Debut en las tareas de director de Dan Aykroyd en este film con un espantoso título impuesto por la distribuidora de turno a partir del original, Nothing but Trouble. Curiosamente en nuestro país apareció una década después otro film con el mismo título, dirigido por Barry Sonnenfeld y con Tim Allen. Un bodrio, vamos.
Pero sigamos con el film de Aykroyd, uno de esos actores a los que nunca he llegado a entender cual era su gracia, lo mismo que me pasa con el protagonista del film, Chevy Chase. ¿De verdad este tío tiene gracia? Hombre, hay que decir que John Carpenter llegó a decir que era su actor favorito, ahí lo dejo.
Chevy Chase es un millonetis de la bolsa que un buen día conoce a una primeriza Demi Moore y con intención de ligársela se la lleva junto a unos amigos a Atlantic city. Pero pese a su BMW último modelo y su sistema de GPS acaban perdiéndose en una extraña localidad de minas de carbón llamada Valkenvania. Dentro del pueblo cometen una infracción de tráfico y en su intento de huida acaban siendo capturado por el policía del pueblo, que los lleva ante el juez Alvin Valkenheiser, un vejestorio de más de cien años que los acaba encerrando en su casa y haciéndoles la vida imposible.
El gran lío es un yo me lo guiso, yo me lo como por parte de Aykroyd y su troupe. Empezando por la historia, escrita conjuntamente con su hermano Peter, que está basada en una experiencia real que tuvo cuando fue detenido por una falta leve y llevado a un juzgado esa misma noche en un pueblo de esos perdidos. Además de reservarse el papel del juez Valkenheiser y del deforme Bobo, dos personajes bañados en capas y capas de maquillaje que lo hacían casi irreconocible.
Luego el cast, toda una reunión de esa remesa de cómicos canadienses que acabaron en el Saturday nigh live: el propio Aykroyd, Chevy Chase, Jon Candy o Valri Bromfield.
Y, como no podía ser de otra forma en la mayoría de películas comentadas en este blog, El gran lío significó un fracaso mayúsculo. Con un presupuesto muy alto para la época (y más para ser una comedia con toques fantásticos) de 40 millones de dólares apenas consiguió recaudar menos de 10. Este fracaso condenó a que en muchos países acabase estrenándose directamente a vídeo, como en nuestra tierra, cosa que se nota mucho en su poco cuidado doblaje. Quién sabe que parte de culpa pudo tener un sosísimo trailer o un cartel muy poco inspirado (el cartel alternativo mola mucho más, obra de Boris Vallejo, que ya había hecho algunos para pelis de la National Lampoon).
Con todos estos ingredientes uno puede pensar que la película es un bodrio, pero eso no es así. Para empezar nos encontramos con la clásica película del grupo que se pierde en un pueblo lleno de tarados (estilo La matanza de Texas o Deliverance) pero pasado por el túrmix humorístico de Aykroyd, aunque, todo hay que decirlo, su humor no es que sea fetén precisamente. En general el tipo se las suele gastar con un estilo grotesco como la escena donde el juez se come un hot dog o la nariz con forma de prepucio que luce. O sea, que a ese género de supervivencia le dan un golpe de tuerca humorístico que no se había explotado.
Los maquillajes y, sobre todo, el diseño de producción, son de primera, simplemente echando un ojo al interior de la casa del juez nos damos cuenta del nivel de detalles que llegaron a tener, además de todos los alrededores de la casa que es una mezcla entre chatarrería gigante y parque de atracciones en decadencia.
En definitiva, que si uno es capaz de olvidarse que el protagonista es Chevy Chase (cosa que, por otro lado, aquí no molesta en absoluto porque el tío está muy controlado) se le puede sacar chicha. Eso sí, se nota que la cosa no la acababan de tener clara porque el final es raro, raro, raro.
3 comentarios:
Lo cierto es que a Chase yo tampoco le he visto nunca la gracia pero bueno, los hay peores.
En cuanto al resto del reparto a mí si que me gustan todos y con Aykroid me he reído mucho.
Supongo que, en su momento, vería la película, pero no me suena para nada. Voy a buscarla y a vérmela. Por cierto, que gracias a tu blog me estoy haciendo una videoteca ochentera de lo más chula. Gracias ;)
Ah, y el segundo cartel mola un huevo más.
Chevy Chase me parece de esos actores que no tienen la más mínima gracia, es más, directamente no actúan, están ahí y se resguardan en el guión. Me recuerda a Adam Sandler.
Bueno, esa era la idea del blog, reseñar pelis alejadas de las novedades.
El cartel que mola un huevo es el de Howard.... ja... jaja.. .ja.. bueno es igual
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