Disfraces de superhéroes que no sabes si son chandals o pijamas, que ni se molestan en meterles una máscara y colocan una careta de plástico chungo con su gomita elástica en el cogote, eso cuando no cogen a un Spiderman y le abren toda la parte de la boca a la máscara para que el niño no se asfixie, o los guantes que no llevan para poner los dedos y parecen manoplas, o esas fundas para poner encimas de las zapatillas y que parezca que lleva las botas oficiales... y así podría seguir con inventos más harapienses incluso.
Así que me meto en internes para ver unos trajes guapos de Batman y me encuentro que no somos el único país casposo de botijo y pandereta:
A destacar el detalle del logo en la frente y bien dorado que se note que si salimos con eso a la calle tenemos ganas que nos peten el ful.
Aquí tenemos un cruce entre el Cordobés, Batman, He-man y yo que se más. Un puro delirio psicotrónico que no puede haber sido engendrado por nada de este mundo. Con varios complementos a destacar: la huevera redondeada cual Filemón, la espada del poder a lo Thundercats (recordemos el ojo de Thundera, no el ojo del culo) y la falta de un emblema en el pecho. Ah, ¿que alguién dudó de su autenticidad?
La crem de la crem. Sólo por tener los santos cojones de intentar timar algún incauto con este pseudo traje batmaniaco ya merece todo mi respeto, amor y profunda admiración. No menos que al pobre que han metido dentro de la capucha, 10 tallas más grande que él. ¿Qué puedo decir? Una imagen vale más que mil palabras.
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