domingo, febrero 25, 2018

Festival de trailers (XLIX)



El Supersheriff (Chissà perché... capitano tutte a me, 1980) de Michele Lupo. Con Bud Spencer, Cary Guffey, Ferruccio Amendola, Claudio Undari, John Bartha, Carlo Reali, Giancarlo Bastianoni y Ottaviano Dell'Acqua.



...y si no, nos enfadamos (...Altrimenti ci arrabbiamo, 1974) de Marcello Fondato. Con Terence Hill, Bud Spencer, Deogratias Huerta, John Sharp, Patty Shepard, Manuel de Blas, Luis Barbero, Donald Pleasence y Emilio Laguna.

 


Roxanne (Roxanne, 1987) de Fred Schepisi. Con Steve Martin, Daryl Hannah, Shelley Duvall, Rick Rossovich, Fred Willard, Max Alexander, y Michael J. Pollar.



Mi diabólico amante (My Demon Lover, 1987) de Charlie Loventhal. Con Scott Valentine, Michele Little, Robert Trebor, Gina Gallego, Alan Fudge, Calvert DeForest, Arnold Johnson, Donovan Baker, Dan Patrick Brady, Teresa Bowman, Eva Charney, Betsy Chasse, Ellen Gerstein y James Gleason. 



La carrera del sol (Race the Sun, 1996) de Charles T. Kanganis. Con Halle Berry, James Belushi, Bill Hunter, Casey Affleck, Eliza Dushku, Kevin Tighe, Anthony Ruivivar, J. Moki Cho y Dion Basco.

sábado, febrero 24, 2018

Pánico a las tres

Pánico a las tres, Phil Joanou, Three O'Clock High, Richard Tyson

Ni he sido ni soy muy amigo de las teen movies ochenteras. Nunca me ha gustado/divertido la saga Porky's, Desmadre a la americana, Los rompecocos... Ni siquiera a las de John Hughes guardo cierto cariño. En cambio, tengo 3 o 4 que son la excepción de la regla. Ya sea la trilogía de Kurt Rusell en Disney (Te veo y no te veo, El hombre más fuerte del mundo y Mi cerebro es electrónico), Movida en la universidad y Locuras de medianoche... Las primeras porque, además de ser tremendamente naif, tienen el elemento fantástico, y con eso ya me tienen ganado, al menos para darle la oportunidad de un primer visionado. Y la última porque es una versión puber de ¡Jo, qué noche! hecha 6 años antes que la peli de Scorsese.

Pánico a las tres, Phil Joanou, Three O'Clock High, Richard Tyson

Pánico a las tres nunca la vi en los videoclubs que frecuentaba. Realmente supe de ella a principios de milenio, cuando comenzaba a llegar a la mayoría de hogares la banda y ancha y la posibilidad de descargar archivos más grandes que las canciones sueltas del AudioGalaxy o el Napster. Y supe de ella porque en algunos foros se hablaba de ella casi como film de culto. Y después de verla llego a entender la simpatía que muchos le procesan, pero a mí no me llega. Seguramente, de haberla visto en su momento, me encontraría en ese grupo, pero habiéndola visto mucho más tarde, su montaje alocado y tan cartoon no me llegaba de nuevas, yo ya lo había catado en las muy posteriores El cuchitril de Joe o la serie Parker Lewis, o en la coetánea Arizona Baby. Incluso Escuela de jóvenes asesinos (que es un año posterior) tiene algo de ese lenguaje audiovisual que estaba emergiendo. Pero la película de Michael Lehmann tiene ese componente de personajes perdedores que mola. Pero no de perdedores simpáticos, si no de los antipáticos, los rarunos que prefieren y quieren estar sólos con su mundo interior y todas esas historias. Sí, todo el rollo burtoniano de los outsiders.

En Pánico a las tres tenemos a Jerry Mitchell, un chavalín de instituto, el clásico que pasa desapercibido pero muy aplicado, que acaba topándose con un nuevo estudiante que resulta ser un matón. Por la clásica chorrada, de esas que pasan sin querer, el matón le emplazará a las 3 para darle una paliza. Así que ya tienes al pobre Jerry maquinando durante todo el día como evitar la fatídica cita.


Pánico a las tres, Phil Joanou, Three O'Clock High, Richard Tyson

Dirigida por Phil Joanou, que empezó siendo un protegido del mismísimo Spielberg, que había visto el cortometraje que hizo como estudiante (Last chance dance, 1984), según el propio autor "una comedia romántica ambientada en el instituto con un tono muy American Graffiti". Hago un alto para decir que Joanou había llegado a trabajar con apenas 1 7 añitos en la primera película de Star Trek en el departamento de efectos especiales gracias al enchufe del padre de su novia, que era un banquero que había metido dinero en Apogee, Inc., compañía de efectos especiales que fue la encargada de esa labor en la película de la Enterprise.

Volviendo a Spielberg, éste le ofreció dirigir un par de episodios de Cuentos asombrosos titulados Santa '85 y La muñeca. Después de eso, el director de Hook recibió la visita del productor (sobre todo) televisivo Aaron Spelling que estaba intentando poner en marcha un guión llamado After School, que era, en gran medida, una comedia al estilo de John Hughes. Spielberg ayudó a poner en marcha el proyecto y colocó en la dirección a Joanou. Es por eso que, pese no aparecer acreditado, pues el proyecto no lo consideraba suyo y apenas interfirió, mucha gente considera la película una especie de hijo bastardo de la factoría Amblin.


Pánico a las tres, Phil Joanou, Three O'Clock High, Richard Tyson

Y, efectivamente, ese guión titulado After School acabó mutando a Three O'Clock High (o Pánico a las tres para nosotros) y se desprendió en buena medida del sello Hughes y acabó teniendo una fuerte influencia de After hours / ¡Jo, qué noche!
Como protagonista nos topamos con Casey Siemaszko, que si bien no terminó haciendo nada destacable, nos sonará por ser uno de la pandilla que siempre perseguía a Marty McFly (concretamente el que llevaba las gafas 3D) y el prota de aquel episodio titulado La misión y dirigido por Spielberg para Cuentos asombrosos en el que un avión de guerra tiene estropeado el tren de aterrizaje y él está atrapado en la parte de abajo del aparato. Y luego poca cosa destacable hizo.
Como el matón tenemos a Richard Tyson, que era el malo de Poli de guardería. Y es que con esa cara de cromañón no tiene muchas posibilidades más el pobre. Además teníamos por ahí, el ahora "amigo de sobrepasarse con compañeras de trabajo" Jeffrey Tambor; John P. Ryan, habitual de la Cannon; y Mitch Pileggi, el Skinner de Expediente X o el malo de Shocker.
Y en el apartado técnico apuntar un par de nombres. Barry Sonnenfeld, futuro director de La familia Addams o Men in Black, como director de fotografía (lo que la enlaza todavía más con Arizona baby), y Tangerine Dream en una no demasiado inspirada banda sonora.

Pánico a las tres costó 6 millones y apenas recaudó la mitad. Un fracaso que hizo que los productores quedasen defraudados, pues ellos esperaban algo más del estilo Karate Kid (sic). Todo ello hizo que aquí nos llegase directamente a vídeo.



Pánico a las tres, Phil Joanou, Three O'Clock High, Richard Tyson

Por su parte, Phil Joanou ha terminado siendo el clásico director que prometía mucho y acabó chocando con la forma de trabajar de los grandes estudios, que no le permitían tener el control total sobre sus películas. Ahí tienes los casos de El clan de los irlandeses (con la que se topó con la Orion entrando en bancarrota) o Análisis final (donde se las tuvo con el mismísimo Richard Gere). Todo ello hizo que se alejará bastante de Hollywood y su escasa filmo se decantase por productoras más pequeñas independientes. Aunque siempre tiene un hueco para rodar algún clip de sus colegas U2.


domingo, febrero 18, 2018

Festival de trailers (XLVIII)



El diario de Bridget Jones (Bridget Jones's Diary, 2001) de Sharon Maguire. Con Renée Zellweger, Hugh Grant, Colin Firth, Jim Broadbent, Gemma Jones, Sally Phillips, Shirley Henderson, James Callis y Embeth Davidtz.



Esa cosa llamada amor (The Thing Called Love, 1993) de Peter Bogdanovich. Con River Phoenix, Samantha Mathis, Dermot Mulroney, Sandra Bullock, K.T. Oslin, Anthony Clark, Webb Wilder y Earl Poole Ball.



El amor tiene dos caras (The Mirror Has Two Faces, 1996) de Barbra Streisand. Con Barbra Streisand, Jeff Bridges, Pierce Brosnan, Lauren Bacall, Mimi Rogers, George Segal, Brenda Vaccaro, Laura Bailey, Austin Pendleton y Elle MacPherson.



Un paseo por las nubes (A Walk in the Clouds, 1995) de Alfonso Arau. Con Keanu Reeves, Aitana Sánchez-Gijón, Anthony Quinn, Giancarlo Giannini, Angélica Aragón, Evangelina Elizondo y Debra Messing.



El amante (L'amant, 1992) de Jean-Jacques Annaud. Con Jane March, Tony Leung Ka Fai, Frédérique Meininger, Arnaud Giovaninetti, Melvil Poupaud y Lisa Faulkner.

 


Bonus track:

viernes, febrero 16, 2018

The Punisher (Vengador)

Dolph Lundgren, Vengador, Dolph Lundgren, Mark Goldblatt

Sí, hubo otro tiempo en donde las adaptaciones de cómic era poco menos que basura infecta o serie B de sábado por la tarde en el mejor de los casos. Quizá hacer una buena adaptación no era nada fácil, pero comprar los derechos de algún personaje de viñetas era meterse la mano en el bolsillo y lo que saliera de ahí te lo aceptaban encantados. Sin ir más lejos, a finales de los 80 la New World (a estas alturas ya deberías haber gozado/sufrido las series B de este invento parido por Roger Corman en los 70) había comprado Marvel, lo que le permitía tener un inmenso abanico de posibilidades a la hora de explotar a sus personajes.

Por aquellas que se presentó en las oficinas un veinteañero y fanático de los cómics como Boaz Yakin, que acababa de salir de la universidad de cine pero sin ninguna experiencia a nivel profesional (ojo, que en 1985 se llegó a reunir con Jon Peters y Peter Guber para tantear un posible guión del proyecto de Batman), y, sabiendo que la productora tenía bajo su amparo a Marvel, les plantó una propuesta de adaptación de Punisher (para nosotros el Castigador). Allí se entrevistó con Tony Randel, director de Hellbound: Hellraiser II y Amityville 1992, que en la época era vice presidente de la productora, que ni sabía nada del personaje y le importaría un pimiento explotar a nivel cinematográfico los derechos de los personajes de la editorial. Repito, en la época el cine de superhéroes era bajar a los infiernos del cutrerío.

Dolph Lundgren, Vengador, Dolph Lundgren, Mark Goldblatt

Pero para suerte del guionista apareció por ahí Robert Mark Kamen (autor de los libretos de la saga Karate Kid o El quinto elemento) que acabaría siendo productor del film y su máximo valedor. New World se quedó el guión y lo puso en marcha, no sin antes hacer varias revisiones, lo que llevó a que Yakin fuera despedido después de negarse a escribir un prólogo en el que viéramos la conversión de Frank Castle en el Castigador/Punisher, muy acertadamente prefirió contarlo todo en un escueto flashback. También intentó, sin conseguirlo, que el personaje llevase la calavera en su camiseta. Este detalle lo modificó en alguna reescritura, haciendo que el personaje luciese esa indumentaria solamente en la set piece final. Detalle éste que también hemos visto (casualidad o no) en la serie de Netflix. Finalmente el tema de la calavera fue suprimido (aunque con el maquillaje y esa barbita falsa parece que la calavera sea la cara de su protagonista). Según Mark Goldblatt (montador habitual de James Cameron, entre otros, y director de Estamos muertos... ¿o qué?), que acabó aceptando ser el director una vez se despidió al guionista, porque quedaría ridículo (cosa que hizo que durante mucho tiempo se dijese que no tenían los derechos del personaje. Cosa falsa, claro). Éste, junto al productor Robert Mark Kamen, suavizaron un poco el guión que, según él, era demasiado violento ("era Jason Voorhees con una capa", dijo), y en las entrevistas posteriores adjudicándose buena parte de éste, lo que llevó a una guerra entre Yakin y el binomio Goldblatt/Kamen.

Al final todos estos cambios acabaron despojando a la película de todo lo que oliera a cómic (más o menos lo que pasaba en la vetusta serie de Spiderman de Nicholas Hammond), convirtiendo la adaptación en una clásica película de justiciero urbano. Y es una lástima, porque, precisamente, este personaje no requería demasiadas florituras. Pero claro, si le quitas la calavera, y metes una banda de mafiosos italianos de tres al cuarto y unos cuantos yakuzas, en lugar de usar a un Kingpin y/o la Mano, la cosa queda muy desencantada.


Dolph Lundgren, Vengador, Dolph Lundgren, Mark Goldblatt

Por otra parte, la elección de Dolph Lundgren (muy criticada en su día, y en la actualidad más o menos aplaudida) no es para nada desdeñable. Si bien se me antoja algo joven para el personaje, acaba cumpliendo con creces. Su cara zombificada y mirada perdida casan perfectamente con lo que pide el personaje. Se nota que el sueco se lo toma en serio y se esfuerza en interpretar, pero claro está, la actuación nunca ha sido lo suyo y el tipo debe ir al límite. Pero se agradece el esfuerzo. No hay que dejar de apuntar que el mismísimo Steven Seagal se interesó por el papel, pero en aquel tiempo todavía no había tenido el pelotazo de Difícil de matar y fue rápidamente descartado. En cambio sí llegaron a ofrecerle el papel a Christopher Lambert, pero éste pedía demasiado dinero.

Dolph Lundgren, Vengador, Dolph Lundgren, Mark Goldblatt

También se agrade el esfuerzo de ese grand finale con Punisher y su (a la fuerza) socio Gianni Franco, líder de los mafiosos, entrando en los dominios de los yakuzas y cepillándoselos a todos. Por cierto, que gran parecido hay entre esta escena, donde no hay luz y sólo vemos siluetas, con la pelea de los 88 maníacos de Kill Bill, ¿no? A ese parecido a la peli de Tarantino hay que añadirle la charla de Punisher con el hijo del mafioso italiano que recuerda a la charla de Uma Thurman y la hija de una de sus víctimas. Yo no quiero decir nada, pero...

Volviendo a The Punisher, si bien la pelea con los yakuzas la agradecemos y aplaudimos sin problemas, la cosa cambia con el segundo enfrentamiento, esta vez ya con el mafioso. Aquí está más que clara la superioridad de nuestro héroe y la cosa no nos dará ni un ápice de emoción.

Dolph Lundgren, Vengador, Dolph Lundgren, Mark Goldblatt

Justo antes del estreno, New World tenía graves problemas económicos (que se nota al llevar el rodaje a Sidney –lo que hace que muchos la enmarquen dentro de la ozploitation– y en su ajustadísimo presupuesto de 10 milllones) lo que hizo que sus diferentes ramificaciones fueran adquiridas por varios compradores. Ésto perjudicó mucho al film haciendo que en USA no viera la luz en cines y apareciese directamente a vídeo. Curiosamente aquí sí tuvo estreno en cines, allá por verano de 1990. Distribuida por José Frade y con el segundo título de Vengador. Con un horripilante doblaje, más propio de un estreno directo al videoclub. Aunque lo que más duele es oír la voz de Valeriano Andrés (habitual en producciones de Frade o, sobre todo, poniendo la voz a Herman Munster) en 4 o 5 personajes diferentes. Coño, eso te lo puedes permitir con una voz que pase más desapercibida, pero la de este señor es demasiado reconocible.

Dolph Lundgren, Vengador, Dolph Lundgren, Mark GoldblattPor lo general la película se llega a disfrutar si la vemos con ojos golosones como una serie B ochentera (no perderse esos título de crédito que más bien parecen de alguna serie de los 70). Ahora, como adaptación es totalmente fallida. Lo más gracioso es que los responsables se empecinaron a eliminar cualquier elemento que tuviera que ver con las viñetas, pero el estreno que lo petó como nunca ese año 1989 es el Batman de Burton, que si bien los más puristas no alabarán su fidelidad al cómic, no se puede negar que no les dio ningún tipo de vergüenza su condición de adaptación. 
Apuntar que hubo un tímido intento de hacer una secuela, como demuestra un póster que apareció en una de esas ferias de audiovisuales, pero la cosa no prosperó. Al menos hasta las nuevas adaptaciones en el nuevo milenio.

domingo, febrero 11, 2018

Festival de trailers (XLVII)



El súper (The Super, 1991) de Rod Daniel. Con Joe Pesci, Vincent Gardenia, Rubén Blades, Madolyn Smith Osborne, Ron Roth, Stacey Travis, Carole Shelley y Kenny Blank.



Los codiciosos (Greedy,
1994) de Jonathan Lynn. Con Michael J. Fox, Kirk Douglas, Olivia d'Abo, Phil Hartman, Ed Begley Jr., Jere Burns, Colleen Camp, Bob Balaban, Joyce Hyser, Mary Ellen Trainor y Kevin McCarthy.




Millonario al instante (Taking Care of Business, 1990) de Arthur Hiller.
Con James Belushi, Charles Grodin, Anne De Salvo, Loryn Locklin, Stephen Elliott, Hector Elizondo, Veronica Hamel y Mako.




Los chiflados del dolar (Sensations,
1987) de Chuck Vincent. Con Rebecca Lynn, Blake Bahner, Jennifer Delora, Rick Savage y Frank Stewart. 


viernes, febrero 09, 2018

Traxx

Traxx, Shadoe Stevens

Traxx es un film que aquí nadie conoce pero que en los USA tiene cierto culto. Bastante mínimo, eso sí. Porque, digámoslo ya, la película es mala a rabiar.
Estamos ante, salvando las muchas distancias, un proto Las aventuras de Ford Fairlane. Si la peli de Andrew Dice Clay era una suerte de reverso paródico del nuevo cine noir (o al menos como lo entienden los yankis) hollywoodiense que estaba a punto de llegar en los 90, en Traxx era la versión spoof del cine justiciero de finales de los 70-principios de los 80. Pero las comparaciones son odiosas, porque si en una teníamos a Renny Harlin en su punto álgido en una producción forrada de los billetes de Joel Silver, en la otra teníamos a un desencantado y poco agraciado para el noble arte de la dirección como Jerome Gary gastándose las liras que le había dado Dino de Laurentiis.

Aunque si Traxx tiene una comparación directa es con la serie Sledge Hammer! con David Rasche, que era una más que evidente parodia de Harry el sucio.

Traxx, Shadoe Stevens

Traxx es un agente de policía que, viendo como la ley deja impunes a muchos de los delincuentes a los que arresta, decide usar sus propios medios ante éstos, lo que le conlleva a ser expulsado del cuerpo y convertirse en un soldado de fortuna. Después de un tiempo decide retirarse y abrir un negocio de galletas (¡cocinarlas es su pasión!) pero como no tiene un céntimo para poner en marcha el negocio, acepta convertirse en un justiciero urbano a golpe de talonario en la pequeña ciudad de Hadleyville.

Protagonizada por Shadoe Stevens (en realidad Terry Keith Ingstad, pero el jefazo de una emisora de radio le obligó a cambiárselo en sus inicios) un tipo de esos que cuando ves su vida y milagros parece que, por mucho que intente esquivarlo, el éxito le persigue y lo atrapa. Empezó muy joven como disc-jokey y obteniendo gran éxito en su ciudad, Jamestown, que le dio espaldarazo a nivel nacional. Cuando más lo estaba petando en las ondas, decidió dejarlo y montar una empresa de publicidad. Allí la lió gorda cuando se dedicó hacer y protagonizar anuncios para las teles locales para una pequeña cadena de electrodomésticos llamada The Federated Group. Tal fue el éxito de la campaña que la empresa aumentó un 500% las ventas y creció a nivel nacional. La mismísima revista Time le dedicó un completo artículo a la campaña y los más de mil anuncios que hizo le volvieron una de las caras más conocidas en USA, lo que hizo que le llovieran las ofertas. Presentó el Hollywood Squares (lo que aquí era el VIP. Ya sabes, el panel de tres en raya con famosos) convirtiéndolo en el programa de mayor audiencia, y Dino de Laurentiis le hizo un contrato por 3 películas.

Traxx, Shadoe Stevens

La primera (y única) fue Traxx, donde le acompañaba Robert Davi, ya sabes, ese cara picada que siempre hace de malo malísimo como es el caso de Licencia para matar o Los Goonies); Priscilla Barnes, que también salía en Licencia para matar (y bastante mal parada, pues acababa violada y muerta); y Willard E. Pugh, el alcalde de RoboCop 2. 
En la dirección un don nadie como Jerome Gary, muy emparentado con los documentales. Lo más destacable son sus labores como productor en el archiconocido Pumping iron.

La película costó 15 millones de dólares. Como vimos en Kamikaze Detroit, que es de la misma época, De Laurentiis quebró y la acabó vendiendo a HBO cuando el film ni siquiera estaba montado.
La película es tan mala que en USA, pese a la fama de su protagonista, la sacaron directamente a vídeo, igual que aquí, que nos llegó de la mano de la terrible Record Visión.

La cosa podría haber tenido su gracia, pues una parodia de la figura del justiciero urbano da para mucho, pero aquí uno se pregunta en dónde se gastaron los 15 kilos. Y es que la cosa les quedó muy cutre, casi parece un episodio de El equipo A de saldo. Y ni siquiera la siempre agradable de presencia de Robert Davi (¡que muere por tirarse un pedo!) salva el desaguisado.

El propio Shadoe Stevens la reeditó y la dejó en apenas 1 horas. La puedes ver en Youtube como Traxx Reimagined
 
Traxx, Shadoe Stevens

Y es que el tipo es muy amigo de hacer "sus" ediciones de películas. Contaba que en los 70 hacía en su casa pases en 16 mm de películas mudas y él se encargaba de hacer una recopilación de canciones a modo de banda sonora. Pero lo más llamativo es que durante décadas (sic) se obsesionó con El ladrón de Bagdad de 1924 protagonizada por Douglas Fairbanks, haciendo diferentes bandas sonoras, hasta que descubrió a la ELO y el tío quedó tan maravillado de ese montaje que invitó al mismísimo Jeff Lynne a su casa a una proyección. Un frikazo en toda regla este Shadoe Stevens.

Después del varapalo de Traxx no se dio por vencido y siguió con la actuación, pero esta vez protagonizando una serie de acción titulada Max Monroe: Loose Cannon (¡con la música de la intro firmada por Yello!). La serie, una especie de versión televisiva de Arma letal (y es que el tipo parece una caricatura de Mel Gibson), fracasó y apenas se emitieron 8 episodios.
Luego fue apareciendo de forma esporádica en diferentes series y actualmente es la clásica voz de muchos anuncios en la televisión norteamericana, además de volver a la radio. 


domingo, febrero 04, 2018

Festival de trailers (XLVI)



¡Sufre mamón! (1987) de Manuel Summers. Con David Summers, Javier Molina, Daniel Mezquita, Rafael Gutiérrez, Marta Madruga, Guillermo Summers, Fernando Salas, Tomás Zori y Luis Escobar.



Abre los ojos (1997) de Alejandro Amenábar. Con Eduardo Noriega, Penélope Cruz, Chete Lera, Fele Martínez, Najwa Nimri, Gérard Barray, Pedro Miguel Martínez, Jorge de Juan, Miguel Palenzuela, Ion Gabella, Joserra Cadiñanos y Tristán Ulloa.



Alas rotas (2002) de Carlos Gil. Con Fabio Fulco, Ana Álvarez, Carlos Fuentes, Jorge Casalduero, Ramón Langa, Mónica Van Campen, Xabier Elorriaga, Simón Andreu, Jesús Cisneros y Tony Aguilar.



Los Porretas
(1996) de Carlos Suárez. Con Alfredo Landa, Miriam Díaz-Aroca, Manuel Alexandre, Valeriano Andrés, María Isbert, Javivi, Emilio Alquézar, Simón Andreu, Berta Casals, Queta Claver, Manolo Codeso y Llàtzer Escarceller.




El robobo de la jojoya (1991) de Álvaro Sáenz de Heredia. Con Millán Salcedo, Josema Yuste, Esther del Prado, Anabel Alonso, Valeriano Andres, Francisco Casares, Cris Huertas y Emilio Aragón.

viernes, febrero 02, 2018

La doble imagen del crimen

la doble imagen del crimen, William Byron Hillman

¿Quién roba a un ladrón tiene cien años de perdón? No lo creo. Pero al final lo importante es que si robas, hazlo bien. Ahí tienes a Tarantino. Porque si lo haces mal te quedas en un William Byron Hillman cualquiera de la vida.

William Byron Hillman es el clásico tipo que vive de Hollywood pero en la trastienda. En los 60 escribió y desarrolló labores de producción bajo en amparo de Burt Topper (productor del exploit más cochambroso) sin acreditar. Ya en los 70 creo su propia compañía, Intro Media Productions, donde produjo, escribió y/o dirigió algunas cintas de las que aquí apenas llegó a videoclub Disparate americano. Ya en los 80 se montó otra compañía, SpectroMedia, con la que sacaría adelante La doble imagen del crimen. Pero antes de meternos en materia tendríamos que hacer un rebobinado a los 70, cuando dirigió, produjo y escribió The Photographer. Un film sobre un fotógrafo que lleva encima un trauma de su infancia de índoles sexuales/maternales y que acaba asesinando a las modelos de sus sesiones fotográficas. La película, rodada con un presupuesto mínimo, pasó con más pena que gloria en su escasa carrera comercial en los USA. Yo no tengo el placer, pero se dice que es una cosa horripilante, con actuaciones de chiste y una realización poco menos que amateur. Viendo el "trailer" ya pinta a ello. Curiosamente Sage Stallone (hijo de Sly) estaba poco menos que enamorado de esta marcianada y compró los derechos en los primeros 2000 para lanzarla bajo su sello Grindhouse Releasing, lamentablemente el tipo murió en 2012 y la película no tuvo ninguna edición.


la doble imagen del crimen, William Byron Hillman

Byron Hillman pensaba que la película tenía posibilidades y ya en los 80 rehizo el guión y acabó pariendo La doble imagen del crímen (que aquí llegaría unos años más tarde directamente a vídeo). Recuperó al protagonista de aquella, Michael Callan, que también colaboró en el guión (aunque no aparece acreditado), y fichó a rostros tan televisivos como Joanna Pettet, que te puede sonar de Casino Royale o El poder de Satanás; Pamela Hensley, la chica de Doc Savage y la princesa Ardala de Buck Rogers. El aventurero del espacio; Cleavon Little, prota de Sillas de montar calientes o el mayordomo de Mordiscos peligrosos; y Robert Tessier, de El luchador o multitud de pelis donde ha puesto su cara de perro. Pero el que se lleva la palma es James Stacy, tipo que en los 60 era un habitual de series norteamericanas hasta que a principios de los 70 tuvo un accidente de moto en el que su novia murió y él perdió el brazo y la pierna izquierda. Después de la conscuente depresión, volvió a la actuación con mucha serie y papeles donde se le podía sacar partido a su minusvalía como El carnaval de las tinieblas. Ya en los 90, fue arrestado por abuso a una menor, se intentó suicidar y finalmente estuvo 6 años en un centro penitenciario donde una banda fascista llamada Lowriders nazis le hizo de todo. Acojonante.

la doble imagen del crimen, William Byron Hillman

Adrian Wilde es un fotografo de chicas ligeras de ropa que empieza a tener pesadillas donde las asesina. Para su sorpresa esas chicas empiezan aparecer asesinadas tal como lo soñó, lo que le hace sospechar si él es el asesino y se está volviendo loco. Paralelamente empieza a visitar a un psicólogo y a consultar a su hermano, un especialista de conducción en películas al que le falta un brazo y una pierna.

la doble imagen del crimen, William Byron Hillman

Con este punto de partida uno no puede olvidarse de Vestida para matar. Pero Byron Hillman hace gala de su limitado talento, tanto para el guión como para dirigir. Y es una lástima porque la película luce una pátina entre setentera y ochentera que siempre mola mucho, pero cuando te topas con las escenas de la investigación policial, que lucen unos diálogos casi amateurs, y unos tumbos en la historia de esos que no sabes si es por falta de pericia o que improvisaban sobre la marcha, la cosa te acaba chirriando.
 

En cuanto a los asesinatos hay alguno más o menos sangriento, rodados en primera persona y con un gran tufo a giallo por aquello de las manos con guantes negros. Y para los más viciosillos hay desnudos y sexo bastante subidito.

la doble imagen del crimen, William Byron Hillman

Alguien decía que lo mejor de La doble imagen del crimen es su cartel, y razón no le falta. Mola y mucho. Pero la peli se puede salvar de la quema, no es un gran bodrio aunque se le noten las costuras en un guión tan amateur como loco (con un final de traca), además se beneficia (y mucho) de la fotografía y estética de una época muy concreta, porque esto te lo hacen ahora en digital y acaba como telefilm de sobremesa del domingo (salvando el tema sexo, of course).
La doble imagen del crimen es algo así como si De Palma hubiera hecho una de sus pelis 80teras (sexy thriller que le llaman) con menos pasta y sin talento.