A finales de los 90 alguien debió pensar que, después de ser despedido del Saturday Night Live por sus chistes sobre violaciones, pedófilos y asesinatos, quizá podría ser un actor cómico que petara las taquillas, con lo que le montaron esta película para su lucimiento, en la que él mismo era guionista junto a otros que también venían del Saturday Night Live.
Aquí el bueno de Norm hace de lo de siempre, un tipo que es un inútil que lo despiden de todos los trabajos. Incluso su novia le deja de patitas en la calle. Con este panorama acaba pidiendo alojamiento a su amigo de la infancia, con la mala suerte que el padre de éste tiene un ataque al corazón y necesita un transplante de forma urgente. Y para más mala suerte el transplante parece poco probable ya que en el hospital tiene preferencia los jóvenes. La solución se les presenta cuando el médico les dice que tiene una deuda de juego con unos mafiosos y si le consiguen 50 mil dólares en dos semanas hará la operación.
Trabajo sucio es una comedia fallida, con la misma cagada que tienen estos productos, que la moralina y los buenos sentimientos acaban imponiéndose. Esto no sería malo si estuviéramos viendo ¡Que bello es vivir!, pero no es el caso. La película protagonizada por MacDonald empieza bastante fuerte con humor escatológico, con puteros y mala gente (todo lo que le gusta a este cómico), pero poco a poco esto va dando paso a lo almibarado.
Otro detalle flojeras es una especie de vacío entre chiste y chiste. Es como si todo estuviera pensado para televisión y ahí faltasen las risas enlatadas.
En la dirección alguien que conocemos sobradamente, aunque por su nombre, Bob Saget, no nos dirá mucho. El tipo en cuestión te sonará más por Danny Tanner, el cabeza de familia de Padres forzosos, que con el tiempo ha terminado en pequeños papeles en alguna serie y cameos, además de intentar labrarse una carrera como director, aunque en su mayoría en telefilms.
Por ahí tenemos a un perdidísimo Chevy Chase (haciendo de médico), Christopher McDonald (el malo de Superhero movie), Traylor Howard (de la serie Monk), Jack Warden (el abuelo de la saga de Este chico es un demonio), David Koechner y Artie Lange, que, como muchos otros que participaron en el film, ya fuese actuando o guionizando, acabaron en El show de Norm.
Mogollón de cameos de Adam Sandler, John Goodman, Chris Farley (en su última película haciendo de putero sin nariz porque una puta vietnamita se la arrancó), Gary Coleman (totalmente surrealista), Rebecca Romijn y alguno más que se me ha escapado.
La película se lanzó muy de tapadillo al otro lado del charco, aunque tuvo una carrera comercial no demasiado horrible, al menos para recuperar su presupuesto. Aquí, evidentemente, ni se estrenó en cines y fue carne de videoclubs. No esperábamos menos del bueno de Norm.
No hay comentarios:
Publicar un comentario