The Phantom es de esos personajes que, pese a ser anterior a los todo poderoso Batman o Superman, vivió su momento pero luego se diluyó quedando en un segundo plano en el star system de los superhéroes.
Es por eso que sorprendía que a mediados de los 90 Hollywood le dedicara un film, algo así como lo que habí apasado con La sombra un año antes. Personajes que, a priori, arrastrarían más a ir al cine a los más curtidos que a la chavalería.
En el momento de su estreno no me interesó demasiado, por no decir que nada. Ahora, una vez revisionada y mentalizado de lo que me esperaba, he sabido disfrutarla y encontrarle su aquel.
Vale que el film como adaptación del personaje deja que desear y
traiciona bastante la esencia de las viñetas, aqui tenemos un hombre
enmascarado que constantemente sonrie y, lejos de ser un héroe
atormentando que sufre por la pesada carga de su misión (ya sabemos
aquello de "un gran poder conlleva una gran responsabilidad"), parece
que disfrute de patear los culos de los malos y hacer saltos acrobáticos
desde hidroaviones, aparte de ser un poco bobalicón cuando se trata de entablar conversación con las féminas.
Por contra, la cinta es totalmente coherente consigo misma. Nunca esconde su condición de serie B lujosa, pero no deja de ser eso, una serie B totalmente naif, ingenua, ideal para ver en familia un sábado en la sobremesa con los críos, muy del estilo de lis seriales cuarentones.
Imagen promocional que no tenía nada que ver con el tono real de la peli
Por contra, la cinta es totalmente coherente consigo misma. Nunca esconde su condición de serie B lujosa, pero no deja de ser eso, una serie B totalmente naif, ingenua, ideal para ver en familia un sábado en la sobremesa con los críos, muy del estilo de lis seriales cuarentones.
Por fortuna el personaje, qu eluce un traje creado por la factoría de Jim Henson, no requería de grandes efectos
especiales y aquí se gastan lo justo en algún croma resultón y con una
ambientación del Nueva York de los años 40 logradísima, contrastando con
la cueva del protagonista, un cartón piedra tan evidente que uno puede
si no pensar que es totalmente buscado para plantarse de bruces en los
seriales de antaño del personaje.
Toda su coherencia se mantiene en la gente que participó. En el guión Jeffrey Boam, el mismo que escribió El chip prodigioso e Indiana Jones y la última cruzada; en la producción Joe Dante, que se ha pasado toda la vida haciendo homenajes a las series B y Z que devoraba en su infancia, Alan Ladd Jr., que era el presidente de la Fox cuando dio luz verde y se la jugó con una space opera llamada Star Wars, ademas del eterno Robert Evans.
En el reparto más caras conocidas, pero no por ser primeras espadas precisamente: Bill Zane como prota, Patrick McGoohan (siempre será el Número 6) como el espíritu de su padre, Treat Williams (Estamos muertos... ¿o qué?) haciendo del malo de la función, Cary-Hiroyuki Tagawa (Mortal Kombat) haciendo de pirata. James Remar (The Warriors) como sucedáneo de Indiana Jones pero en su reverso oscuro y Catherine Zeta-Jones antes de ser famosa haciendo de femme fatale.
La elección de su director no iba en dirección opuesta por mucho que en su momento gente como Sam Raimi o Spielberg sonasen.
Simon Wincer, director australiano criado en la televisión, que en su haber tiene aquella extraña película titulada Arlequín (con Robert Powell), y que una vez aterrizado en Hollywood facturó películas de, llamémoslas, corte amable. Cosillas como Liberad a Willy, Operación elefante o Relámpago Jack, aquel western humorístico para lucimiento de Paul Hogan.
Una vez vista la poca aceptación de The phantom y, por consiguiente, su
no salto al Hollywood de las mega producciones, volvió a sus terrenos ya
conocidos y cagó la tercera entrega de Cocodrilo Dundee
Posiblemente en su elección para capitanear el rumbo de El
hombre enmascarado tenía mucho que ver en su particiación de la primera
hornada de episodios de Las aventuras del joven Indiana Jones. Los
paralelismos entre la franquicia de George Lucas y esta adaptación del
personaje de Lee Falk son muchísimos. Sin ningún rubor Wincer tomó buena
nota y tiró toda la producción al terreno del Dr. Jones con hidroaviones, puentes colgantes y niños asiáticos.
Casualidades o no de la vida, un par de décadas después, en el fatídico retorno a la gran pantalla del aventurero encarnado por Harrisson Ford, se dedicaba a buscar unas calaveras con extraños poderes. Justicia poetica.
Casualidades o no de la vida, un par de décadas después, en el fatídico retorno a la gran pantalla del aventurero encarnado por Harrisson Ford, se dedicaba a buscar unas calaveras con extraños poderes. Justicia poetica.
Yo era fan de los cómics de El hombre enmascarado. La primera vez que ví la película no me gustó mucho, pero luego le fuí cogiendo más carño.
ResponderEliminarCreo que esta película no gustó a nadie en su primer visionado.
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