Y es que hacía años que no me tocaba nada, bueno algunos euretes en la quiniela pero que no daban ni para un café con hielo. Pocas cosas me habrán tocado en la vida, y de las únicas que tengo recuerdo son de sorteos relacionados con el hombre murciélago.
Me tocó un batmobile allá por el 93, era verano y no se muy bien porqué aparecieron unas patatas fritas de la marca Larios (ni pajolera idea si aún se venden o sólo duraron ese año) y por alguna extraña razón les dio por hacer una campaña publicitaria bastante fuerte para su lanzamiento, y un día me veo el anuncio en la tv en la que sorteaban batmobiles teledirigidos. Coño, esto hay que comprarlo, me dije. Así que, triste de mí, me compré la bolsita más pequeña, ruin y barata que había en el super, recorté el código de barras y lo mandé por correo. Nunca más me acordé ni volví a pensar en eso, aquel verano había comenzado hacer cortillos con la videocámara Sony que grababa en Beta que teníamos por casa y estaba demasiado entretenido para pensar en eso.
50 centímetros de pura virilidad
Pasaron los meses y allá por noviembre o diciembre de aquel 93 me encontré un mensajero con una caja grandiosa. Madre mía, al ver semejante bicharraco de coche se me debieron erizar los pelillos de los huevetes al verlo. En la tv parecía un cochecillo de eso de Majorette y me encontré un batmobile que hacía más de medio metro, con sus luces y todo y un pedazo mando para controlarlo. Lo malo del puñetero coche es que hacía lo que le salía de los cojones. Nunca supe si es que cogía interferencias o es que no estaba muy fino, pero el coche arrancaba solo, giraba a donde le daba la gana, se metía leches contra las paredes... un despiporre, vamos. Pero a mí me daba igual, nunca me han interesado los coches y sólo el tenerlo en mi habitación ya me ponía palote, y anda que no le saqué partido al coche para los cortos de Batman que hice en la época. Y todo eso por una chusca bolsita de patatas, seguro que alguno debió mandar tropecientos códigos de barras y aún se está comiendo los mocos. Me río, pero con la boca pequeña, que yo también he pringado gastándome sellos, sobres y dinero con Matutano en la época que sorteaba Supernintendos.
Por aquella época ya emitían la serie de dibujos de Batman en Canal plus, que yo cada tarde (si no recuerdo mal a las 19 h) no me perdía, y evidentemente Kenner perdió el culo para sacar los muñecos. Por aquella época yo ya no jugaba con muñecos pero la verdad es que eran bastante chulos, no eran excesivamente articulables (yo era más de los Gijoe) pero eran muy fieles a los dibujos. Así que me los iba comprando para ponerlos en la estantería.
Y llegó un buen día a finales del 94 que fui al videoclub y me encontré Batman, la máscara del fantasma, la alquilé y antes de empezar la peli me sale la imagen de una luz roja parpadeando y una voz que dice: Atención, Batman tiene un mensaje que daros. La leche, ¿qué es esto? Pues era una promoción donde sorteaban 50 batcuevas, según el batmensaje únicas en Espanya ya que aquí nunca salieron a la venta. La historia era otra vez de códigos de barras, esta vez con los que venían en el blister de los muñecos. Como buena persona obsesiva que soy, me guardaba los cartoncitos así que tenía un buen puñado de códigos. Los mandé, la mitad a mi nombre y la otra mitad con el de mi hermana, ya que pensaba que ella era más suertuda que yo.
Al cabo de los meses me llegaron algunos cómics de la serie, que era una especie de regalo de consolación por enviar códigos, pero al cabo de unos días llegó la famosa batcueva. Evidentemente tocó, pero con una de las cartas que puse al nombre de mi hermana. Para evitar peleas mi madre dijo lo clásico de para los dos. No hace falta adivinar que perdí el culo para apoderarme de ella.
La casita no estaba mal, era un cacharro que se podía desplegar y por un lado tenías la fachada de la mansión de Bruce Wayne y por la otra la cueva, que era lo mejor, con su sillita, el armario para que B. Wayne se cambiara, una puerta para el garaje del batmobile e incluso tenía una pasarela con una trampa para los enemigos.
Como ya he dicho antes ya se me había pasado el arroz para los juguetitos pero, al igual que el anterior premio, la batcueva tuvo su protagonismo en algunos de aquellos cortos postpuber.
Igual que la mansión de Barbie pero en negro
Un día tendría que hacer un listado con todas las chuminadas que tengo de Batman, desde chapas, muñecos, cromos, posters, pegatinas, los muñecos esos de los caramelos Pez, cómics, batmobiles de todas clases, muñecos boxeadores, estatuas, lámparas, naves a cada cual más extraña, gafas para ver fotogramas de las pelis en 3D, relojes, camisetas, maquetas... si es que en el fondo mi habitación es la mismísima batcueva.
Lo de batman es mas grave de lo que yo pensaba.
ResponderEliminarA mi si que no me ha tocado nada de nada, cuando la promocion del busca de motorola de coca cola (antes de la invasion celular)entré a un supermercado "dia" robé los tapones de coca cola necesaios y con los bolsillos llenos fui a casa para enviar las tapitas interiores y por eso tengo aquel busca, eso es todo lo que me ha "tocado".
Haz esa entrada! ¿muñecos boxeadores?
Los muñecos boxeadores es el mejor unvento del siglo 20. Ahora veo que el enlace que había puesto no iba, yo lo he arreglado.
ResponderEliminarEn la antigua hora chanante, en el episodio de Mr. T, éste jugaba con uno que tenía su cabeza en una de las escenas.
Lo de los tapones mola porquue ya es un poco redención o venganza justiciera, pero al no ser un sorteo puro y duro no lo podemos dar como valido. Sorry.
De esos cacharros me acuerdo perfectamente porque sería por el 99 cuando ya estaba implantada la fiebre de los móviles con los tocho de los Maxon a la cabeza. Un tipo del mi curro en la época, que estaba chiflado, tenía el apodo de Movistar porque cada dos mese venía con telefonillos nuevos; pués este tenía tropecientos buscas de esos de la Cocacola. Cosa muy chorra porque si ya tienes móvil...