En Pánico a las tres tenemos a Jerry Mitchell, un chavalín de instituto, el clásico que pasa desapercibido pero muy aplicado, que acaba topándose con un nuevo estudiante que resulta ser un matón. Por la clásica chorrada, de esas que pasan sin querer, el matón le emplazará a las 3 para darle una paliza. Así que ya tienes al pobre Jerry maquinando durante todo el día como evitar la fatídica cita.
Volviendo a Spielberg, éste le ofreció dirigir un par de episodios de Cuentos asombrosos titulados Santa '85 y La muñeca. Después de eso, el director de Hook recibió la visita del productor (sobre todo) televisivo Aaron Spelling que estaba intentando poner en marcha un guión llamado After School, que era, en gran medida, una comedia al estilo de John Hughes. Spielberg ayudó a poner en marcha el proyecto y colocó en la dirección a Joanou. Es por eso que, pese no aparecer acreditado, pues el proyecto no lo consideraba suyo y apenas interfirió, mucha gente considera la película una especie de hijo bastardo de la factoría Amblin.
Y, efectivamente, ese guión titulado After School acabó mutando a Three O'Clock High (o Pánico a las tres para nosotros) y se desprendió en buena medida del sello Hughes y acabó teniendo una fuerte influencia de After hours / ¡Jo, qué noche!
Como protagonista nos topamos con Casey Siemaszko, que si bien no terminó haciendo nada destacable, nos sonará por ser uno de la pandilla que siempre perseguía a Marty McFly (concretamente el que llevaba las gafas 3D) y el prota de aquel episodio titulado La misión y dirigido por Spielberg para Cuentos asombrosos en el que un avión de guerra tiene estropeado el tren de aterrizaje y él está atrapado en la parte de abajo del aparato. Y luego poca cosa destacable hizo.
Como el matón tenemos a Richard Tyson, que era el malo de Poli de guardería. Y es que con esa cara de cromañón no tiene muchas posibilidades más el pobre. Además teníamos por ahí, el ahora "amigo de sobrepasarse con compañeras de trabajo" Jeffrey Tambor; John P. Ryan, habitual de la Cannon; y Mitch Pileggi, el Skinner de Expediente X o el malo de Shocker.
Y en el apartado técnico apuntar un par de nombres. Barry Sonnenfeld, futuro director de La familia Addams o Men in Black, como director de fotografía (lo que la enlaza todavía más con Arizona baby), y Tangerine Dream en una no demasiado inspirada banda sonora.
Pánico a las tres costó 6 millones y apenas recaudó la mitad. Un fracaso que hizo que los productores quedasen defraudados, pues ellos esperaban algo más del estilo Karate Kid (sic). Todo ello hizo que aquí nos llegase directamente a vídeo.
Por su parte, Phil Joanou ha terminado siendo el clásico director que prometía mucho y acabó chocando con la forma de trabajar de los grandes estudios, que no le permitían tener el control total sobre sus películas. Ahí tienes los casos de El clan de los irlandeses (con la que se topó con la Orion entrando en bancarrota) o Análisis final (donde se las tuvo con el mismísimo Richard Gere). Todo ello hizo que se alejará bastante de Hollywood y su escasa filmo se decantase por productoras más pequeñas independientes. Aunque siempre tiene un hueco para rodar algún clip de sus colegas U2.
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