Un grupo de militares viven en una base hasta que por causa de un incendio tienen que abandonarla. A bordo de un vehículo blindado detectan una señal de radio que proviene de Nueva York, donde irán con la esperanza de encontrar más supervivientes.
En aquellos 70, Alan Ladd, Jr. empezaba su andadura como presidente de la Fox y sería precisamente Callejón infernal el primer proyecto al que daría luz verde. Para llevar las riendas de la producción eligió a Jack Smight, que había sido su representado cuando trabajaba en la agencia CMA y venía de unos cuantos éxitos económicos consecutivos con Aeropuerto 75 y La batalla de Midway.
Smight quiso a Nick Nolte como protagonista, que acababa de despuntar en Hombre rico, hombre pobre, pero este rechazó la propuesta porque encontró el guión horrible. Nick Nolte 1 - Jack Smight 0.
Aprovechando su amistad con George Peppard, al que ya había dirigido en series de televisión y El tercer día, y que en la época estaba en plena decadencia con problemas alcohólicos y obligado ha aceptar muchos papeles para poder pagar a su ex mujer, le ofreció el papel. También se contó con Jan-Michael Vincent, Dominique Sanda, Paul Winfield y un post adolescente Jackie Earle Haley.
Además, Smight procuró rodearse de gente con la que ya había trabajado. Al mentado Peppard se unió el director de fotografía Harry Stradling Jr. y Jerry Goldsmith en la banda sonora.
Para ubicar el rodaje en una zona que tuviera las características de haber recibido una bomba nuclear se eligió Valley of Fire, muy cerca de Las Vegas, donde precisamente hacía noche el equipo. Así que no era extraño que parte de sus integrantes pasara la noche en bares, casino o clubs de streptease. Una vez terminado las escenas que rodaron allí, el equipo se trasladó a Flagstaff, Arizona, lugar en el que hay un cráter de más de un km de diámetro producto del impacto de un meteorito.
Conforme fue avanzando el rodaje el director se dio cuenta que el equipo necesario para algunos efectos no estaban listos y el presidente de Fox no hacía otra cosa que apretarle para que acabase el rodaje. Muchos de los trucajes que estaban previstos no funcionaron, como los escorpiones del inicio del film, que estaba planeado que fuesen unos muñecajos gigantes. Así que se tuvieron que arreglar en post producción. Pero para sorpresa de su director, el presupuesto que les quedaba se había evaporado por arte de magia. Años más tarde se enteraría que una cuarta parte del dinero que le habían asignado sería traspasado a Star Wars, lo que hizo que los escorpiones gigantes fueran hechos con unos terribles chromas.
Todo esto propició el retraso de la producción y Star Wars se estrenaría en mayo de 1977 con su consiguiente éxito. Así que la Fox se encontró con una patata caliente como la de Callejón infernal, que había costado 17 millones y palidecía ante el espactáculo de George Lucas, pese a que había costado 11.
La única solución que encontró la Fox fue descartar el corte fnal de Smight y hacer uno nuevo que enfatizara todo el tema tecnológico del vehículo (que había costado 300 mil dólares) y añadir efectos en los cielos para simular una eterna Aurora boreal.
Finalmente Callejón infernal se estrenaría en otoño de 1977 en USA (aquí tardaría un año en llegar) y, además de ser vapuleada por la crítica, fracasó en taquilla con una recaudación que no llegaba ni a la tercera parte de lo que costó.
Que las comparaciones son odiosas ya lo sabemos, y más cuando comparamos la película de Luke Skywalker y compañía con Callejón infernal, que parece una serie B de los años 60, con mucho desierto y efectos de baratillo o imágenes de explosiones nucleares recicladas de algún documental. Ni siquiera se le puede salvar porque cuente una historia increible. Casi parece más típica de una serie de la época en la que en cada capítulo los protagonistas llegan a una zona, viven una aventurilla y siguen su rumbo. Ni a los que crecimos viendo El equipo A nos salva la tarde el cogernos a la carta George Peppard (que aquí luce bigotillo, aunque en la carátula del VHS se la ventilaron).
Quizá lo único remarcable sea que se avanzó a las películas post-apocalípticas que puso de moda Mad Max II. ¿Pero eso es una virtud?
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