miércoles, octubre 04, 2017

Saw (y secuelas)

saw, James Wang, Jigsaw, Puzle

Saw es, sin duda, la franquicia estrella del género de terror en la primera década del nuevo milenio. Casi un equivalente a sagas como Viernes 13 o Halloween en los 80. Pero con una gran diferencia: las sagas de Jason o Michael Myers degeneraron rápidamente a estrenos directamente a vídeo, convirtiéndolas en sagas para un público poco exigente. Aunque, todo hay que decirlo, algunas de las entregas de Viernes 13 tiene algún que otro golpe de "genialidad". En cambio, Saw empezó como una cosa pequeñita que fue in crescendo hasta desinflarse, pero manteniendo siempre su condición de película estrella para las fechas de Halloween, tener, incluso, adaptaciones a videojuegos y ser la abanderada del (tan de moda en la época) torture porn. Incluso tiene su pequeña mascota con ese muñeco llamado Billy que nos retrotrae a la marioneta de Rojo oscuro de Argento.
Toda una inmejorable carta de presentación para el actual rey del terror, James Wan.

Leigh Whannell y James Wan eran dos estudiantes de audiovisuales que soñaban con poder hacer películas, con lo que, después de los inevitables cortometrajes, empezaron a mover un guión de terror por los estudios. Como nadie les hacía caso, se gastaron toda la pasta que tenían en un cortometraje que recreaba una de las escenas de aquel guión. Este trabajo llamó la atención de Lionsgate, que les dio un millón de dólares para poder rodar Saw. Eso sí, siempre con miras de lanzarla directamente a DVD. Pero, después del buen recibimiento en algunos festivales probaron fortuna estrenándola en cines.

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El inicio del film es de aquellos tan desconcertantes pero que nos meten en harina muy rápido. Dos tipos que (a priori) no se conocen despiertan encadenados en un cochambroso lavabo y delante de ellos el cuerpo sin vida de un hombre. Mediante algunas pistas que irán encontrando en la instancia deberán escapar del cautiverio. Paralelamente tenemos la historia de un detective que investiga el caso de una serie de muertes de un psicópata al que llaman Jigsaw (Puzle).

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Saw es un batiburrillo de varias cosas que el espectador da por hecho que acabarán teniendo conexión entre ellas. Tenemos la figura de Jigsaw, al que nombran así porque a sus víctimas les quita un trozo de piel con forma de pieza de rompecabezas, pero este detalle que parece que será importante queda rápidamente olvidado. Después tenemos una trampa que aparecerá repetidamente en la saga, y es que juegan a hacernos pensar que todas las tramas que vamos viendo suceden en la misma línea temporal.

A nivel actoral se mantiene el nivel de serie B. Un Danny Glover que salvo la saga Arma letal nunca destacó (ni su intento de action hero con Depredador 2); Cary Elwes, que debe seguir viviendo de La princesa prometida y Tobin Bell, que después de verlo como secundario en tropecientas películas, con su papel de Jigsaw ya puede jubilarse tranquilo.

Además teníamos por ahí al co-guionista Leigh Whannell; Ken Leung y Michael Emerson, los Miles y Ben de Perdidos respectivamente; Dina Meyer, la Flores de Starship Troopers; y Shawnee Smith, que su papel sería recurrente en la serie.


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Saw fue una película muy modesta (apenas un millón de dólares de presupuesto) que acabó recaudando más de 100 millones en los cines de todo el planeta, dando inicio a una saga que llega a nuestros días, en la que siempre se intenta rizar el rizo, engañarnos, tendiéndonos trampas y con unos agujeros de guión del tamaño de Albuquerque. Pero si no le buscamos los tres pies al gato, y entramos en su juego sin querer darle demasiadas vueltas a sus explicaciones imposibles, vamos a disfrutar de una ristra de películas malsanas, retorcidas y con suficiente gore como para ofender a los estómagos más curtidos. Cosa que sus responsables potenciaban con campañas de publicidad rodeadas de polémica, sabedores de lo que demandaba su público potencial. A fin de cuentas esto no es más que divertimento para los menos escrupulosos y que sepan tomárselo con el suficiente sentido del humor.



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Saw II (Saw II, 2005). Era imposible evitar una secuela con el tremendo impacto de Saw, así que un año después la teníamos en cines. Situación ésta de estrenar una nueva entrega cada año en época de Halloween que se extendería durante toda la saga.
Aquí nos presentan al detective Eric Matthews (Mark Wahlberg), que consigue capturar a Jigsaw, pero antes deberá salvar a los participantes de su último juego, en el que también está su hijo.
Es realmente en esta segunda parte donde la saga abraza sin rubor al torture porn y tienen el detalle de explicar el porqué Jigsaw cortaba un trozo de sus víctimas. Y nos dejan claro el modus operandi de poner contra la espada y la pared a personas de pasado oscuro, dándoles la oportunidad de sobrevivir pero, a cambio, deberán pasar por un martirio en el que se pueden dejar alguna parte de su anatomía o, directamente, la vida. Personalmente no es mi entrega favorita, tiene cosas interesante pero la cosa parece un Gran Hermano sádico o los hoy tan de moda escape room. James Wan y Leigh Whannell estaban metidos en la producción de Silencio desde el mal y tuvieron que limitarse a aparecer como productores, dándole la dirección a Darren Lynn Bousman (que luego haría la genial Repo! The genetic opera), cosa que haría también haría en la tercera y cuarta entrega. Éste había estado moviendo un guión propio para un film de terror que acabó en manos de los productores de Saw que vieron que podría utilizarse para esta secuela. Recaudó más que la primera (150 millones), lo que permitía vislumbrar que la cosa podría alargarse mucho más. Apuntar el inicio de una colección de pósters y teaser pósters tan imaginativos como sangrientos, que añadirían más polémica a la saga pues muchos eran censurados.



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Saw III (Saw III, 2006). John Kramer, alías Jigsaw, está con un pie en la tumba, con lo que hace que su pupila Amanda secuestre a la doctora Denlon para que lo mantenga con vida, por lo menos hasta que termine el juego que ha iniciado con un padre que ha perdido a su hijo.
Empiezan las piruetas de los guionistas para enhebrar estos nuevos films a los anteriores. En este caso vemos la preparación del encierro de los personajes del primer film por parte de Jigsaw con ayuda de Amanda, personaje que adquiere mucho más peso en la trama. A destacar la perforación de cráneo, una de las escenas más jodidas de toda la saga.
Aquí el tándem James Wan y Leigh Whannell volvió a estar detrás del guión. El presupuesto aumento a 10 millones y las recaudaciones volvieron a ser astronómicas: 165 millones.



Saw IV (Saw IV, 2007). En el estómago del cadáver de Jigsaw, el teniente Hoffman encuentra una cinta en la que se dice que siguen habiendo pruebas preparadas para él.
Al haber muerto Jigsaw parecía que la saga no iba a durar mucho, pero los guionistas se las ingenian para que mediante flashbacks o pruebas que dejó en vida, siga estando muy presente. Nos cuentan su pasado y como su mujer pierde el embarazo por culpa de un drogata. Además, con Amanda y Jigsaw fuera de combate, toma el relevo Hoffman como instigador.
Se nota que en la anterior ya tenían en mente esta nueva entrega. Y entramos de lleno en el pantanoso terreno de personajes de otras entregas que aparecen cuando menos te lo esperas. Haciéndose imprescindible el visionado de las pelis de forma continuada si queremos enterarnos de algo. No es que conecten el final de una con el principio de la siguiente, es que conectan el final de una con el final de la otra y encima conectan todo esto con el principio... Un follón de campeonato.



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Saw V (Saw V, 2008). El inicio empalma con el final de la anterior. Mediante otro flashback descubrimos que Hoffman asesinó a un tipo y lo hizo de forma que todos creyesen que fue obra de Puzle, haciendo que éste último le secuestre y lo fuerce a que siga su obra.
Posiblemente la mejor escena es la que abre el film con ese péndulo con una cuchilla que amenaza con cortar por la mitad a un asesino si no activa un mecanismo que le prensará las manos.
Para dirigirla tiraron de cantera y pusieron a David Hackl, diseñador de producción de las 3 anteriores y director de la segunda unidad de la 3ª y 4ª entrega. En el fondo poco importa quien dirija, porque la cosa es hacer los asesinatos más rebuscados y sangrientos posible, que es lo que demanda el público de la saga.
Pese a que la crítica solía ser negativa, la franquicia seguía recaudando millones a espuertas: 113 millones en esta quinta parte.



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Saw VI (Saw VI, 2009). Básicamente la cinta se podría resumir como un gan flashback en el que vemos al de la compañía de seguros que denegó el tratamiento a Jigsaw y, claro, éste se vengará. Además, vuelven a sacar la trama de los cortes en la piel de los cadáveres con forma de puzle, que en la primera entrega parece que sería un detalle (muy a lo Seven) importante y se quedó ahí.
Ya con el piloto automático, la saga mantiene la estructura básica de flashbacks y sadismo. Estaba ya muy claro que mientras se siguiese recaudando la pasta suficiente, los productores darían el mismo esquema que tan bien les estaba funcionando. Aun y así en esta sexta entrega la recaudación cayó en picado: menos de 70 millones.
Tanto ésta como en la siguiente dirigiría el debutante Kevin Greutert, que había sido el montador de toda la saga. Ah, y sale Darius McCrary, el Eddie de Cosas de casa, lo cual es hasta un detalle gracioso.



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Saw VII 3D (Saw VII 3D, 2010). Además de seguir la acción justo donde terminó la anterior, el principio enlaza con el final de la primera con lo que vemos que el doctor Lawrence Gordon sobrevivió, sacándose de la manga que él siempre estuvo detrás de las acciones de Jigsaw aprovechando sus conocimientos médicos.
Esto de enlazar la primera con esta última tiene gracia, pues los productores pensaron que esta sería definitivamente la última entrega. Y más gracioso es que termine en el baño donde empezó todo. Hasta se marcan una crítica a la sociedad con el detalle del principio con el trio metido de una caja de cristal y la gente de la calle más preocupada de grabarlo con el móvil que de ayudar a las víctimas.
Estamos de lleno en el auge del cine 3D y Saw no puede dejar pasar la oportunidad de usar el formato y lanzarle al público toda la casquería posible, pero no abusan, lo que debió ser una decepción para los que fueron a verla al cine en este formato. Y es que la peli empieza bien pero va perdiendo fuelle. Por suerte la cosa se queda en 80 minutos de fácil digestión.
A niveles económicos la cosa volvió a subir con los más de 130 millones recaudados. No hay que olvidar que las entradas por verla en 3D eran más caras, lo que ayudó a esa mejora. 
Aun y así aquello pegó frenada en seco y dejaron la saga aletargada 7 añazos. Y es que en este Halloween 2017 nos llegará Jigsaw, aunque aquí se titulará Saw VIII. Dirigida por los hermanos Spierig (Los no muertos, Daybreakers), veremos qué pasa. Si la taquilla responderá y si la saga volverá a activarse o se quedará en algo puntual.

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