Estevez ejerce aquí de un piloto de ¿Fórmula 1? que duerme con Rene Russo y se dicen tonterías de pitiminí. El tipo, que se las veía muy felices, se revienta la crisma contra un muro durante una carrera, pero no encuentran ni un pedacito de él entre los restos del monoplaza. Como si se hubiese volatilizado. Paralelamente, Estevez despierta en una especie de laboratorio del que consigue escapar, para descubrir que el mundo ya no es como él recordaba.
La película está basada en Immortality Inc. (1959) —del que no tengo constancia que se editara en castellano— el primer libro de Robert Sheckley, del que ya dimos cuenta en la reseña de El precio del peligro (Le prix du danger, 1983) y como curiosidad tiene otra novela, Trueque mental (Mindswap, 1965), con ciertos paralelismos en la que en el futuro la forma más rápida de viajar a otros mundos es intercambiando la conciencia con individuos de otros planetas, y que fue fusilada sin miramientos en Xchange (Xchange, 2001).
Y es que es una pena que un punto de partida tan interesante acabase cayendo en el clásico producto hollywodiense donde el prota es constantemente perseguido y no sabe de quien fiarse mientras se pasea por unos cromas infectos.
¿El director? Geoff Murphy que ni lo conocerás, pero que es un neozelandés que dirigió la cult movie El único superviviente (The quieth earth, 1985); Intrépidos forajidos (Young guns II, 1990), que es como se título la secuela de Arma joven por estos lares; y su casi asentamiento en la industria hollywoodense Alerta máxima 2 (Under siege 2: dark territory, 1995), que como no recaudó lo esperado se volvió a productos de serie B como Fortaleza infernal 2 (Fortress, 2000) o telefilms en su Nueva Zelanda natal. Cosa que le valió para dirigir la segunda unidad de la trilogía de El señor de los anillos (Lord of the rings, 2001).
En el cast es donde tenemos la parte divertida. Además de Emilio Estevez, tenemos a Rene Russo, que luce exactamente igual en la escenas de 1991 y las de 2009, ni un triste maquillaje para envejecerla; Amanda Plummer haciendo de monja pistolera; David Johansen, cantante de los New York Dolls y que te sonará más por ser el fantasma taxista de Los fantasmas atacan al jefe (Scrooged, 1988); Jerry Hall, la novia desfigurada del Joker en Batman (Batman, 1989) y que era la pareja en la vida real de Mick Jagger, que aquí ejerce de policía perseguidor de Emilio Estevez. Y también tenemos a Anthony Hopkins, que por mucho que salga en el cartel no lo vemos ni 15 minutos en pantalla.
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