Pero ¿qué pasa con su secuela? Porque la secuela también está muy bien, no es tan redonda como la anterior entrega pero mantiene el tipo dándole, si me apuras, un toque más Goonies. Tom Fox se había metido en el negocio de la producción cuando fue productor sin acreditar en Rabit test, la única película dirigida por Joan Rivers, mediante su pequeña productora Fox Films.
Pese a que nunca había trabajado en el mundillo, Fox, tenía ciertas tablas ya que su tío fue presidente de la Universal durante 37 años, y otro familiar lo fue de la United Artist en los 50.Años después, a finales de los 70, conoció a John Russo (el que fuera guionista de la original La noche de los muertos viviente de George A. Romero) que acababa de escribir un guión llamado The Return of the Living Dead y se lo compró para ofrecérselo a Dan O'Bannon (guionista de Alien y Muertos y enterrados entre otras), pero éste se negó a dirigir un guión ajeno. Fox cedió y le dejó que lo reescribiera a su gusto y luego la dirigiera.
La película, estrenada bajo el amparo de la Orion, fue un éxito comercial, además de incorporar novedades al universo zombi: desde que su único objetivo y alimento eran los cerebros humanos y que podían hablar e incluso razonar.
Hay que decir que antes a O'Bannon en un primer momento el proyecto fue ofrecido Tobe Hooper para que la rodara en formato 3D.
El que hubiera una secuela sólo era una cuestión de tiempo. Así que Tom Fox se puso manos a la obra y fichó a Ken Wiederhorn para que la escribiese y dirigiese.
Ken Wiederhorn, que había hecho su debut en otra película de muertos vivientes, Ondas de choque o Terror en las aguas (elijase el título preferido) con Peter Cushing, venía de trabajar en el departamento de informativos de la CBS, siendo productor y montador del programa 60 minutos. Wiederhorn era capaz de meterse en fregados cómicos (Desmadre en la universidad, Los albóndigas atacan de nuevo) o productos de género (Los ojos de un extraño, Torre oscura co-dirigida con Freddie Francis).
Curiosisimamente en estas tierras catalanas, concretamente en TV3, se vendió a bombo y platillo una serie co-producida con USA y rodada en Barcelona sobre un juez que por la noche se quita la toga y se calza una chupa de cuero (también llamada cruzada aquí y en Valencia) y a lomos de su Harley imparte la justicia que no le deja la ley en los tribunales.
La serie, titulada Justicia ciega, era una bazofia muy grande que, aún y así, duró 29 episodios. ¿Pero sabéis quién era el director de un puñados de episodios de este engendro? Sí!! Ken Wiederhorn. Y es que el pobre de Ken acabó con sus huesos en la tv dirigiendo episodios de Jóvenes policías (aquella basura protagonizada por Johnny Depp que daban en Cangrena 3 los viernes por la noche) o Las pesadillas de Freddy.
La película más que una secuela parece un remake pero acentuando los elementos cómicos. La historia comienza cuando unos camiones del ejercito que transportan los famosos bidones que almacenan a los zombis pierden uno de éstos en un pequeño pueblo. Unos chavales lo encuentran y comienzan a toquetearlo liberando no sólo al zombi que hay en su interior si no también el gas contaminante que convierte en zombi a todo aquél que lo respira. Paralelamente, cerca de allí, hay un cementerio en el que un par de ladrones de tumbas se dedican a profanarlas y robar las joyas de los cadáveres. Evidentemente en cuanto el gas llegue al cementerio la fiesta está servida.
Decía antes que más que una secuela es un remake, cosa muy evidente ya que varios actores repiten en esta secuela interpretando papeles similares: James Karen y Thom Mathews, que si en la primera eran empleados de una funeraria ahora serán dos ladrones de tumbas; Jonathan Terry, que volvía hacer de militar y también volvió aparecer Allan Trautman.
También tenemos por ahí a Dana Ashbrook (el Bobby Briggs de Twin Peaks) haciendo de reparador de televisores chulillo. Otro que luego sería conocidillo fue Mitch Pileggi, que sería el malo de Shocker, aunque sería más conocido por el Skinner de Expediente X.
La divertida noche de los zombis combina un humor más sutil como cuando uno de los protas, que es doctor, se encuentra con un zombi al que había conocido en vida y se disculpa con él ya que en la operación se quedaron sin el tipo de sangre del operado y más tarde fallecido y convertido en zombi.
O guiños a la anterior entrega como cuando uno de los protagonistas que repitieron en esta secuela dice que todo lo que está sucediendo le parece haberlo vivido anteriormente. También repiten líneas de dialogo o hay escenas calcadas como cuando los zombis piden más médicos a través de la radio de una ambulancia. Incluso uno de los militares al ver los bidones exclama un "otra vez", dando a entender que eso ya ha pasado.
Por contrapunto también hay detalles con un humor muchas más grueso. A saber: una zombi que no ve nada hasta que se pone las gafas, un muerto viviente que no ve una tumba abierta y cae en ella u otro que cada vez que intenta salir de su fosa le pisan, y el archiconocido zombi que parodia a Michael Jackson.
Muy bueno es ese detalle comiquero donde el joven protagonista ojea un cómic (Masterman) donde suceden hechos parecidos a la película: un superhéroe que pierde los poderes cuando encuentra un bidón del que parecen emanar unos gases y criaturas pantanosas.
Si en anteriores películas de zombis éstos sólo morían si les reventaban la cabeza o directamente no morían (como en El regreso de los muertos vivientes) aquí nos descubren una nueva forma de ejecutarlos: mediante electricidad. Curiosamente este detalle no estaba en el guión original pero cuando rodaban la película en Valencia (una pequeña ciudad de California, no se me pongan nerviosos por favor) se dieron cuenta que al lado tenían una auténtica central eléctrica. Así que se les ocurrió usarla para el clímax final, pero cuando fueron a pedir permisos para usarla los de la central no les pusieron ningún impedimento, pero eso sí, por las normativas de seguridad todos los del equipo debían llevar unos cascos de protección. Evidentemente no era plan de ver a los zombis con casco y finalmente tuvieron que construir una central eléctrica, que les quedó algo pobre, eso sí.
Que La divertida noche de los zombis es una buena película ya lo sabíamos, sólo hace falta ver lo que vino detrás: Mortal zombie, Return of the living dead: necropolis y Return of the living dead: Rave to grave.
pues ésta de la que hablas no la he visto, pero sí "el regreso de los muertos vivientes" que un dia podrías pasarmela que la tengo en un pobre divx. Muy simpatico el enlace de manos a la obra, tanto como el de yo soy aquel. Cuando has mencionado el tipo de la cruzada con la harley me ha recordado directamente a "yo compré una moto vampiro". Yo a cangrena 3 le llamo danpena 3.
ResponderEliminarEn lo de la copia en divx estamos empatados.
ResponderEliminarY la de la moto vampiro la ví de pequeñajo y me pareció un truño que ni daba miedo, ni era divertida, ni nada de nada.