viernes, enero 28, 2011

Navigator, una odisea en el tiempo

Navigator, una odisea en el tiempo,  Vincent Ward
Recuerdo que esta peli me llevaron a verla al cine Comedia, allá por primavera del 90 (aunque la película es del 88, esas cosas que tiene la distribución de films pequeños) y salí bastante emparanoiado porque a quien se le ocurre meter a un niño de 9/10 años a ver estas historias rocambolescas. Esas cosas que tienen los padres mal informados, que ven un niño en plan medieval y ya se piensan que es infantil.

Pero pese a que Navigator está ambientada en la mitad o más de su metraje en la época medieval muy poco tiene de ese género. Aquí ni hay brujas, dragones y seres fantásticos, espadas, magos, reyes, castillos ni nada de eso.

Navigator, una odisea en el tiempo,  Vincent Ward
Sino que tenemos a un chavalín que en el siglo XIV vive en un poblado del norte de Inglaterra que vive asolado por la llegada de la peste. El chaval tiene sueños premonitorios y en uno de ellos sueña que un acto de fe les librará de la peste, con lo que acaban montando una expedición para colocar una cruz de bronce en la torre más alta de la cristiandad, que está en las antípodas. Con lo que la expedición comenzará a cavar un túnel en dirección al otro lado del planeta.
Y ahí entramos en la trama fantástica, ya que consiguen atravesar todo el globo y una vez en el otro lado aparecen en la Nueva Zelanda del siglo XX.

Navigator, una odisea en el tiempo,  Vincent Ward
Yo creo que es una idea bastante generalizada, pero personalmente me resultan muy cansinas estas películas donde personajes de épocas anteriores aparecen en la actualidad con el inevitable choque de mentalidad. Cosa que además siempre acaba derivando en la comicidad, ahí están los Austin Powers, Los pasajeros del tiempo, Los visitantes no nacieron ayer... Vale, quizá sean ejemplos muy drásticos pero ya me entendéis.

Por suerte aquí no juegan excesivamente con ese elemento, juegan más con el apartado fotográfico. Toda la parte que acontece en el siglo XIV está rodada en blanco y negro, rompiendo con los colores azulados y anaranjados del presente, dando justificación a los inicios pictóricos de Vincent Ward, el director, y que recuerdan a los vitrales eclesiásticos.

Navigator, una odisea en el tiempo,  Vincent Ward
Navigator
tuvo bastante éxito, sobre todo a nivel de premios y crítica. Y ya se los pudieron dar porque la producción pasó por numerosa penalidades.
Tardaron 4 años en rodarla, después de los 2 primeros no tenían suficiente dinero para seguir y tuvieron que suspender la producción y destruyeron todos los decorados que tenían. Un año después consiguieron reiniciarla aunque no con todo el presupuesto que tenían pensado. Se habla que necesitaban como mínimo 20 millones de dólares para poder rodarla como querían y no llegaron a esas cifras ni por asomo.
Aparte de tener que rodarla en lo más alto de los Alpes neozelandeses, donde curiosamente, muy cerca de allí, también se estaba rodando Willow, que acabaron "robándoles" a muchos de sus técnicos ya que en la peli de Ron Howard pagaban mejor.



Después del relativo éxito del film, Vincent Ward fue fichado para dirigir Alien 3, pero lo que pasa en estos casos, las insuflas de artista chocaron con los productores y acabó saliendo de la producción.
A partir de ahí se dedicó hacer un par de dramas y un documental. Aunque por en medio tuvo tiempo de meterse de lleno en el corazón de Hollywood con Más allá de los sueños, un tostón protagonizado por Robin Williams y Cuba Gooding Jr. que fracasó en taquilla que sólo destacaba por la dirección artística y los efectos (no por nada acabó ganando los Oscar en esos apartados).

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