La historia es más que conocida: Constantint Film, productora alemana que tenía en su haber títulos como la trilogía del dolar de Leone o La historia interminable, poseía los derechos de una posible adaptación cinematográfica de los personajes creados por Stan Lee y Jack Kirby, Los 4 fantásticos.
Durante un tiempo se asoció con la Fox para producirla, llegando a tener en nómina a Chris Columbus para que la dirigiese. Pero el tiempo fue pasando, el proyecto se fue alargando hasta que llegó un momento que los derechos expiraban. La única forma de mantenerlos era estrenar una película fuese como fuese. Solamente se les ocurrió una persona capaz de hacer el film con muy poco dinero y en un plazo de record: Roger Corman.
Con la aparición de su productora, la Concorde, en la producción solamente podía significar que nos encontraríamos una serie B en el mejor de los casos o una Z en el peor.
En la dirección pusieron a Oley Sassone, que apenas tenía dos películas en su haber (entre ellas Obligado a luchar, con Don "The Dragon" Wilson), eso sí, las dos bajo el auspicio de Corman. Él mismo era consciente que se embarcaba en un imposible, "el presupuesto de este film es mayor que una barra de pan", comentaba en las entrevistas. Curiosamente durante la promoción del film se hablaron de 4 millones de dólares, pero al parecer el presupuesto se quedó en poco más de un millón.
Evidentemente el cast sigue en esa línea, con caras más o menos de tercera fila: Alex Hyde-White era Mr. Fantástico; Jay Underwood, que lo recordaremos por Más allá de la realidad o que incluso llegó hacer de chico kriptonita en el Superboy de tv, como Johnny Storm; Rebecca Staab era Susana Storm; Michael Bailey Smith como Ben Grimm, personaje que cuando era la Cosa era interpretado por Carl Ciarfalio; y Joseph Culp en el papel de doctor Muerte. O sea, un reparto totalmente anónimo que seguramente pensaban que sus carreras iban a despegar con el film.
El film comenzó a rodarse a finales de 1992 y terminó en apenas 4 semanas, para luego anunciarse su estreno en cines americanos entre el verano y el invierno de 1993. Pero eso nunca pasó, la película acabó saliendo directamente a vídeo para, poco después, ser retirada de los videoclubs. Y es que la única intención de la productora alemana era estrenar lo que fuese, de la manera que fuese, para poder retener los derechos del cómic y hacer una película por todo lo alto más adelante. Incluso se habla que la propia Fox estaba al tanto de la triquiñuela.
¿Pero tan mala es? Desde luego que no. Su mayor lastre es, evidentemente, un presupuesto irrisorio y que los efectos especiales de la época todavía no estaban tan afinados como para poder recrear en condiciones las aventuras de los 4F.
Está Corman detrás, así que la parquedad está a la orden del día: decorados ramplones (seguramente reciclados de alguna otra producción de la casa), efectos dignos del peor Piquer Simón (ver alargar los brazos a Mr. Fantástico es un suplicio; al igual que la escena donde la Antorcha es recreada totalmente por ordenador, ¡pero menudo ordenador!, ni un Spectrum debían tener, aunque en cambio luego usan un morphing para la transformación de la Cosa y se mantiene en algo mínimamente correcto; y una música que apenas aparece en contadas ocasiones, y cuando lo hace es para cortarse las orejas.
A su favor tenemos que la historia es bastante respetuosa con el cómic original (aunque se sacan de la manga a un personaje llamado el Joyero, que recuerda mucho en su forma de ser al Pingüino de Batman Returns) los trajes de el Dr. Muerte y la Cosa son más que pasables (éste último sigue la línea de Las tortugas ninja).
En definitiva, que es mala pero no tanto como dice la leyenda que le persigue. Más digna de ser algún episodio piloto de una serie condenada al fracaso (como muchos de los 90), que dentro del patetismo que desprende se le puede sacar algún detalle masticable. Pero poco.
Me parecia raro leer algο asi aqui ,en cаmbio eѕtoy bаstante asombrado en esta ocasion
ResponderEliminarVіа ; Carmen