martes, enero 27, 2015

Jumanji

Jumanji, Robin Williams, Kirsten Dunst, Joe Johnston

Años 60. Un chaval encuentra en unas excavaciones un cofre que alberga un juego de tablero, el cual se lleva a su casa y comienza una partida con una amiga. Pero el juego de mesa no es un juego corriente y el chaval acaba prisionero en él. Pasan los años y nos vamos al presente de los años 90, donde una pareja de hermanos llegan a la casa que años atrás fue habitada por el niño desaparecido y encuentran el juego de tablero.

Jumanji, Robin Williams, Kirsten Dunst, Joe Johnston

Jumanji fue uno de esos productos fabricados para aprovecharse de la incipiente tecnología digital en el cine, en una época que ya no solamente las grandes superproducciones (Parque jurásico, Terminator 2) podían hacer uso de ella, si no que las películas no tan grandes empezaban a poder usarla. Aunque claro, te encontrabas productos como Mortal Kombat o Spawn que nos dejaban con la sensación del quiero y no puedo.

Muy posiblemente dos fueron las producciones que más llamaron la atención en la época: La máscara y Jumanji. Films que, en la época, era muy habitual cazar en algún canal sus promociones a modo de making of, donde ponían todo el énfasis del mundo en su apartado técnico. Y si bien el film que acabó de lanzar al estrellato a Jim Carrey ha sido capaz de no verse demasiado perjudicado por el tiempo, Jumanji es otro cantar. Lo que en 1995 era una superproducción la mar de rimbombante, a día de hoy se queda en una infantil serie B con unos efectos digitales que no pasan la prueba del algodón. Especialmente sangrantes son las escenas de los monos (precisamente una a las que daban especial hincapié en los mentados reportajes). Después, cuando tiran de animatrónics la cosa tampoco mejora. Me viene a la cabeza la aparición de una planta carnívora que es tan de plástico que posiblemente lleve grabado lo de "Made in China" en su reverso.

Jumanji, Robin Williams, Kirsten Dunst, Joe Johnston

Pero todo eso no es un problema. Películas con peores efectos se han alabado en este blog, pero Jumanji no correrá la misma suerte. ¿Por qué? Porque aquí el desarrollo de la historia es decepcionante hasta decir basta. Una gincana que consiste en hacer aparecer un montón de bichos digitales y hacer correr a los actores de un lado para otro hasta que aparezcan otros bichos más grandes, más peligrosos y con más píxeles de resolución. Y es una auténtica lástima, porque todo el prólogo con la aparición del misterioso juego de mesa tiene su gracia y me parece mucho más interesante saber de donde viene el juego que el ver otra película de aventuras y buenos sentimientos capitaneados por un insufrible Robin Williams.

Ésto no es impedimento para que le film dirigido por Joe Johnston (Cariño, he encogido a los niños, Rocketeer) sea un título clave para la nostalgia de los que eran tiernos infantes en los 90, al igual que Los goonies o Una pandilla alucinante lo fue para los que sorbíamos mocos en los 80. 

Jumanji, Robin Williams, Kirsten Dunst, Joe Johnston

Como muchos sabrán el film está basado en un libro del mismo nombre con el que guarda no demasiadas similitudes. No es de extrañar, en la obra escrita por Chris Van Allsburg en 1981 apenas se sobrepasan las 30 páginas, con lo que la maquinaría de Hollywood tuvo que meter a la nada despreciable cantidad de 4 guionistas (más los que estarán sin acreditar) para alargar la historia lo suficiente para hacer un film.

20 años después el propio autor escribió Zathura, remake-secuela de Jumanji que también tuvo una adaptación cinematográfica (bastante mejor resuelta) en 2005. Y ahora se habla del inevitable remake del film que protagonizó Williams.

miércoles, enero 21, 2015

Critters (y secuelas)

Critters, Stephen Herek, Dee Wallace, 1986

De toda la vida los critters han estado en ese saco de todas las explotaciones que sufrió el film producido por Spielberg y dirigido por Joe Dante, Gremlins. Saco en el que convivían los Ghoulies, Munchies, Hobgoblins o, incluso, Troll o La puerta. Pero del que Stephen Herek, director y guionista de Critters, se desmarcaba diciendo que su guión es anterior al fenómeno Gremlins.

Herek comenzó trabajando en la New World cuando Roger Corman pululaba por ahí. Básicamente hacía funciones de asistente de director en el montaje de producciones como Space raiders (Invasores del espacio) o The Slumber Party Massacre, además de encargarse de los trailers y anuncios para televisión. Una vez que se sintió capacitado para dar el salto a la dirección se ajuntó con su amigo Domonic Muir y escribieron el guión de Critters, que, en un primer momento, era un homenaje a las series B y Z de ciencia ficción en clave de comedia. Algo así como lo que acabó siendo Mars attacks! pero hecha con cuatro duros.
Podríamos creer a Herek y tragarnos lo de que el guión es anterior a Gremlins, pero aun y así, lo que está claro, es que New Line acepta producirla después de ver las recaudaciones de las correrías de Gizmo y compañía.



Iniciamos la película con una secuencia con ciertas similitudes al principio de El terror llama a su puerta, también del mismo año. En el interior de una nave espacial que transporta presos, unos bichos con forma de bola consiguen escapar en otra nave que acaba llegando a la Tierra. Así que ya tenemos a una pareja de cazarrecompensas espaciales que acaban llegando a nuestro planeta para liquidar a los critters.

Critters no puede esconder a la época a la que pertenece. Sólo en los 80 se podía mezclar con tanto acierto el terror y el humor. Aunque, todo hay que decirlo, el film no es demasiado terrorífico y, sin llegar a las cuotas de infantilidad de las secuelas, es bastante para todos los públicos. Realmente es poco o nada sangrante, muriendo apenas un par de personajes. Mucho efecto analógico, con maquetas, títeres y maquillaje. Lo dicho, todos los tics ochenteros. Aunque eso sí, todo con las limitaciones de una serie B. Pero, aun y así, luciendo muy bien los medios con los que contaban. Con detalles muy originales como esos extraterrestres que no tienen rostro y acaban adquiriendo el que les resulta más cómodo. Todo ello con mucho ritmo. Prueba de ello es que hasta casi mitad de película no llegamos a ver a los critters y no por ello nos hemos aburrida nada.

Critters, Stephen Herek, Dee Wallace, 1986

En el reparto tampoco íbamos mal servidos: Dee Wallace, la mamá por antonomasia de los años 80 (E.T., Aullidos o Cujo); Emmet Walsh, el antiguo jefe de Harrison Ford en Blade Runner; Lin Shaye, la investigadora paranormal de Insidious; Terrence Mann y Don Opper, que fueron los únicos en repetir en cada una de las películas de la saga; y Billy Zane, que tiene el honor de ser la primera víctima de los critters. 

El diseño y fabricación de los critters corrieron a cargo de los famosos hermanos Chiodo (Killer Klowns), que si bien hicieron un trabajo más que correcto, no se pudieron recrear demasiado porque ni tenían un generoso presupuesto y en la época o tirabas de títeres o de animatrónics. Aquí desluce bastante los momentos de los critters atacando a la gente, donde se nota mucho que el actor de turno tiene enganchado en el cuello una bola de pelos y se retuerce por el suelo. Más o menos lo que hacía Lugosi en La novia del monstruo. También se nota esa falta de dinero cuando nos dejan entrever que hay un critter gigante pero que nunca acaban por mostrarlo.
Y recordar que el diseño de estas criaturas ha sido copiado/homenajeado con el vampiricántropo.
 
Critters, Stephen Herek, Dee Wallace, 1986
El terrible cartel de cine en Spain

Critters fue una serie B de 2 millones de dólares que acabó siendo la alumna aventajada de toda la retahíla que produjo el éxito de Gremlins, con 13 millones de dólares recaudados sólo en USA. Lo que, evidentemente, animó a New Line a producir secuelas.

Por su parte, Stephen Herek comenzó a labrarse una exitosa filmografía con la cultmovie Las alucinantes aventuras de Bill y Ted y una serie de éxitos de taquilla para Disney como Somos los mejores, Los tres mosqueteros y 101 dálmatas (Más vivos que nunca). Pero después de Rock star en los primeros 2000, su carrera decayó y pasó a las garras de los telefiilms y series como el fallido piloto de El joven MacGyver.



Critters 2, Mick GarrisCritters 2 (Critters 2: The Main Course, 1988). New Line vio que el éxito de Critters podía explotarse y convertirla en saga. Y la cosa no era demasiado complicada, ya que en el final nos dejaban esa posibilidad con unos huevos de critters que se quedaban en la Tierra. Dichos huevos eran encontrados por un vendedor de chatarra que los acaba vendiendo a la gente del pueblo para que los usen como huevos de Pascua. Paralelamente, Brad, el niño de que luchó contra los critters, vuelve al pueblo después de haberlo abandonado, encontrándose otra vez con todo el pitote formado. 
Parece ser que Herek tuvo discrepancias con la productora y prefirió apearse del proyecto, siendo remplazado por Mick Garris (luego más conocido por estar detrás de la serie Master of horror y por adaptaciones de Stephen King como El resplandor versión miniserie o Sonámbulos) que, junto a David Twohy, guionista de Waterworld, escribiría el guión y se encontraría con un presupuesto que doblaba el del anterior film. Además, volvió a contar con la mayoría de actores del primer film, como el chaval protagonista, Scott Grimes, Lin Shaye, el cazarrecompensa Terrence Mann y el tarado Don Keith Opper, que en el primer film nunca quedaba claro que se hubiera ido con los extraterrestres. En cambio, el papel de sheriff fue interpretado en esta ocasión por Barry Corbin (el dueño del periódico de Doctor en Alaska y el jefe de la empresa de Tú asesina, que nosotras limpiamos la sangre). También corría por ahí al habitual en comedias juveniles Eddie Deezen (Movida en la universidad, Locuras de medianoche), un cameo de Tom McLoughlin (director de Viernes 13 VI: Jason vive y visto en El abismo negro) y Cynthia Garris, una rubia cañón que Garris saca en todas sus películas porque es su mujer, porque lo que se refiere a dotes interpretativas la señora está muy limitada. Aunque su aparición es uno de los detalles graciosos del film, ya que interpreta al segundo cazarrecompensas que no acaba por decidirse por ningún aspecto hasta que ve el poster de un Playboy (grapa incluida). Y ese es el principal problema de esta secuela, que acaba rompiendo esa fina línea tan ochentera de mezclar humor con terror, haciendo hincapié en un humor demasiado exagerado, muy cartoon, pero que no pega para nada en un film con unos marcianitos dentudos. Todo por ello para acabar emparentándola cada vez más con el estilo Gremlins, aquí ya totalmente patente cuando vemos que los "nuevos" critters se comportan como las marionetas del film de Joe Dante, siendo más traviesos que malvados, muy comilones y haciendo trastadas varias. El film se acabó llevando un varapalo en la taquilla yanki, cosechando poco más de 3,5 millones de dólares, insuficientes para cubrir los 4 que costó. Aun y así habría que sumar el mercado internacional, sus pases en televisión y los alquileres, con lo que seguramente acabaron sacando suficientes beneficios para hacer una tercera entrega. 


Critters 3, Leonardo DiCaprio, Kristine PetersonCritters 3 (Critters 3, 1991). New Line vio rápidamente que el invento estaba totalmente agotado, al menos para distribuirlo en cines, y rodaron una tercera y cuarta entrega seguidas con vistas a su lanzamiento directamente a vídeo. Una familia vuelve de sus vacaciones y pasa por el pueblo donde tuvieron los problemas con los critters. Unos huevos de éstos se les cuelan en la caravana, eclosionando cuando la familia llega a la ciudad.
Aunque por el poster promocional nos pudiera dar la impresión que estos bichos dentudos acaban invadiendo la ciudad, nada más lejos de la realidad. Todo el conflicto se reduce a un cochambroso edificio del que por obra y gracia del guionista, que se saca de la manga una subtrama del clásico especulador que quiere dejar el edificio vacío para montar un centro comercial, apenas hay cuatro inquilinos. Pero aun y así hace mucha gracia que ésto nos lleve a unos grandes paralelismos con el argumento de Gremlins 2, que es del mismo año y también ocurría en un edificio, aunque en este caso es un edificio de lujo, un rascacielos en el que hay laboratorios, estudios de televisión y una especie de centro comercial. Y es que aquí ya no se esconden y los critters son cada vez más parecidos a los gremlins: se dedican a ver la tele, comer y reírse mucho. Incluso uno de ellos tiene un mechón blanco. En la dirección Kristine Peterson, que como directora tiene una filmografía bastante apestosa, pero como directora de segunda unidad ha estado en El exterminador 2, Temblores o Las alucinantes aventuras de Bill y Ted de Stephen Herek. En el elenco las cosas tampoco mejoran demasiado: los gemelos Joseph y Christian Cousins, que lo recordaremos por ser el niño protagonista de Poli de guardería; Frances Bay, vista en algunos episodios de Seinfeld y era la señora Tremond en Twin Peaks. Fuego camina conmigo; además de los únicos que repetirían en todas las entregas de la saga, Terrence Mann, que sale dos minutos al final, y Don Opper. Y, por supuesto, el gran debut en el cine de Leonardo DiCaprio, que un año después ya comenzaría a despuntar en Los problemas crecen. Hay que decir que a partir de aquí los hermanos Chiodo ya no se encargarían de los muñecos, cosa que ya denota el poco dinero con el que se contaba. Pese a tener un lanzamiento directamente a vídeo en los USA, aquí llegó a estrenarse en cines pero muy de tapadillo.
 


Critters 4, Rupert Harvey
Critters 4 (Critters 4, 1992). Si en la primera pasaba en una granja, la segunda en un pueblo y la tercera en un edificio el proceso natural nos llevaría a la ciudad, cosa que era lo que nos insinuaban en la tercera. Pero el presupuesto no daba para más y los cabezas pensantes decidieron rizar el rizo e ir un paso más allá y conquistar el espacio que, además, podía ser más barato por aquello de mantenernos en un entorno cerrado como es una nave espacial. Cosa que ya es imprescindible en cualquier saga que se precie (Viernes 13, Leprechaun, Drácula...).
Posiblemente lo mejor de la película es que, al estar rodadas de forma seguida, esta Critters 4 es una secuela de la tercera, al menos sigue justo en el momento que terminaba aquella. Sólo quedan dos huevos de critter por exterminar y justo cuando el pseudo cazarrecompensas Charlie se dispone hacerlo, recibe un aviso del otro caza critters advirtiéndole que no puede hacerlo, ya que las leyes de la galaxia prohiben la extinción de ninguna especie. Así que le pide que los deje en una cápsula a la que queda atrapado y se queda en estado de hibernación vagando por el espacio hasta el año 2045, cuando una nave espacial lo recoge y acaba soltando, como era evidente, a los critters. Como decía, una cuarta entrega que, si bien tiene mejor empaque que la anterior y eliminan (¡por fin!) el sentido del humor infantil, las cosas no pasan de una copia de Alien, es más, en el cartel americano la frase promocional era una parodia de ésta (In space, they love to hear your scream!). Dirigida por Rupert Harvey, que había sido productor de toda la saga y ésta fue su única incursión en la dirección. En el reparto Angela Bassett, la que hicera de Tina Turner en su biopic cinematográfico; Brad Dourif, la voz original de Chucky o el lengua de serpiente de El señor de los anillos, entre otros muchos trabajos que ha hecho; Eric DaRe, el Leo Johnson de Twin Peaks; además de los inevitables Terrence Mann y Don Opper. Esta cuarta entrega ya no se estrenó en nuestros cines, llegándonos directamente en vídeo, significando el punto y final a una saga que, salvo su creador, nunca ocultó su condición de exploitation del género de bichos pequeños, peludos y dentudos. En algún momento u otro alguien resucitará a los personajes y hará un remake, cambiando a los muppets por personajes digitales. Pero de momento eso tendrá que esperar, porque ni sus primos ricos, los gremlins, tienen intención de volver a visitar nuestras pantallas. Aunque la Warner ha anunciado que está trabajando en llevarlos a la tele en forma de serie. Veremos que pasa.

miércoles, enero 14, 2015

The Adventures of Mutilator (Hero of the Wasteland) de Eric Fogel

The Adventures of Mutilator (Hero of the Wasteland), Eric Fogel

A mediados de los 90 el nombre de Eric Fogel comenzó a sonar. Se había estrenado la serie animada The head en la MTv (cuando vivía su época dorada) que llegó acompañada de buenas críticas que le permitieron alargarse durante dos temporadas. Después dirigiría algunos capítulos de esa increible serie llamada Daria que parece perdida por los tiempos de los tiempos, para, seguidamente, dar paso a su obra más conocida por el gran público: Celebrity Deathmatch. Serie de animación stop motion donde enfrentaba a famosos en un combate cuerpo a cuerpo. Beavis contra Butt-head, Tim Allen contra Seinfeld, Schwarzenegger versus Stallone... tal fue el éxito de la serie que llegaron aparecer videojuegos para PlayStation, Xbox y demás consolas de la época.

Pero antes de todo esto, a finales de los 80, Fogel era un estudiante en la NYU Film School. Mientras le daba vueltas a como enfocar su trabajo se metió en un cine a ver Street trash (Violencia en Manhattan). Pero antes de proyectar el film de Jim Muro pusieron un corto animado titulado Lupo de Butcher, dirigido por Danny Antonucci, futuro creador de la serie Ed, Edd y Eddy. Lupo de Butcher resultó un trabajo tan violento como divertido, lo que acabó por inspirar al joven Fogel.

El resultado de esa inspiración fue The Adventures of Mutilator (Hero of the Wasteland) o Las aventuras de Mutilator (Héroe de la tierra baldía) en nuestro idioma, historia que rescataría de unos de los muchos cómics que dibujaba para pasar el rato. y que su profesor le aconsejó no usar por ser extremadamente violenta. Evidentemente Fogel se pasó esa recomendación por la entrepierna y se pasó los siguientes dos años dibujando a mano cada uno de los fotogramas de este trabajo que se proyectaría por primera vez en el festival de cine de NYU en 1990. Ahora, por arte y magia de una polvorienta cinta de VHS la tenemos con subtítulos.

viernes, enero 09, 2015

Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)

Birdman, o la inesperada virtud de la ignorancia, Alejandro González Iñárritu. Con Michael Keaton, Emma Stone, Edward Norton, Zach Galifianakis, Naomi Watts

De resurgimientos cinematográficos hemos visto infinidad, pero, en el fondo, esto no es así. ¿Recordamos la vuelta de Mickey Rourke con El luchador? ¿Y Martin Landau por Ed Wood, Burt Reynolds con Boogie nights o Robert Forster por Jackie Brown? Sí, actores que parecía que iban a vivir una nueva juventud en su carrera gracias a su aparición en algún film que se encaramaba entre los más reputados de su año, pero que, más allá de su nominación a los Oscar, la cosa no pasaba de aprovechar el tirón para aparecer como secundarios en algún film de más o menos (a priori) éxito y volver a desaparecer. Y luego ya tendríamos los casos de gente a la que el Oscar, simplemente, les ha acabado marcando el camino a una ristra de títulos a cada cual peor, como eran Halle Berry o F. Murray Abraham.

lunes, enero 05, 2015

Melodía de horror (Paganini horror)

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Niccolò Paganini, considerado uno de los mejores violinistas de la historia. Nació en la Italia de finales del siglo XVIII, consiguiendo un éxito y fama sin precedentes siendo muy joven, lo que le llevó a la mala vida bajo el amparo del alcohol, para luego resurgir de sus cenizas.
Su forma de tocar el violín era tan desmesurada que parecía poseído, lo que, unido a su aspecto pálido y demacrado, llevó a la aparición de leyendas que decían que estaba bajo el influjo del diablo, al que había vendido su alma, y que las cuerdas de su violín estaban hechas con cabellos del mismísimo señor de las tinieblas.


Sin duda todo esto suena bien. Muy bien. Material para hacer un film hay de sobras, y de hecho se hicieron (incluso el mismísmo Klaus Kinski lo interpretó) pero siempre tirando a la vertiente más biográfica.

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Tuvo que llegar Luigi Cozzi para que en 1989, justo a la vez que la versión de Kinski (también director), nos toparamos con el personaje en su faceta más sobrenatural. Pero claro, cuando ves que Cozzi, experto en exploitation italiano (Star Crash, choque de galaxias, Contaminación: Alien invade la Tierra, El desafío de Hércules), está al mando y el film data del 89, cuando el fantástico italiano ya está en plena decadencia y ya no hay la inyección de capital que había años atrás, te temes lo peor.

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De entrada nos meten un prólogo de una niña que electrocuta a su madre tirándole un secador de pelo a la bañera mientras ésta está dentro, y nos quedaremos con cara de "¿a qué viene ésto?". De ahí saltamos a un grupo de música femenino que intenta grabar un disco pero las composiciones no acaban de funcionar, hasta que, gracias a uno de los técnicos que le compra la última e inédita partitura de Paganini a un extraño personaje que responde a los rasgos faciales de un decadentísimo Donald Pleasence. El técnico toca la canción en un piano y ahí comienza a sonarnos lo que está tocando...¡coño! es el Twilight de la Electric Light Orchestra. Luego, cuando graban la canción con todos los instrumentos y con la cantante certificamos que han robado vilmente la canción de la E.L.O. y simplemente le han cambiado la letra, pero la música es la misma. Aquí la SGAE italiana estuvo muy poco avispada, la verdad.

Volvemos al grupo de música, que andan emocionadas con el tema resultante y tienen la fantástica idea de grabar un videoclip llenos de zombies, fantasmas y monstruos como el Thriller de Michael Jackson (sic), así que acaban llegando a una casa que es donde el mismísimo Paganini firmó su pacto con el diablo y mató a su novia. Y, evidentemente, los asesinatos comenzarán a sucederse.
 

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Visto muy por encima el argumento, puede resultar interesante y más si te la presentan con esa carátula que es increíble (obra de Sciotti), pero cuando tienes de director a un señor más bien poco agraciado para el cine, un plantel de actores malos como ellos solos, de los que solamente se puede destacar al mentado Pleasence (que no sale más de 8 minutos en pantalla) la ex de Argento, Daria Nicolodi, y a la showgirl Luana Ravegnini, y una falta de medios más que alarmante, la cosa está clara: esto es un film de aquellos malos que solamente sirven para reírte de ellos.

 

Con un montón de ideas absurdas y delirantes como esa especie de rotura temporal, un asesino enmascarado con un violín dorado del que sale una hoja de cuchillo muy slasher él, escenas con colores azules y rojos queriendo imitar al mejor Argento, un maquillaje justito y unos efectos de rayos que son de chiste. La cosa se puede aguantar por ver con que nueva locura nos sorprenden y ya un final de esos que te lo explican todo y dices "pues vale".

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Si en el plano actoral no hay demasiada historia, detrás de las cámara había algo más de chicha: producida por Fabrizio De Angelis, otro maestro de la explotación italiana de los 70 y 80; maquillajes del duplo Franco Casagni y Rosario Prestopino, que ya venían de hacer estas labores con Argento, Fulci, Soavi o Deodato.

Melodía de horror, o Paganini horror en su versión original) acabó siendo el útlimo film de Cozzi, también conocido por su seudónimo Lewis Coates, que luego facturó un par de documentales sobre su buen amigo Dario Argento, con el que acabó montando la famosa tienda de Roma y una editorial en la que suele escribir algunos libros sobre sus vivencias en el mundo del celuloide.