Cuando me enteré que un año atrás (aquí emitida este 1 de noviembre de 2018 en Antena 3 a la hora del café) se había estrenado una nueva Los ojos del bosque de la que no tenía constancia, la imaginación comenzó aflorar. Si de un clásico de culto de la factoría Disney se hace una versión actual y no había oído nada sobre su gestación y cuando me entero de su existencia es un año después de su estreno, saltan las alarmas. La cosa pinta mal. Lo primero que me viene a la mente es su condición de producto directo para el Disney Channel. Bueno, tampoco seamos fatalistas, hoy en día los productos televisivos tienen nivelazo. No pasa nada, quizá han visto que una nueva versión de un fracaso de la época chunga de Disney no tenía demasiado recorrido en salas y han decido que tenga vida en el canal televisivo.
Hasta ahí el listado de errores por mi parte. Porque ni estamos ante una producción Disney, ni ante un remake, porque había pasado por alto que el origen era el libro A Watcher in the Woods de Florence Engel Randall. Con lo que el término "nueva adaptación" sería lo apropiado.
Producida por el canal Lifetime, canal de corte femenino que aquí podríamos comparar con Divinity, con lo que tampoco vayamos a esperarnos un festival de terror del bueno. Y dirigida por Melissa Joan Hart, que igual no te suena el nombre pero lo verás más claro si te digo que es la prota de la serie noventera Sabrina, cosas de brujas. Sí, la tipa que debe estar subiéndose por las paredes por ver como la nueva adaptación de Sabrina por parte de Netflix le ha dado sopas con hondas.
Al parecer la chica era una gran fan de la película de Disney (además de La montaña embrujada) y en los 90, junto a su madre, Paula Hart, productora de la serie Sabrina, pensaron en hacer una nueva versión con la chica de protagonista. El problema que se encontraron es que Disney había perdido la documentación de los derechos y pasaron casi dos décadas hasta que los localizaron y se los cedieron, lo que hizo que la actriz no tuviese edad para ser la protagonista y acabó haciendo su debut como directora.
Y más se nota la falta de medios cuando han de hacer aparición los efectos especiales, que acaban siendo de aquellos digitales de algún programa de edición. O cuando son "analógicos", como unas ramas que rodean a una chica, que se nota a leguas que hay alguien fuera de plano manejando las ramas.
La versión Disney de Los ojos del bosque no era perfecta (y seguramente por eso ha quedado como cult movie), pero tenía muchos elementos que nos mantenían enganchados e, incluso, con momento de cierto terror, cosa que no hace esta nueva versión que destroza un material con muchas más posibilidades de las que acaba luciendo este telefilm de segunda fila.
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