jueves, junio 30, 2011
Doc Savage. El hombre de bronce
Malos tiempos para la lírica, amiguitos. Sin duda he cogido una mala racha: Los inmortales 4, Nick Furia: Operación Manhattan... y ahora Doc Savage. El hombre de bronce. Pero bueno, vamos al lío.
Doc Savage nació originalmente para las novelas estilo pulp en los años 30 de la mano de Henry W. Ralston y John L. Nanovic. El personaje, que tuvo una gran acogida entre los lectores, era una especie de mister perfecto: guapo, super inteligente, fuertote, valiente, dominador de todas las artes de lucha... vamos, una especie de Supermán pero sin los calzoncillos por fuera y sin la función de volar. Todo ello gracias a su padre que le instruyó con los mejores especialistas en la materia.
El personaje, que vive en un ático de Manhattan y, que al igual de Supermán, tiene un escondite en el Ártico, la fortaleza de la soledad, está acompañado de cinco individuos más, un experto en electrónica, uno de los mejores abogados del mundo y cosas por el estilo. Todos ellos se dedican a luchar contra villanos que tienen aspiraciones de dominar el mundo.
El éxito de las novelas hizo que en los 40 el personaje diera el salto a los seriales radiofónicos y a las páginas de cómic, teniendo crossovers con la Sombra, Spirit o Batman.
Fueron pasando los años y los diferentes proyectos de llevar a Doc Savage a la pantalla, ya fuese a la grande o a la pequeña, acababan en aguas de borrajas. Hasta que en 1975 se estrenó la película que hoy nos ocupa.
Si vemos los nombres que tenemos detrás podemos pensar que estamos ante un proyecto cuanto menos prometedor: George Pal, director de El tiempo en sus manos o El maravilloso mundo de los hermanos Grim, en el guión y como productor; Michael Anderson, director de La fuga de Logan u Orca, la ballena asesina, en la dirección; y Ron Ely, el Tarzán televisivo de los 60, como Doc Savage.
Pero no, cuando uno dispone de un guión desfasadísimo y ridículo, y un presupuesto menor que cualquier episodio de la serie de Batman en los 60, pasa lo que pasa.
¿El argumento? No me hagan rememorarlo, por favor. Simplemente terrible.
La película es mala, cutre, pobre. Repleta de diálogos sonrojantes, puramente naif, y con una banda sonora que se dedica a recrear temas de John Philip Sousa, un tipo que hacía marchas militares en 1900. Pero no sólo eso, es que en los títulos de crédito la U, la S y la A de Sousa están en rojo, blanco y azul. Muy miserable todo. Al igual que los efectos de la muerte verde, una serpiente de dibujos animados. ¿Los decorados estilo años 30? Cartón piedra que haría morir de vergüenza ajena al serial más casposo de los años 40.
De forma positiva solamente dejaré caer dos cositas. La presencia de Paul Gleason, uno de los eternos secundarios que será recordado por El club de los cinco. Además de una escueta aparición de Michael Berryman.
El otro tema a destacar son los vehículos de Savage, como el coche o la avioneta, que son de color bronce con su logo incrustado (véase foto superior). Ahora, cuando ves que en el culo del coche lleva un cartelito con un "have no fear Dic Savage is here!" se te caen los machos al suelo.
La película, que en principio debía ser el inicio de una larga franquicia, fracasó estrepitosamente en la taquilla americana. Cosa que hizo que, evidentemente, no se rodase ninguna secuela, pese a que al final del film nos invitaban a ver una nueva aventura de Doc Savage titulada Doc Savage: The Arch Enemy of Evil.
Desde hace 3 lustros o más, desde la época del Fantastic Magazine, que llevo oyendo de una nueva versión cinematográfica con Arnold Schwarzenegger de protagonista. Pero me parece a mi que a Arnie se le ha pasado el arroz.
A mi estas pelis, pese a lo casposillas que puedan parecer hoy en día, me siguen gustando.
ResponderEliminarY a Chuarche se le pasó el arroz hace tiempo. Aunque en su momento, todo hay que decirlo, fué el puto amo ;D
El problema no es que sean casposillas (me encantan las cutreces!) si no que mientras las miras sientas vergüenza ajena.
ResponderEliminarMe parece que la critica es desmedidamente mala, pues es una pelicula infantil. Fracaso en su tiempo pero igual la dieron harto en la tele cuando era niño. Es verdad que es muy infantil pero mirandola con nostalgia de niño no se encuentra taaaaan mala.
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