Terror en la Ópera fue un traspiés para Dario Argento. La peli costó un pastizal pero lo recaudado estaba lejos de las espectativas. A eso hay que sumarle que a su anterior película, Phenomena, un claro intento de arrimarse a su Suspiria, tampoco le fue muy bien. Pero eso era algo que no sólo le estaba ocurriendo a él, la industria del fantástico italiano empezaba a languidecer y directores como Fulci, Lenzi, Martino, que ni en sus mejores tiempos habían nadado en la abundancia presupuestaría, entraban en la decadencia del que tiene que hacer películas con cuatro duros.
La cuestión es que Argento se olía la tostada e inició una escapada hacia los USA. Lo intentó con red al querer juntar algunos de sus colegas yankis en una antología de terror basada en Poe, lo cual era jugar sobre seguro porque, además de rodearse de nombres consagrados, la mierda salpicada se reparte más. Pero de entrada la cosa le nació torcida pues gente como Carpenter, Craven o el mismísimo Stephen King, que todavía lo estaría flipando con su Maximum overdrive, declinaron la oferta y la película acabó siendo compuesta por dos historias y el único que participó, además del propio italiano, fue George A. Romero. Los ojos del diablo, que es como se título el film, acabó pasando desapercibido y tirando a fracaso. Aquí la sacó RecordVisión, así que imagínate como estaban las cosas.
Su siguiente intento llegaría 3 años después con Trauma. Film que ya empezó a maquinar mientras rodaba Los ojos del diablo y visitó a su hijastra que padecía anorexia, y tendría los títulos provisionales de The moving guillotine y Aura's enigma, rodándose en Minneapolis (aunque primero pensó en Pittsburgh, donde llegó a estar buscando localizaciones y aprovechó para hacer su cameo en Sangre fresca de John Landis) entre agosto y septiembre de 1992 (muy lejos de las 18 semanas que duró Inferno) con un presupuesto de 7 millones de dólares (algo bajo para los estandartes hollywoodienses).
Nuestra protagonista es Aura, una chica con anorexia que escapa del centro donde está internada. De allí acaba volviendo a su casa, donde su madre se dedica hacer sesiones espiritistas. Y será precisamente esa noche, en una de las sesiones, que acabará como el rosario del aurora pues un asesino decapitará a los padres de Aura. La chica, junto a un tipo que ha conocido mientras intentaba suicidarse, comenzarán las pesquisas para descubrir la identidad del asesino que se dedica a decapitar a diferentes personas durante las noches lluviosas.
Trauma sería la caída total del director italiano. Justamente su inicio de colaboración con su hija Asia, a la que yo siempre he visto como su gran lastre en la época. Tampoco era menos lastre el co-protagonista, Christopher Rydell, que unos años antes había protagonizado junto a Sharon Stone aquella versión de Sangre y arena producida por Frade, y que aquí luce una cara de pasmao de aquellas que asustan. También teníamos por ahí a Piper Laurie, la madre de Carriey que en la época volvía a estar de subidón gracias a su paso por Twin Peaks; Frederic Forrest, habitual en la filmo de Coppola; y un papelillo para Brad Dourif.
Tampoco sería menos interesantes algunos nombres en otros apartados. Argento quería a Goblin en la banda sonora, pero Overseas FilmGroup, la productora americana, le censuró la idea y le obligo a usar una música más estandard, por lo que recurrió a Pino Donaggio, que se marcó un trabajo abominable. De esos en los que la música no casa con las imágenes. Por momentos parece que el compositor estuviera viendo una comedia. Por otro lado teníamos al bueno de Tom Savini en los efectos. Lástima que todas sus ideas más salvajes se quedaran en eso, simples ideas que no tomaron forma, y nos quedamos con cositas muy light y muy poco destacables para el potencial que tenían.
Trauma tiene elementos del giallo (asesino que revela su identidad al final, después de haber dejado unas cuantas víctimas por el camino en vista subjetiva y ataviado con unos guantes y la protagonista de la historia es una detective "improvisada" que ha visto al asesino pero no lo sabe –de ahí que muchos hablen de un remake encubierto de Rojo oscuro–), pero esto no es un giallo. Para empezar, los doctorados en el tema te dirán que si la película no se ha parido en Italia ya no se le puede considerar como tal, pero más allá de ser pejigueras, aquí entramos de lleno en el thriller norteamericano con su psychokiller. Por su estética y maneras, Argento se americaniza y por querer gustar y encajar en aquella industria acaba convertido en uno más. Los asesinatos son todos iguales, vale que al final el asesino se dedica a rebanar pescuezos con una maquinita casera, con lo que todas muertes vendrían a ser igual, pero seguro que el Argento de 10 o 15 años atrás se las hubiera ingeniado para que cada una de ellas tuviera identidad propia. Sólo vemos un atisbo de imaginación cuando al asesino se le encasquilla su maquinita cercenadora de cabezas e improvisa una guillotina con un ascensor. Pero hasta ahí y para de contar.
Está claro que el romano (con las presiones de la productora norteamericana) buscaba hacerse un hueco en el fantástico hollywoodiense y para ello tenía que tirar de un terror para adolescentes. Todo muy blanquito y sin salpicaduras, tal como haría Craven poco después con Scream. Pero la jugada le salió mal. La película ni funcionó en yankielandia (donde tuvieron una versión recortada con 20 minutos menos) ni en el resto del mundo. Aquí ni tendría estreno en cines ni siquiera en VHS, tendríamos que esperar a los pases televisivos de Canal Plus.
Me parece una crítica muy bien documentada, y se agradece. No obstante, no estoy de acuerdo que sea tan penosa como la pintas...tiene buen trabajo de cámara y alguna muerte ingeniosa, a parte de la escena del ascensor, y la música que aunque no sea de "Goblin", cumple sobradamente con el film. Decir que es música de una comedia es no tener mucha idea de que va el asunto, en todo caso es más cercana a un drama. Por lo demás, me ha gustado leer la crítica. Creo que la peli tiene sus altibajos y es muy loca, pero es bastante disfrutable.
Me parece una crítica muy bien documentada, y se agradece. No obstante, no estoy de acuerdo que sea tan penosa como la pintas...tiene buen trabajo de cámara y alguna muerte ingeniosa, a parte de la escena del ascensor, y la música que aunque no sea de "Goblin", cumple sobradamente con el film. Decir que es música de una comedia es no tener mucha idea de que va el asunto, en todo caso es más cercana a un drama. Por lo demás, me ha gustado leer la crítica. Creo que la peli tiene sus altibajos y es muy loca, pero es bastante disfrutable.
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