miércoles, julio 10, 2013

Dagon (La secta del mar)

 Dagon (La secta del mar), Stuart Gordon, Fantastic Factory

Parece mentira, para ya hace más de una década de la aparición de la Fantástic Factory y un lustro de su defunción.

Después de los (pseudo) fracasos de Faust y Arachnid, le tocó el turno a Dagon. Dirigida por el inefable Stuart Gordon, coleguísimo de Brian Yuzna desde los tiempos que juntos parieron Re-Animator, Re-Sonator, Dolls o que, incluso, estuvieron detrás de Cariño, he encogido a los niños, algo muy alejado de lo que sería natural en ellos (aunque esto fue más por las imposiciones de Disney que por propia voluntad).

 Dagon (La secta del mar), Stuart Gordon, Fantastic Factory

La historia parte de La sombra sobre Innsmouth de H. P. Lovecraft. Vale, que trasladar la imaginieria del escritor americano a imágenes en movimiento es casi imposible, e igual de difícil es sacar 90 minutos de un relato de unas pocas páginas. Pero ahí estaban Gordon, Yuzna y el guionista Dennis Paoli para pasarse por alto cualquier tipo de impedimento. No excentos de dificultades, todo hay que decirlo, ya que el proyecto data de mediados de los 80, justo después de Re-Animator, pero la cosa se quedaba atascada cuando presentaban el guión a las productoras. Estas no veían con buenos ojos el tema de personas transmutadas en peces, lo veían algo demasiado zetoso (hola Sergio Martino, hola La isla de los hombres peces), y preferían vampiros o licántropos.


Pasaron los años, y cuando Julio Fernández montó la Fantastic, los americanos desempolvaron aquel añejo guión y lo modificaron para que la acción pasara en un pueblecito gallego.

 Dagon (La secta del mar), Stuart Gordon, Fantastic Factory

Una pareja de jovenes, Paul y Barbara, viajan en un barquito junto a otra pareja, Howard y Vicky, de repente, son sorprendidos por una tormenta que hará volcar el barco y que por el camino perdamos a Howard y Vicky. Nuestros jovenes protagonistas consiguen llegar a tierra firme para encontrarse a Imboca, un pueblo habitado por gente muy poco hospitalaria y que ocultan sus insanas intenciones hacia nuestros protagonistas.

Dagon (La secta del mar), Stuart Gordon, Fantastic Factory

Haciendo una retrospectiva de lo que fue Fantastic factory, Dagon acabó siendo su producción más redonda, luciendo una ambientación muy buena con ese decadente pueblo donde no para de llover, unos maquillajes la mar de conseguidos, unos efectos digitales que por momentos dan perfectamente el pego y, por otros, son flojetes (básicamente en su parte final), un poco de gore para los más viciosos, una banda sonora con gracejo y estilo elfamaniatico y un ritmo frenético.
No por todos estos aciertos hay que catalogarla como peliculón, pero si que, siendo una serie B, está muy apañada.

Aunque, no por eso hay que olvidar absurdidades como la escena del prota cambiando el pestillo de puerta o detalles del guión que quedan en el aire y no se acaban de desarrollar, como la idea que la madre del protagonista era del pueblo.
Pero si el argumento del film no tenía nada que ver con el relato, Gordon y compañia se dedicaron a trufar toda la producción con detalles del universo Lovercraft: la sudadera del prota, la cara de Cambarro...

Ya que poco vamos a rascar del original, por lo menos le daremos algún caramelito al fándom, debieron pensar.
 
 Dagon (La secta del mar), Stuart Gordon, Fantastic Factory

Delante de las cámaras teníamos a un tal Ezra Godden (un sosías de Graham Coxon, que, al igual que Mark Frost, prota de Faust, venía del teatro y cuenta con una filmografía muy escueta). También corrían por ahí como pollo sin cabeza Raquel Meroño, que por la época se le veía mucho por la tele y ahora está bastante desaparecida; Paco Rabal, en lo que sería su último papel en el cine (cosa que no sé si es algo bueno y a saber lo que pensaría del film); Macarena Gómez, hoy muy conocida por La que se avecina o SexyKiller; y un pequeño papel para José Lifante.

Dagon (La secta del mar), Stuart Gordon, Fantastic Factory
  
Dagon parecía que tenía que marcar una línea a seguir, un estilo que los aficionados al fantástico sí hubieran agradecido. Pero al final uno se queda con la sensación que la Fantastic solo daba palos de ciego y Dagon fue un "error fortuito". Rotweiller, La monja, la tercera parte de Re-Animator... eran demasiado barriobajaeras. Curiosamente, cuando parieron otra cosa más o menos digerible fue en su última producción con Bajo aguas tranquilas, que, curiosamente, tiene bastante paralelismos con el film de Stuart Gordon.

2 comentarios:

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  2. en realidad la pelicula no se basa en Dagon, sino en la Sombra sobre Inmouth (inboca), por lo que el argumento si que tiene que ver y mucho con el relato.

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