Mortal zombie (Return of the living dead 3)

Alguien dijo que Brian Yuzna era mejor productor que director. Me parece a mí que no, que si acaso supo rodearse de gente con bastante más idea en esto de llevar a buen puerto una producción. O mejor dicho, supo arrimarse a Stuart Gordon que es el que le hizo las pelis buenas. Y si no compara Dagon con Rottweiler o Re-Animator con Beyond Re-Animator.

Que Yuzna acabara en la franquicia The return of the living dead era poco menos que un tiro en el pie. Y saber cómo llegó ahí tiene más pinta de cúmulo de casualidades y "buenos" contactos que otra cosa. Básicamente se encontró con Danica Minor y Joel Castleberg, un par que querían meterse en la producción de películas y decían tener los derechos para rodar una nueva entrega de Return of the living dead y se acercaron a Yuzna sabiendo que éste estaba acostumbrado a tener pocos recursos para filmar. Durante un tiempo iniciaron la preproducción, pero se acabaron dando cuenta que la pareja no tenían los derechos. Yuzna acabó comentándole lo sucedido a Mark Amin, jefazo de Trimark Pictures, empresa dedicada a la distribución en los 80 y que ya en los 90 empezó a meterse en la producción. A los meses Amin llamó a Yuzna diciéndole que había comprado los derechos y le ofrecía dirigir la película.

Con un guión de John Penney, que curiosamente había comenzado en el cine como asistente de montador realizando esas funciones en El regreso de los muertos vivientes. Su libreto, que tenía como base a Romeo y Julieta, sería una historia que se enfocaba en una zombie, no en los pobres humanos que han de hacer frente a los muertos vivientes. Y hasta ahí cualquier atisbo de buenas intenciones, porque Yuzna nos ofrece una de sus producciones con poca gracia y menos interés.

Si no fuese porque en algún momento se hace mención a la Troxina 2-4-5 nadie diría que estamos ante una entrega de Return of the living dead. Estéticamente no tienen nada que ver. Si las dos primeras tienen un look puramente ochentero, aquí entramos en la estética noventera en su peor sentido. Decorados que son de serie de saldo y unos maquillajes (algunos obra de Steve Johnson) que son tan gomosos como los villanos de Power Rangers.

En cuestiones de reparto tampoco vamos muy sobrados. En un primer momento se quiso contar con James Karen pero no estaba disponible. El único que volvería es Brian Peck, el punk de la primera y que en La divertida noche de los zombis haría del famoso zombie de Michael Jackson, y aquí tendría un papelillo prácticamente testimonial. Al igual que Anthony Hickox, director de Waxwork, que sería uno de los primeros en ser devorado por un zombie. También corría por ahí Sarah Douglas, la Ursa de Superman.

Pero quien se llevó la fama fue Melinda Clarke, que con su maquillaje e indumentaria se cascaría un montón de portadas de revistas y fanzines de la época. Lamentablemente para ella su carrera no prosperó demasiado. Poco después la veríamos en la infame La lengua asesina y tuvo su momento de casi dar el salto a la primera división con Spawn pero cayó en la misma suerte que el film del personaje de McFarlane. Luego vendrían telefilms y series televisivas a cascoporro.

Si alguien pensó que a la saga podía seguir sacándole el jugo estaba muy equivocado. Una década después vendrían Return of the Living Dead: Necropolis y Return of the Living Dead: Rave to the Grave, rodadas en Rumanía y con más pinta de blanquear dinero que otra cosa.


Mortal zombie o Return of the living dead III, era una cosa muy modesta de apenas 2 millones de dólares, con lo que su carrera comercial se enfocaba al VHS, que es como se estrenaría en la mayoría de países (aquí llegaría de la mano de Manga Films bajo su sello Strong Video). Es posible que diera bastante más dinero de lo que pensemos. Como comentaba, la imagen de la zombie llena de piercings se hizo muy popular en las publicaciones de terror y fantástico de la época. Su rollete de drama teen engatusó a muchos adolescentes en aquellos locos años 90. Todo lo que oliera a grunge/emo vendía y hay gente para todo.