En 1987 la Filmation (no confundir con aquella técnica pseudo-3D de los ordenadores 8 bits) se sacaba de la manga esta película basada en el personaje de Collodi, aquí distribuida por la no menos clásica Filmayer. Pero antes de hablar de la peli haré un poco de historia remember de la productora que tantas horas nos tuvo enganchados a la tv en los 80 (al menos a mí), y es que, en el fondo, hablar de Pinocho y el emperador de la noche es una simple escusa para hacerlo de la Filmation.
La Filmation nació en los 60 de la mano de Norm Prescott y Lou Scheimer (¿quién no recuerda este último nombre en los títulos de crédito de las intros como si fuese sinónimo de calidad?) y tuvieron su momento de máximo esplendor en los 70 y 80 con series como Sabrina, Star Trek, Dick Tracy, Flash Gordon, Masters del universo, She-Ra, el gordo Alberto o el grueso de superheroes de la DC como Batman, Supermán, Flash, Aquaman, Superboy o La liga de la justicia. Aunque no sólo vivían de la series animadas, también produjeron alguna con actores reales, como Shazam!, Jason Of Star Command, copia de Star Wars, o Ghostbusters, que aquí llegaron a sacar algún episodio en vídeo y era una supuesta comedia con decorados que no llegaban a cartoon-piedra (chiste made in Raiben). Años después, aprovechando el éxito de la película de Aykroyd-Murray-Ramis, y que ellos tenían el copyright de Ghostbusters relanzaron su lamentable serie pero en dibujos animados. De ahí que la serie de dibujos que sí estaba basada en la peli de la Columbia tuviera que salir con la coletilla de Los auténticos Cazafantasmas.
Y para terminar con este repaso decir que L'Oreal (sí, sí, la de los productos de belleza) compró la Filmation, y un año después, en el 89, cerró sus puertas.
Volvamos con Pinocho. La película realmente es una especie de secuela tardía de la de Disney. Aquí los hechos ocurren un año después, cuando Pinocho ya es humano. En el pueblo donde vive llega una noche un misterioso barco rodeado de niebla, de él, como por arte de magia comienzan a desembarcar todos los bártulos de la feria y se construye por sí sola. Igual que en El carnaval de las tinieblas estaba Mr. Dark aquí está Scalawag, la mano derecha del Emperador. E igual que en el original se dedican a engañar a los niños, aquí convirtiéndoles en marionetas.
¿Parecidos razonables?
Y el comentario sobre la versión Disney no es para nada gratuito. Este pseudo-secuela sigue al pie de la letra el mismo esquema. Si allí teníamos a Pepito Grillo aquí nos encontramos con una luciérnaga de madera llamada Candelín (hay que decir que la peli lleva el doblaje sudamericano original de la época), un gato y un zorro eran los encargados de llevar a Pinocho hacia el lado oscuro, rol que aquí desempeñan un hurón y un mono. Si allí eran tragados por una ballena ahora son tragados por el buque del emperador y la bacanal de los niños pre-burros fumando y bebiendo vuelve aparecer con alcohol y fama rápida cual Operación truño.
Igual que ahora la tónica de cualquier peli de animación es que lleve voces de actores famosos aquí pasó lo mismo, aunque quizás con actores menos famosos: Edwar Asner, Don Knotts, James Earl Jones y Liza Minelli que canta una de las canciones. Hay que decir que la peli es la clásica con cancioncillas y tal, que, todo hay que decirlo, son bastante buenas.
Lo que mejor funciona de la peli, pese a ser de corte infantil, son los momentos oscuros, el barco llegando envuelto en niebla y el diseño de los escenarios de su interior, Pinocho bailando ante un público compuesto por marionetas muertas o incluso los propios Scalawag y el Emperador son bastante satánicos, el primero parece más un zombi con su cara azulada.
No es ni mucho menos una mala película, y en cuanto a la animación ha perdido algo y es que sus 20 años a las espaldas le pesan pero aún y así es visible con algún efecto hecho por ordenador muy novedoso en la época.
4 comentarios:
Un apunte: Este Pinocho, si que se estreno en cines.
Pués no lo sabía, grácias por el apunte. Rectificaré.
De echo yo me acuerdo de cuando se estrenó...
Eso si, no fui a verla.
No era un hurón, era un mapache, como Rocket,de hecho se llamaba Pícaro Mapache y el mono era Igor. Y el secuaz del Emperador era Titirino. Lo de L'Oréal no lo sabía, ahora les odio
Publicar un comentario