domingo, diciembre 11, 2011
Entre tomas (II)
Este director chaparraete con pinta de hawaiano (básicamente porque lo es), se ha labrado toda una carrera entre la serie B y Z. Empezó en esto del cine como ayudante en producciones japonesas a principios de los 70, para luego volver a los USA.
Su primer film, Cromwell, el rey de los bárbaros, ha sido su mayor éxito comercial cosechando más de 30 millones de dólares. A partir de ahí sus películas comenzaron a navegar por los escasos medios que le daba la Cannon, hasta que a finales de los 80 presenta el guión de la secuela de Masters del Universo, que tenía que rodar a la vez que la adaptación de Spiderman. Justo en medio de la pre-producción, cuando ya se habían gastado unos cuantos fajos de billetes en vestuario, Yoram Globus y Menahen Golan le cortan el grifo por problemas con los derechos de Mattel. Pero Pyun no se amedrenta y se saca de la manga un nuevo guión para aprovechar el dinero invertido, coge las riendas de director, ficha a Jean-Claude Van Damme y nos vomita en la cara un hit para los videoclubs, Cyborg.
Todo esto para acabar en la 21 Century de Menahem Golan y engendrar un delirante Capitán América, que no termina de salir en cines para acabar de hacerlo directamente en vídeo, que seguramente es mucho menos interesante que todo los problemas que rodearon esta co-producción.
A partir de ahí cuesta abajo y sin frenos en compañía de Kevin Sorbo, Michael Paré, Steven Seagal, Ice-T y Christopher Lambert.
Amigo de coger cyborgs y convertirlos en ninjas, cada noche llora y le reza al niño Jesús para que algún día se apiaden de él y le dejen lanzar el montaje de Capitán América que tenía en mente hace 20 años.
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