jueves, marzo 08, 2012
Las tortugas ninja III
A diferencia de la primera Las tortugas ninja, Las tortugas ninja II era un bodrio infumable que fue machacada por la crítica, el público no acabó de darle la espalda, y los casi 80 millones que recaudó solamente en los USA eran motivos más que suficientes para que se rodase una tercera parte.
Aunque esta vez se lo tomaron con más calma y dejaron pasar un par de añitos antes de su estreno en cines.
Esta tercera entrega de las correrías de las tortugas mutantes consigue subir el nivel de la anterior entrega. Aunque tampoco nos hagamos ilusiones, el nivel estaba tan bajo mínimos que no era difícil mejorar el asunto, pero que tampoco es que nos encontremos a algo parecido al primer film.
El punto de partida de la historia es bastante simplón e ingenuo. April le lleva unos cuantos regalos a las tortugas, entre ellos un antiguo cetro. Como por arte de magia la chica es transportada al Japón del siglo XVII, en su lugar aparece un japonés de esa época.
Donatello investiga el asunto y descubre que el cetro funciona como una máquina del tiempo. Así que con estas consiguen viajar al pasado a buscar a su amiga. Una vez en el antiguo Japón feudal se encontrarán una lucha entre unos pueblerinos y el señor de las tierras.
El no haber conseguido amasar los millones esperados, más el excesivo tono infantil de la anterior entrega hicieron que los productores buscaran un nuevo director. El elegido fue Stuart Gillard, otro habitual de los telefilms y series de televisión.
Además se recuperó el personaje de Casey Jones, volviendo a ser encarnado por Elias Koteas y su pelucón; además de interpretar a una especie de mercenario en el Japón feudal. Otro que volvió fue Corey Feldman, al menos en la versión original, donde ponía la voz a Donatello.
Y como ya no teníamos de malo a Shredder había que buscar uno nuevo, aquí era un señor de la guerra que vendía armas encarnado por Stuart Wilson, el que luego fuera el malo de La máscara del Zorro.
El viejo truco de llevar la acción a una época pasada, para solamente tener que construir un par de cabañas en un descampado, huele a leguas. Además, la ausencia de la empresa de Jim Henson nos hace encontrar unos disfraces bastante peores, con una textura plasticosa que hace que casi veamos las cremalleras de las mácaras. A Splinter hay que darle de comer aparte, su condición de animatrónic acartonado es aquí más evidente que nunca, además de que nunca lo vemos de cuerpo entero, apareciendo solamente su busto.
En este film los trajes corrieron a cargo de All Effects Company, la empresa que había fabricado el Johnny 5 de Cortocircuito o que había trabajado en films como Demolition Man o Matrix Reload. Con un grupo de 60 personas y casi 3 millones de dólares se construyeron los más de 70 trajes que hicieron falta para la filmación, cada cual pesaba 25 kilos.
Como era de esperar esta tercera entrega recaudó poquito, unos escasos 40 millones de dólares, aunque también es cierto que tampoco se gastaron mucho, 17 millones. Con lo que cualquier intento de lanzar una cuarta parte cayó en el olvido. Curiosamente a finales de los 90 apareció una serie para televisión en imagen real llamada Tortugas ninja. La nueva mutación (aquí pudimos ver el piloto en VHS) donde a las cuatro tortugas se les unía una femenina, de la que se aprovecharon muchos detalles de la preparación de la cuarta parte que nunca existió.
Las tortugas ninja III no llega a la genialidad de la primera pero tampoco a los subniveles de la segunda. Seguimos sin nuestro "cowabunga", pero en cambio las tortugas sueltan una morcilla made in Spain como "que mala suerte" que parece imitar al Pepe Gáfez de Alfonso Arús. Casi nada.
Y es una lástima porque los argumentos de viajes temporales siempre molan, pero aquí está totalmente desaprovechado, practicamente ni explican como el cetro es capaz de hacer viajar en el tiempo al que lo tiene en las manos, dándole un toque de magia potagia muy paupérrimo. Además de que no les interesa el tema de las paradojas, ya que a las tortugas les suda la concha cambiar el rumbo de la historia.
Aun pese a todo es peli de una tarde tonta a la hora de la siesta entre cabezada y cabezada. Podía haber sido mucho peor.
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