Casi 4 años le costó a Proyas estrenar su segundo largometraje (intervalos de tiempo que acabaron siendo una constante en su filmografía), un guión que tenía escrito desde 1990 (al menos la primera versión), volviendo a incidir en el género fantástico con cierta estética videoclipera y con mucho decorado recargado, donde un hombre despierta amnésico, mientras intenta descubrir quién es, se encuentra que es acusado de una serie de asesinatos.
Una vez la película fue terminada los pases de prueba no acaban de funcionar y New Line se encargó de hacer cambios en la edición final. Al igual que en Blade Runner, acabaron poniendo una voz en off que le daba todo mascado al espectador, además de aligerar el ritmo. Este detalle de incorporar un narrador, que desde el principio nos explica que unos seres alienígenas llamados "los ocultos" tienen que abandonar su mundo, pues su civilización está en decadencia, buscando una cura llegan al nuestro, donde se dedican a parar el tiempo cada medianoche para modificar la ciudad y a sus habitantes, dejaban poco a la imaginación. Detalle éste que eliminó Proyas en su edición definitiva en DVD, además de añadir 10 minutos al metraje y retocar los efectos digitales.
Con un elenco formado por Kiefer Sutherland, en su etapa oscura en plena inmersión con las drogas, mucho antes de su resurrección con la serie 24; Richard O'Brien, el Riff Raff de The Rocky horror picture show; Melissa George, prota de La morada del miedo y 30 días de oscuridad; William Hurt y la siempre guapa Jennifer Connelly.
Aunque el protagonista absoluto era Rufus Sewell (es habitual verlo haciendo de malo, como Destino de caballero y El ilusionista) una elección no demasiado fácil por su escaso reclamo, pero que ayudaba a que el público no se encontrase con el action hero de turno.
Con un guión que también pasó por las manos de David S. Goyer (guionista de la secuela del cuervo y de multitud de films del género de superhéroes como Nick Furia: objetivo Manhattan) y que el concepto original era de un investigador que trabaja en un caso hasta que se ve envuelto de algo mucho más grande que le sobrepasa y acaba volviéndole loco. Este personaje podría ser perfectamente el agente Walenski, que en el film final acabó siendo un personaje secundario pero con suficiente importancia en la historia.
El film, sin ser un fracaso acabó por pasar muy desapercibido en su estreno, recuperando los 27 millones de dólares que costó. Fue después, ya en su paso al formato doméstico, cuando comenzó a crear una legión de fans que la catapultaron a film de culto. Muchos de ellos preguntándose por qué, un año después, sí tuvo éxito Matrix, film del que es sabido y requetesabido que fusilaba a Dark City. No sólo por esa trama de estar viviendo un mundo irreal donde hay unos observadores más allá, si no por la cantidad de planos que están calcados. También hay que recordar que en ambas estaba el mismo productor (Andrew Mason), directora artística (Michelle McGahey) y compartieron algunos decorados en los estudios australianos de la Fox.
Al respecto de este tema Proyas dice que "la imitación es la mejor forma de adulación". Pues eso.
1 comentario:
Dark city es una de esas películas que me retrotraen a noches y madrugadas de cine con los amigos viendo pelis sin parar. No me sucede lo mismo con Matrix,un enorme bluff en mi opinión que fué incluso a peor en cada una de las continuaciones.
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