El 29 de octubre de 1964 aconteció lo que se acabó conociendo como el robo del siglo en el museo de historia natural de Nueva York, donde se sustrajo una cantidad de joyas, de la que sobresalía una llamada la estrella de la India, por valor de más de medio millón de dólares.
Dos días después se acabó cogiendo a los ladrones, Jack Roland Murphy (también conocido como Murph the surf), Alan Kuhn y Roger Clark que acabaron con sus huesos en la cárcel. Las joyas se recuperaron salvo una llamada el diamante del águila, que nunca apareció.
Las pelis de grandes robos/atracos siempre molan, ¿a que sí? Toda esa parafernalia del tipo que tiene que reunir un nutrido grupo de ladrones de guante blanco, todos ellos expertos en una acción muy concreta dentro del golpe, ese componente del grupo que al principio es reacio porque, según él, ha dejado los robos y vive retirado pero que acabará participando en el plan, el momento del golpe que siempre pasa algo fuera de lo que estaba planeado y habrá que improvisar... pues todo eso y más es lo que no nos encontraremos en este film. ¿Film? Bueno, si te dicen telefilm también nos vale.En 1975 aparecía este Robo en el museo, que su título original era Murph the Surf (el apodo de Jack Roland), dirigida por Marvin J. Chomsky, un tipo con muchas horas en la dirección de series de tv, cosa que se nota viendo lo planísima que es la cinta, que acabó siendo distribuida por la AIP (American International Pictures) experta en lanzar films de bajo presupuesto pero que tenían potencial para atraer al público, ya fuese blaxploitation, las de Roger Corman o películas de fuera de los USA (¿Quién puede matar a un niño?, Mad Max).
Si algo tiene de original la película es su montaje, ya que nada más empezar nos encontramos con el famoso robo que, mientras transcurre, se nos cuenta mediante flashbacks todo lo acontecido anteriormente. Desde como Roland conoce a Allan Kuhn, un ladrón que vive como un ligón de piscinas que da clases de de natación a mujeres adineradas mientras va robando pequeñas joyas, hasta como descubren la poca vigilancia con la que cuenta el museo nacional.
Todo ello mientras los tipos se pegan en lote con unas cuantas milf y lucen bañador ajustado y moreno rozando el carbonizado.
En el aspecto de los actores teníamos a gente más bien de segunda.
Por un lado tenemos a Robert Conrad, cantante de antros reciclado a actor, más conocido por ser el Jim West de la serie del mismo nombre (The Wild Wild West en su título original) y que acabó haciendo La nueva Cenicienta junto a Marisol.
El otro componente del tándem de ladrones era Don Stroud, un surfero que comenzó haciendo de doble en series de tv en escenas surferas y acabó actuando junto a Clint Estwood en un par de películas y aparecer en Terror en Amityville para terminar haciendo apariciones en series de tv.
Luego teníamos a Burt Young haciendo un papel casi anecdótico.
Curiosamente en la película el personaje de Robert Conrad es el que se lleva todo el protagonismo y parece la cabeza pensante, mientras que en la realidad fue al revés, Jack Roland Murphy, intrepretado por Don Stroud, es quien planeó todo. Aparte, del trío original se redujo a dos y haciendo que las novietas de los protas también estaban por ahí haciendo pequeños trapicheos.
Otra de las (muchas) decepciones es que nunca llegamos a ver los pequeños robos, que le sirven a Allan para instruir a su pupilo, que se hacen antes del gran golpe y simplemente vemos a los ladrones con el botín en su casa.
Y el final, qué decir del final, que parece que ya no tenían ganas de explicar nada y lo cortan como malamente pueden añadiéndole esos textos, donde nos explican como acabaron los protagonistas, tan de Antena 3 sábado tarde.
Resumiendo, telefilm de robos, donde sólo vemos uno y gracias, con muchos ramalazos surfero gay no apto para el buen gusto.
miércoles, enero 27, 2010
jueves, enero 21, 2010
sábado, enero 16, 2010
Dirige tu película con Steven Spielberg
Steven Spielberg ha creado el primer juego interactivo para hacer cine. Un juego tan real, tan desafiante y tan estimulante que no querrás que termine nunca. Steven será tu guía personal y tu mentor en cada paso del camino. Él te juntará con lo mejor del talento de Hollywood... los cámaras más respetados, editores y guionistas, con expertos en efectos especiales y de sonido, con los mejores profesionales de la música y el márketing, más los actores de más éxito: Jennifer Aniston y Quentin Tarantino. Y en este novedoso juego usarás escenas reales para crear tu película. Como director, estarás bajo una increíble presión para tomar las decisiones correctas, decisiones que te harán llegar a tiempo y cumplir con el presupuesto o tener a los jefes del estudio cogiéndole por el cuello. Sólo DIRIGE TU PELÍCULA recrea toda la excitación, la creatividad y los obstáculos que se producen detrás de las cámaras al rodar una película real de principio a fin. Finalizar tu trabajo con un gran éxito de taquilla sólo depende de ti. Si piensas que puedes dirigirla... ¡vamos a rodarla!
Así rezaba la contra de la caja de este juego que se suponía que iba a revolucionar la industria del entretenimiento interactivo y se quedó en un enorme epic fail.
Estábamos en los 90, una década que sólo será recordada por la Cherry Coke, y Spielberg comenzaba a dar síntomas de flaqueza. Cierto que todavía conseguía convertir en oro todo lo que tocaba pero no era lo mismo. La magia de los 80 se esfumó, sólo hace falta comparar En busca del arca perdida o E.T. con Hook o Amistad. Lo mismo le pasaba en sus tareas de producción, Los Picapiedra o La guarida palidecían ante Gremlins o Los goonies.
Así que a este barbudo judío no se le ocurrió otra cosa que meter las narices en los videojuegos. En el 95 puso las bases argumentales para The Dig, una aventura gráfica de LucasArts bastante interesante en pleno ocaso del género puro.
Un año después aparecía este Dirige tu película con Steven Spielberg enfocado para los más chorteros (aunque paradojicamente a este grupúsculo no le tiran los videojuegos). El juego era más bien una de esas videoaventuras que estaban tan de moda con los Mega-CD, 3DO o Pc's de la época gracias a la irrupción del CD.
Está claro que cuando los programadores dejaron de lado los cartuchos de consola y los disquetes de ordenador y se metieron en el formato digital todo les venía grande, no debían saber que hacer con tantos megas disponibles y se dedicaron a llenarlos de música digital, en detrimento del Midi, y de vídeos, muchos vídeos, cuantos más mejor. Eso sí, con una resolución irrisoria.
La cuestión es que se sacaron de la manga unos juegos donde básicamente nos teníamos que tragar una serie de vídeos y tocar algún botón en el momento adecuado. Vamos, lo que inventó el Dragon's Lair la década anterior, para que nos vamos a engañar. Pero aquí con vídeos con actores reales.
En el juego que nos ocupa había actores muy conocidos, si el que daba la cara durante casi todo el juego era Spielberg el resto no iba a ser menos. A saber: Quentin Tarantino, saboreando sus días de gloria post Pulp fiction; Jennifer Aniston, en los comienzos de Friends (y prevía operación de nariz); Barry Corbin, de Doctor en Alaska; y Penn & Teller, una pareja de magos humorísticos sacados de Las Vegas la mar de irritantes.
Aunque el juego prometía hacer nuestras películas, guiones, montarlas, etc, nada de nada. Nos encontrábamos una serie de fragmentos de vídeo de una película donde Tarantino es un reo condenado a la silla eléctrica y Aniston la novieta que le llora.
Es decisión nuestra decidir por donde tirará el film, si será un dramón, un thriller, una de miedo... e iremos rodando durante los días que nos dé el estudio, una vez pasado el tiempo haremos el montaje con sus títulos de crédito, le pondremos una banda sonora y diseñaremos los carteles y tiquets, y arreando.
Estrenaremos la película y será un éxito porque en este juego todo lo que estrenas es un éxito hagas la basura que hagas. Y otra vez a empezar, con la diferencia que, al haber tenido éxito, el estudio nos dará más días de filmación, tendremos una orquesta mayor para la banda sonora, etc.
Así que volveremos a rodar la película del reo condenado a muerte pero podremos meterle más parafernalia. Y entre medio aparecerá el Sr. Spielberg que nos irá dando consejos sobre el mundo del cine, al igual que saldrán, de vez en cuando, el guionista, la de atrezzo o la peluquera.
Resumiendo, el clásico juego que te lo vendían como si te llevaras a casa la Warner Bros, la Disney con una nevera por si te querías congelar junto al tito Walt, a Spielberg diciendo lo fenomenal que es y a Tarantino haciendo el mono en una jaula y al final tenías menos libertad que en el Pc Fútbol 2.1.
Allá por el 2005 apareció, para varias plataformas, The movies que volvía a coger la idea de que el jugador se meta en el pellejo de un profesional del cine, aunque esta vez en lugar de ser una simple película interactiva usaron el patrón de juego impuesto hace décadas por el Sim city, y debíamos gestionar un estudio cinematográfico.
El juego, surgido de la mente de Peter Moulyneux (Populous, Black & White, Theme park, Theme hospital), si bien tuvo muy buenas críticas no debió funcionar tan bien en ventas porque, varios años después, la saga no ha seguido.Spielberg no debió tener suficiente con el juego comentado porque a finales de los 90 estuvo metido en la saga de Medall of Honor y el año pasado estuvo detrás de Boom Blox para Wii.