miércoles, enero 27, 2010

Robo en el museo

Robo en el museo, Marvin J. Chomsky, Robert ConradEl 29 de octubre de 1964 aconteció lo que se acabó conociendo como el robo del siglo en el museo de historia natural de Nueva York, donde se sustrajo una cantidad de joyas, de la que sobresalía una llamada la estrella de la India, por valor de más de medio millón de dólares.

Dos días después se acabó cogiendo a los ladrones,
Jack Roland Murphy (también conocido como Murph the surf), Alan Kuhn y Roger Clark que acabaron con sus huesos en la cárcel. Las joyas se recuperaron salvo una llamada el diamante del águila, que nunca apareció.

Robo en el museo, Marvin J. Chomsky, Robert Conrad
Las pelis de grandes robos/atracos siempre molan, ¿a que sí? Toda esa parafernalia del tipo que tiene que reunir un nutrido grupo de ladrones de guante blanco, todos ellos expertos en una acción muy concreta dentro del golpe, ese componente del grupo que al principio es reacio porque, según él, ha dejado los robos y vive retirado pero que acabará participando en el plan, el momento del golpe que siempre pasa algo fuera de lo que estaba planeado y habrá que improvisar... pues todo eso y más es lo que no nos encontraremos en este film. ¿Film? Bueno, si te dicen telefilm también nos vale.En 1975 aparecía este Robo en el museo, que su título original era Murph the Surf (el apodo de Jack Roland), dirigida por Marvin J. Chomsky, un tipo con muchas horas en la dirección de series de tv, cosa que se nota viendo lo planísima que es la cinta, que acabó siendo distribuida por la AIP (American International Pictures) experta en lanzar films de bajo presupuesto pero que tenían potencial para atraer al público, ya fuese blaxploitation, las de Roger Corman o películas de fuera de los USA (¿Quién puede matar a un niño?, Mad Max).

Si algo tiene de original la película es su montaje, ya que nada más empezar nos encontramos con el famoso robo que, mientras transcurre, se nos cuenta mediante flashbacks todo lo acontecido anteriormente. Desde como Roland conoce a Allan Kuhn, un ladrón que vive como un ligón de piscinas que da clases de de natación a mujeres adineradas mientras va robando pequeñas joyas, hasta como descubren la poca vigilancia con la que cuenta el museo nacional.
Todo ello mientras los tipos se pegan en lote con unas cuantas milf y lucen bañador ajustado y moreno rozando el carbonizado.


Robo en el museo, Marvin J. Chomsky, Robert ConradEn el aspecto de los actores teníamos a gente más bien de segunda.
Por un lado tenemos a
Robert Conrad, cantante de antros reciclado a actor, más conocido por ser el Jim West de la serie del mismo nombre (The Wild Wild West en su título original) y que acabó haciendo La nueva Cenicienta junto a Marisol.
El otro componente del tándem de ladrones era Don Stroud, un surfero que comenzó haciendo de doble en series de tv en escenas surferas y acabó actuando junto a Clint Estwood en un par de películas y aparecer en Terror en Amityville para terminar haciendo apariciones en series de tv.
Luego teníamos a Burt Young haciendo un papel casi anecdótico.


Robo en el museo, Marvin J. Chomsky, Robert Conrad
Curiosamente en la película el personaje de Robert Conrad es el que se lleva todo el protagonismo y parece la cabeza pensante, mientras que en la realidad fue al revés, Jack Roland Murphy, intrepretado por Don Stroud, es quien planeó todo. Aparte, del trío original se redujo a dos y haciendo que las novietas de los protas también estaban por ahí haciendo pequeños trapicheos.
Otra de las (muchas) decepciones es que nunca llegamos a ver los pequeños robos, que le sirven a Allan para instruir a su pupilo, que se hacen antes del gran golpe y simplemente vemos a los ladrones con el botín en su casa.
Y el final, qué decir del final, que parece que ya no tenían ganas de explicar nada y lo cortan como malamente pueden añadiéndole esos textos, donde nos explican como acabaron los protagonistas, tan de Antena 3 sábado tarde.

Resumiendo, telefilm de robos, donde sólo vemos uno y gracias, con muchos ramalazos surfero gay no apto para el buen gusto.

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