domingo, octubre 07, 2012

Snake eyes (Ojos de serpiente)

Snake eyes (Ojos de serpiente)

Tengo que reconocer que me he aficionado a Nicolas Cage. Mucho.
El tío se me hacía dormidina en su etapa de actor gana Oscars con Living las Vegas, Red Rock West, Te puede pasar a ti o incluso en la peor película de Lynch, Corazón salvaje. Curiosamente es a partir de ganar el Oscar que entra en su etapa más comercial y engendra La roca, Con air, Cara a cara o Asesinato en 8 milímetros. Títulos, en su mayoría, llenos de adrenalina que hacen saltar las taquillas.

Pero todo lo que sube baja, y entrados en el nuevo milenio su carrera pega un giro en el que protagoniza pelis con toda la desgana del mundo, con poca patilla y mucha peluca: Ghost rider y secuela, En tiempo de brujas, Furia ciega o El aprendiz de brujo. Todo vale con tal de hacer caja y solventar problemas económicos. Ojo, películas que una vez vistas se olvidan facilmente pero que, en general, son tremendamente entretenidas y nos hacen pasar unos buenos 90 minutos.
Nicolas Cage se convierte en el actor mercenario, le da igual protagonizar lo que sea mientras pueda pagar las facturas del fisco. Es el Elton John del cine, con la diferencia que uno colecciona cómics y el otro bisoñés. Y es precisamente esta última etapa la que más me gusta de él.


Snake eyes (Ojos de serpiente)

Pero hoy toca hablar de Snake eyes, que pertenece a esa etapa de finales de los 90 donde sus films tenían buena repercusión en las plateas.

De Palma venía de rodar Mission: Impossible y quedó tan contento con el guionista David Koepp que quiso seguir colaborando con él. Ahí nació la historia de un crimen desde diferentes puntos de vista.
En un principio se pensó en Al Pacino para dar la réplica a Cage, básicamente el papel fue escrito para él. Pero en preproducción De Palma pensó que la diferencia de edad convertiría esa relación en un rollo hermano mayor-hermano pequeño y decidieron buscar a otro actor con una edad parecida, ahí entró en juego Gary Sinise, que luego aparecería en la siguiente del director, Misión a Marte.


Snake eyes (Ojos de serpiente)
Más que ojos de serpiente, ojos de besugo

El film acontece durante un combate de boxeo en un Casino de Atlantic City. De ahí su título, a un doble uno en los dados se le llama ojos de serpiente, ya sabes, la casa siempre gana.
En medio de la pelea asesinan al Secretario de Defensa de los Estados Unidos, lo que implica que el recinto ha de permanecer cerrado para que el asesino no escape.
Cage interpreta a un sobornable Ricky Santoro, un chulesco poli que luce pecho peludo, cadenitas gitanas y ropa estrafalaria. Como era habitual en la época, el protagonista de la muy reivindicable 60 segundos gesticula y sobreactúa como alma cargada de farlopa hasta las trancas, con lo que si le añadimos el histriónico doblaje de Jordi Brau (también la voz de los Tom Cruise & Hanks) tenemos a un personaje totalmente desatado que carga al más pintado.


Snake eyes (Ojos de serpiente)
El pequeño Nicky y Brian De Palma

Si por algo es recordada la película es por su inicial plano secuencia de casi 15 minutos, uno de esos que tanto le gustan a su director. Pero ojo, plano secuencia tramposo, porque realmente hay como 6 u 8 cortes, algunos de ellos muy evidentes (¿alguién dijo barridos?).
Por lo demás el film sigue adoleciendo de lo que más se criticó 15 años atrás: la historia decae de forma alarmante a partir de su ecuador. El que nos enteremos tan rápido de quien es el culpable y todo lo que podía haber sido una historia puramente detectivesca acabe derivando en una persecución del gato y el ratón, nos deja un regusto amargo de lo que podía haber sido.

En defensa de De Palma hay que decir que nunca tuvo interés por esa trama de adivinar quien es el asesino, si no que su verdadera intención siempre fue hacer un film puramente noir. Ahí está la escena en la que le pegan una paliza a Cage para demostrarlo.
Aun y así me parece una verdadera lástima. Tener un recinto de 14 mil personas con un asesinato y encerrarlo todos allí para buscar el asesino, mientras fuera hay una ventisca y se aproxima un huracán es digno de un relato de Agatha Christie pero a gran escala.


Snake eyes (Ojos de serpiente)

Fue una película muy cara (más de 70 millones de dólares) y sus poco más de 100 millones recaudados no dejaron contentos a los estudios, que la consideraron un fracaso. A partir de ahí la carrera de su director cayó bastante, tanto en el interés de sus películas como el del público hacía ellas. Por suerte siempre nos quedará El fantasma del Paraíso.

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