domingo, octubre 31, 2021

La cosa (y precuela)


Considerada por muchos como la mejor película de Carpenter, es, a la vez, su fracaso más recordado pese a que desde mediados de los 80 la mayoría de sus películas lo han sido.
En su momento destrozada por la crítica, que básicamente la ponían como una excusa para rodar un festival de efectos especiales sangrantes. Un poco lo que ha pasado con las nuevas versiones/remakes, que se siempre se dice de ellas que solamente aportan efectos especiales de la nueva hornada.
 

Después de los éxitos en taquilla de Halloween y 1997 Rescate en NY, a Carpenter le llegaba esta propuesta que le permitiría dar el salto para trabajar con un gran estudio (Universal) en una producción de generoso presupuesto, y, además, siendo una nueva versión del relato Who goes there? de John W. Campbell Jr. que se había materializado en El enigma de otro mundo, uno de los films favoritos de Carpenter.
Rodada entre localizaciones reales de Alaska y estudios hollywoodenses debidamente acondicionados para estar a temperaturas muy bajas, la producción haría estragos en la saludo del propio director, del que se dijo que cogió un cáncer de piel; y de Rob Bottin, que en aquel momento apenas contaba con 21 años de edad y, ya habiendo demostrado sus dotes en Aullidos, se cargó a las espaldas un montón de maquillajes y animatrónics que lo llevaron al colapso y tuvo que ausentarse un tiempo del rodaje. A su ayuda salió todo un Stan Winston sin acreditar.
 

Pese a sus 40 años, La cosa sigue manteniendo muy bien el tipo. Nadie como Carpenter para filmar a un grupo en un lugar cerrado (tan cerrado como pueda entenderse el desolado paisaje de la Antártida) envueltos en una situación extrema (un alien que despierta de su letargo congelado). Al igual que sus efectos de maquillajes y animatrónics. Todo un show visual con multitud de transformaciones y mutilaciones que dieron mucho de qué hablar en su día. Sin ir muy lejos aquí tuvimos la anécdota que se emitieron algunas escenas subidas de tono sangriento durante el telediario del mediodía para comentar el inicio del festival de Sitges 1982 y se montó una buena.
En cambio, hay algún momento con croma (como la escena de un grupo cuando descubren la nave) que baja muchísimo el nivel. Por suerte, apenas hay este tipo de efecto.

Nunca está de más comentar la banda sonora de Morricone, que es puro Carpenter. El compositor entregó una banda sonora de la que apenas se usó una mínima parte, así que ya te imaginarás como se lo tomó el italiano.
 
 
En su momento muy criticada y con una recaudación que estaba muy lejos de las espectativas del estudio (pese a que terminó recuperando la inversión) fue un traspiés para el director que, en cierta manera, supo esquivar con otros dos encargos de un gran estudio como Christine y Starman, seguramente dos de sus obras más asépticas, que funcionaron relativamente bien en taquilla (al fin y al cabo lo que buscan los estudios). Ya sería con la siguiente, Golpe en la pequeña China, que se llevaría otro gran fracaso económico y se le acabarían las ganas de trabajar con los grandes estudios (aunque volvería a caer en sus garras con Memorias de un hombre invisible).


La cosa (The thing, 2011). Con el paso de los años la película de Carpenter adquirió el consiguiente estatus de culto, generando comics, relatos e, incluso, un videojuego en 2002. Y por aquellas nos llegaría unos cuanto remakes de los films del director como el Halloween de Rob Zombie o La niebla. Aquí que cada uno las valore como prefiera.
Y ya nos llegaría esta precuela (con tintes de remake) y no nueva adaptación ya que es evidente que no tiene en consideración el relato original pero sí al film de 1982. Tanto que todo lo que acontece es para dar explicación a lo que vimos en los 80: el hacha clavada en la pared, el cádaver deformado que encuentran, el bloque de hielo... Todas las miguitas que dejó Carpenter aquí nos explican de donde vienen. Me hace especial gracia que en 1982 se usara (al menos en la traducción) el término "imitación", mientras que en esta nueva entrega digan "réplica". Casi parece un guiño a Blade Runner, por aquello que se estrenaron a la vez y ambas fueran fracasos en su momento.
Pajas mentales aparte, el argumento es una repetición: grupo en el ártico encuentran una nave espacial y a su tripulante congelados. Como es lógico, no perderán el tiempo en sacar al ser del hielo sin tener en cuenta que este sigue vivo y les hará la vida imposible.
Lo dicho, una precuela que en esencia es un remake adaptado a los malos nuevos tiempos. Aquí tenemos a una chica como protagonista (Mary Elizabeth Winstead) y los efectos de maquillajes y animatrónics dan paso a los siempre temibles CGI. Estos especialmente chungos porque son bastante reguleros. Seguramente sus 40 millones de presupuesto no dieran para mucho más.
En su estreno fue un fracaso y recibió críticas que la dejaban a caer de un burro. Personalmente no me parece ningún engendro. Por un lado no deja de ser un remake encubierto y por otro se toma la molestia de hacer cuadrar lo que explica con lo que luego le sucedería a Russell y compañía (no como en Prometheus...).

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