martes, febrero 22, 2011
Tintín y el secreto del toisón de oro
A finales de este 2011 nos llegará el inicio de una saga ideada por el tándem Steven Spielberg y Peter Jackson en animación 3D, Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio.
Pero la creación de Hergé ya conoció versiones cinematográficas décadas atrás. Y no solo con versiones animadas (El templo del sol, Tintín y el lago de los tiburones...) si no con versiones con actores de carne y hueso.
La primera fue este Tintín y el secreto del toisón de oro en 1961, producción franco-belga como tenía que ser. Y pese a usar los personajes del universo Tintín el argumento no está basado en ninguno de los cómics publicados.
Aquí tenemos la historia de como el capitán Haddock recibe la noticia que su amigo Themistocle Paramelic ha muerto y le ha dejado en herencia un barco, el Toisón de oro del título. Ni corto ni perezoso, Haddock se embarca, junto a Tintín y el profesor Tornasol, rumbo a Estambul para hacerse con el barco. Una vez allí descubren que la nave está para el desguace, aunque lo más sorprendente será la oferta millonaria que reciben para venderla. Hecho que les hará sospechar que algo debe esconder el barco.
Pese a que en el argumento no tuvo nada que ver Georges Prosper Remi, alias Hergé, la película respeta bastante todo ese espíritu naíf que tienen los cómics.
Los personajes son clavados estéticamente a los del cómic. Y ahí radica uno de sus fallos, y es que esa estética en pantalla se ve ridícula, ya que parecen disfraces de algún catálogo de carnaval. No hay más que ver la barba del capitán Haddock para que empiece a darnos urticaria.
Los yankis, que de esto saben mucho, han sido lo suficientemente listos como para cambiarle el azul por el negro a Batman o no usar el traje amarillo de Lobezno, para hacernos ver que las translaciones del cómic a la pantalla no tienen que ser idénticas para salir bien.
Se nota bastante que a los actores los escogieron únicamente por su parecido físico, como es el caso de Jean-Pierre Talbot, que interpreta a Tintín, que ni siquiera era actor.
La edición española que he visto está redoblada, además de una forma espantosa, con voces malas que ni pegan con sus personajes. Pues la cuestión es que aquí se repite el efecto El hobbit, la banda sonora no tiene nada que ver la versión original.
Si al espantoso redoblaje le añadimos que es una peli bastante plana, con una realización muy telefilmesca y tosca no es aconsejable verla a la hora de la siesta. Para fans del cómic y gracias.
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