En los 90 apareció la hoy tan conocida Nickelodeon con una ristra de series bajo el brazo. De éstas, la que pegó más fuerte fue Rugrats, aventuras en pañales, que aquí llegó por TV3 a finales del 94 como Quatre grapes y con la coletilla "de los creadores de Los Simpson". Pero, además, también estaban por ahí Doug, Ren y Stimpy y Aaahh!!! Real Monsters, aquí titulada Mi profe es un monstruo. Y es en esta última, que nos aterrizó de la mano del Canal Plus a finales del 95 (ya en el nuevo milenio TV3 la programó como Monstres de veritat), en la que nos detendremos. Concretamente de su adaptación a los 16 bits de la Super Nintendo.
Lanzado por la división de videojuegos de Viacom y desarrollado por Realtime Associates, que ya había hecho lo propio con la serie Beavis and Butt-head en un cartucho que recuerda mucho al que ahora tratamos. Al menos en su versión para Super Nintendo.
Lo cierto es que no se comieron demasiado la cabeza. Como era habitual en cualquier adaptación videojueguil de la época, todos se decantaban por el género estrella de las máquinas 8 y 16 bits: los plataformas. Esto era un comodín con el que parecía que ninguna adaptación de película, serie, etc, podía fallar.
La historia es bastante fiel a la versión televisiva, donde se narra las aventurillas de Ickis, Oblina, y Krumm, unos monstruos que van a una escuela que se halla en un vertedero y donde les enseñan como asustar a los humanos.
En el videojuego podremos llevar a los 3 protagonistas. Cada uno de ellos tiene una habilidad especial (agilidad, lanzamiento de compañeros y capacidad de ver más allá de lo que nos muestra la pantalla). Además de un ataque especial que es común para los 3 y permite eliminar a cualquier rival que tengamos delante en ese momento. Controlaremos a uno de ellos y los otros dos nos irán siguiendo y cuando necesitemos usar una de las habilidades simplemente cambiaremos de personaje. Esto nos puede llevar a pensar en el Lost Vikings, pero no. Éste no es un plataformas repleto de puzzles donde será imprescindible combinar las habilidades de los 3 protagonistas para ir avanzando, si no un plataformas puro y duro donde, salvo alguna excepción, las habilidades especiales las usaremos para llegar algún ítem que rellene nuestro marcador de vidas, energía o sustos. Ítems que van desde unos tarros con moscas (energía), raspas de pescado (que usaremos como arma arrojadiza) o libros (que nos permitirán hacer sustos que eliminan a los humanos).
Ahhhh real monsters es un juego larguito. Evidentemente no llega a las horas de diversión que nos daba un Super Mario World, pero no se quedaba en la menos de una hora que nos puede durar un Aladdin o Batman Returns. Aquí la cosa pasa de las 3 horas, que hay que hacerlas del tirón porque ni contamos con una pila de guardado o los temibles passwords (¿cuántas veces nos salió password incorrecto porque no lo habíamos apuntado bien o el cartucho nos hacía la pirula?). Por fortuna el juego no es imposible (los jefes de nivel son de lo más fácil), pero eso sí, al final la dificultad viene por lo cansino que acaba siendo un juego que nos llevará al vertedero, un gimnasio, unos aseos, la oficina de correos, un museo o un centro comercial.
A nivel técnico el juego luce lo justo para no ser un adefesio. Los gráficos están bien llevados y son muy fieles a la serie animada, con unos movimientos de los personajes muy conseguidos y destilan cierta personalidad cartoon. La música es agradecida, con un toque Elfman muy de la época, por contra los efectos sonoros son con diferencia lo peor.
Lamentablemente, al igual que el desarrollo, la cosa acaba siendo repetitiva con escenarios demasiado similares. El control de los personajes tampoco ayuda al conjunto, con unos fallos garrafales que se ven aumentados cuando los dos personajes que no manejamos se crucen en nuestro camino y entorpezcan nuestros saltos de fe de una plataforma a otra.
Resumiendo, el clásico juego no demasiado conocido, que no destaca por nada en concreto ante la exagerada cantidad de cartuchos del género que imperaban en los 16 bits, que es más carne de completistas que de jugones.
3 comentarios:
Pues estos dibujos yo no los he visto nunca, el videojuego menos, el único que si me suena es la patata rosa con los ojos de caracol.
No sé si la serie te hubiese gustado, pero los diseños y animación seguro que sí.
Los rugrats me parecían buenos e ingeniosos, había un episodio que el perro se ponía la dentadura del abuelo... Me descojonaba
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