saber si han sido respetuosos con el personaje es casi un milagro.
Aquí nos encontramos una civilización que viven Argon City. Dicha ciudad son los restos de Krypton después de su destrucción. Allí tenemos a Kara, la prima de Kal-El, alias Superman, que vive happy flowers de la vida.
Al igual que en Gnomo cop, la ciudad se mantiene con vida gracias a unas esferas de energía que, casualmente, una de ellas es arrojada por Kara, atravesando el manto (para entendernos, un plástico transparente) que rodea la ciudad. Así que ya tenemos a Kara montada en una cápsula detrás de las esferas. Evidentemente la chica acabará en la Tierra, adoptando la falsa identidad de una mosquita muerta llamada Linda Lee, que vive en un internado femenino y (¡bendita casualidad!) comparte habitación con Lucy Lane, hermana de Lois. Pero mientras no lleva un pelucón moreno y uniforme de Escolapios se dedica a combatir el mal bajo los rasgos de Supergirl.
Supergirl fue un fracaso que, según algunas fuentes, fue debido a su distribución, ya que primero se estrenó en Europa y Asia para luego hacerlo en los USA, con lo que ya hacía tiempo que circulaban copias piratas. Sí amiguitos, la copias alegales/ilegales/piratas o como queráis llamarlas llevan mucho tiempo entre nosotros.
Y al igual que en Catwoman, donde no solo comparten fracaso económico (apenas recaudó la mitad de los 30 millones que costó), detrás de la cámara tenemos un director curioso: Jeannot Swarc, que comenzó rodando en televisión para dar el salto al mainstream con Tiburón 2 y En algún lugar del tiempo, peli de viajes en el tiempo, pero con un romanticismo baboso hasta decir basta, con Christopher Reeve y guión de Richard Matheson; y que, curiosamente, acabó otra vez en la tele, dirigiendo capítulos para, entre otras, Smallville.
Decir que Supergirl es mala sería ser demasiado cruel, juega algunas divisiones por encima de Catwoman. El film de Jeannot Swarc funciona más (y mejor) como divertimento psicotrópico, bastante más cercano a locuras sin pies ni cabeza como Barbarella o los Spiderman de Nicholas Hammon.
Con unos efectos que dejaremos como resultones, hay cositas conseguidas y otras no tanto (sobre todo los cromas y algunos decorados cartón piedra), pero que tienen un encanto de lo artesanal.
Todo ello bajo un guión esperpéntico, absurdo y que a veces es hasta sonrojante, que quiere ofrecer más de lo que el presupuesto y los medios de la época daban de sí; obra de David Odell, que acabó escribiendo los de Cristal oscuro y Masters del Universo.
Años después apareció un Director's cut que incluía media hora más. Recordemos que la versión estrenada ya nos llevaba hasta las dos horazas. Así que no sé quien es el guapo que se quedaría con ganas de más.
Años después apareció un Director's cut que incluía media hora más. Recordemos que la versión estrenada ya nos llevaba hasta las dos horazas. Así que no sé quien es el guapo que se quedaría con ganas de más.
domingo, diciembre 18, 2011
Entre tomas (III)
De niño es fácil tener miedo de muchas cosas, la imaginación hace malas pasadas y una chaqueta colgada en el perchero durante la oscuridad de la noche puede adoptar mil formas, a cada cual más horripilante. Pero si algo me daba pavor de niño era la transformación de Michael Jackson en el videoclip Thriller. No había nada más eficaz para que me comportase y dejase de hacer trastadas que la amenaza de poner en el vídeo el clip. Aquello no me asustaba, eso es decir poco, me acojonaba como pocas cosas. Seguramente porque el hombre lobo era el monstruo que me daba más respeto. Pero esta transformación tenía un plus. La gran mayoría piensa que era un hombre lobo, pero no, realmente era un hombre pantera.
jueves, diciembre 15, 2011
Catwoman
Habiendo visto las Catwoman de Julie Newmar, Eartha Kitt y Michelle Pfeiffer (no nos olvidemos que Adrianne Barbeau le puso la voz en la serie animada de los 90) ya nos podemos hacer una idea de lo delicado que es interpretar el personaje. La línea que separa lo correcto a la vergüenza ajena es finísima.
Ya desde el estreno de Batman Returns salió la noticia de una película que la protagonista absoluta fuera Catwoman, nada de hombre murciélago, ni chicos mandarina.
Todo ello bajo la batuta de Tim Burton, que había quedado encantado con el personaje, y, por supuesto, Michelle Pfeiffer, que al parecer tenía un contrato firmado, bajo los rasgos de la mujer gato.
El tiempo fue pasando y de la película nunca más se supo. Quizá porque Burton acabó escaldado de todo lo que oliera a Gotham City después de los palos que le dieron, porque prefirió hacer otros films o simplemente la Warner no estaba por la labor.
Curiosamente han tenido que pasar la friolera de casi 20 años para que Burton y Pfeiffer volvieran a trabajar juntos en la todavía no estrenada Dark Shadows.
La cuestión es que mas de diez años después apareció la película de Catwoman, que, al parecer, contó con el estratosférico número de 30 guionistas, aunque al final sólo hay 4 acreditados de forma oficial.
El "afortunado" que se convirtió en director del entuerto fue Pitof (Jean-Christophe Comar). Una elección cuanto menos curiosa, ya que el francés era más conocido por haber estado detrás de los efectos especiales de los films de Jeunet y Caro, y solamente contaba con una película como director, la infravalorada Vidocq.
El director, en cuanto leyó el guión presentó a la Warner una versión alternativa, pero la productora la rechazó por ser demasiado personal y poco comercial.
Para protagonizar el film se contó con una Halle Berry (que personalmente nunca la he visto muy adecuada para el papel) en alza después de ganar un Oscar, y como contrincante usaron la clásica estratagema de poner un cara de primera fila, Sharon Stone.
Si todos estos elementos ya hacían presagiar que las cosas no iban por el buen camino la cosa acabó de explotar cuando aparecieron por la red los diseños del traje de Catwoman. Todo el mundo coincidía, eso era un fake. Aquellos atuendos parecían más propios de una sesión de sadomaso que el traje de un personaje de cómic.
Catwoman fue vapuleada por la crítica (y con razón) y por el público (con más razón aun, que estos han de pagar), cosechando un fracaso en taquilla que le impidió recuperar los 100 millones de dólares de presupuesto.
Antes comentaba lo delicado que es el personaje, es muy fácil pasarse de la raya. Y es justamente eso lo que hace Berry, pasarse pero bien pasada.
A la película le llovieron premios Golden Raspberry (los anti Oscar), con la peculiaridad que Berry lo recogió in person, eso sí, criticando a su representante: "la próxima vez, asegurate de leer primero el libreto”. Ni que ella no tuviera ojos para hacerlo.
Cualquier parecido con universo Batman y este film es puramente anecdótico. Nada, absolutamente nada tiene del cómic. O lo que s lo mismo, como coger el nombre de alguna obra conocida y hacer una película que no tenga nada que ver salvo el título y poco más. Algo así como aquel Spiderman setentero, pero a este se le perdona porque ni tenían presupuesto ni había los medios para hacer algo con cara y ojos.
Catwoman es mala, muy mala. Con momentos que causan auténtica vergüenza ajena, montones de planos ultra rápidos de la ciudad, efectos terriblemente malos, una actriz que es para darle con un calcetín sucio y una historia plana hasta decir basta. Ni siquiera el clásico recurso de agarrarse al malo de turno como un clavo ardiendo nos servirá de salvavidas, porque Sharon Stone sale muy guapa pero tampoco se le ve muy motivada salvo por coger el cheque. Y eso que su personaje tenía ciertos ramalazos de Clayface.
La única forma de aguantar un pase en la tele es un domingo al mediodía mientras hacemos la siesta, y con el volumen bajito.
martes, diciembre 13, 2011
El enigma de Jerusalén
En unas excavaciones cercanas a Jerusalén se encuentra el cuerpo de un hombre que data de 2.000 años atrás, con el detalle que lleva empastes. Y para más sorpresa junto a él encuentran el manual de una videocámara que todavía no se ha fabricado.
domingo, diciembre 11, 2011
Entre tomas (II)
Este director chaparraete con pinta de hawaiano (básicamente porque lo es), se ha labrado toda una carrera entre la serie B y Z. Empezó en esto del cine como ayudante en producciones japonesas a principios de los 70, para luego volver a los USA.
martes, diciembre 06, 2011
Guerra sucia
Que me perdonen los más puristas, pero Juan Piquer Simón era un adelantado. Cuando en estas tierras se tiraba o bien por el cine de autor o las comedietas de humor grueso y chicas destapadas, él prefirió tirar por un cine más espectacular (dentro de sus limitaciones, que eran muchas) y buscando la gracia del mercado internacional.
Con su primer largo, Viaje la centro de la tierra, buscó adaptar la obra de alguien conocido a nivel mundial porque eso le facilitaba enormemente vender el film a distribuidoras de todo el mundo (aparte de rodar en inglés). Viendo que la jugada le salió bien (según él, sacaron un beneficio del 300%) siguió por estos derroteros de hacer un cine enfocado para vender más allá de las fronteras hispánicas, pero en lugar de adaptar obras conocidas prefirió copiar el estreno revienta taquillas procedente de los USA. Que los yankis sacaban Superman, él Supersonic Man; que se ponía de moda el slasher con Viernes 13 a la cabeza, Piquer se sacaba de las chistera Mil gritos tiene la noche; ¿alguien dijo E.T.?, pues tenemos Los nuevos extraterrestres; que nos venía una oleada de pelis marinas como Abyss o Profundidad 6, él nos regala La grieta.
A partir de ahí la cosa se le comenzó a torcer con producciones mucho más modestas, como La mansión de los Cthulhu, que ya no tuvieron ningún tipo de repercusión.
Una de las muchas facetas del director valenciano, aparte de meterse de lleno en sus producciones (ya fuese con el guión, efectos especiales, decorados, etc.), era la producir obras ajenas, normalmente producciones muy pequeñas con tufo a exploitation, ahí tenemos Escalofrío o Más allá del terror. Films de los que siempre acababa teniendo rencillas con el director de turno y acababa rodando escenas o controlando el montaje.
Guerra sucia es sin duda una curiosidad dentro de la filmografía del director valenciano. Básicamente por su escapismo al thriller de espías, mafias y ajustes de cuentas; muy alejado de su elemento habitual, el cine fantástico, lleno de monstruos, hombres musculosos en mallas y aventuras exóticas en continentes mitológicos.
Aquí nos encontramos las andanzas de un mercenario, un tipo que no se quita sus Ray-Ban ni para cagar, que se acuesta con todo lo que se menea y tenga dos cromosomas X, y se cepilla quien se atreva a llevarle la contraria.
Estamos ante una serie Z con todas las de la ley, donde presenciamos multitud de escenas recicladas de algunas de sus películas anteriores y un documental sobre la visita de Juan Pablo II a las tierras del toro y la pandereta, muy poco le importa a Piquer que el formato cambie de un plano a otro o que veamos escenas donde los mismos malos de SuperSonic Man corretean por la misma central nuclear que en la susodicha. Pero tampoco le podemos pedir más a un subproducto que costó escasos 9 millones de pesetas (54.000 euros) y que su única intención era la de venderla en el mercado internacional de Milán al mejor postor, que acabó siendo la Cannon.
Decir que es mala es decir poco. Seguramente nadie se acordaría de ella si su director no fuese quien es. Y ni eso, porque Piquer ni siquiera firmó con su nombre (quizá a sabiendas de la baja calidad de la cinta), si no que aparece acreditado como Alfredo Casado, el que era su socio.
A los que les guste el Piquer de muñequitos, maquetas y cromas casposos, quedarán decepcionados, a los que les vaya los thrillers de espías y explosiones, quedaran decepcionados. Conclusión, decepción al canto.
jueves, diciembre 01, 2011
Entre tomas (I)
Michael Winner y Charles Bronson en el rodaje de El justiciero de la ciudad
Decía John Huston que el bueno de Charles Dennis Buchinski, más conocido como Charles Bronson, era "una granada de mano a la que se le ha quitado el seguro". Cualquiera lo diría viendo la estampa superior, donde M. Winner parece darle instrucciones mientras Charly debe estar pensando "dame una pistola y unos cuantos macarras como blanco".