Escuela de jóvenes asesinos en el momento de estreno (1988) fue una bofetada en la cara de todas aquellas comedias de estudiantes universitarios que tanto abundaron en los 80. Aquí también tenemos el instituto, los diferentes clanes que lo pueblan (los deportistas chulitos, los nerds, las pijas, etc) y todas esas putadas que se hacen entre ellos pero visto desde otro punto de vista mucho más cruel, sin chistes ni gracietas de caca, culo, pedo, pis y con bastante más mala uva (aunque sólo sea por momentos). Y además, que como veremos más adelante, tiene varias conexiones con el fascinante mundo de Tim Burton.
La película se abre de una forma similar a Terciopelo azul: barrio residencial con vida de ensueño, fotografía de colores muy vivos y de fondo una versión del Que Sera, Sera, (que sería lo que a la peli de Lynch el Blue Velvet cantado por Bobby Vinton) que se interrumpe con la aparición de una cabeza en un campo de croquet (aunque sería semejante al ataque cardíaco del padre del protagonista en la película de Lynch aquí se acerca más a la referencia de Alicia).
Una vez entrados en faena nos encontramos a tres grandes losers como Winona Ryder (ya tenemos la primera conexión con Burton), Shannen Doherty y Christian Slater. Las dos primeras forman parte del clásico grupito de chicas guapas que sólo les interesa humillar a las feuchas y ponerse a tope con los universitarios. Pero a Winona (que ese mismo año estrenaría Beetlejuice y ya estaba asentando sus bases para ser la niña melancólica y triste que siempre viste de negro preferida de Hollywood) ese rollo no le acaba de gustar, así que se lía con Slater (el clásico personaje malote pero que está al margen de los grupos del instituto y además luce pendiente, lo que le convierte en una persona terriblemente peligrosa) que va de anárquico pirotécnico (una especie de Brad Pitt en El club de la lucha versión teenager).
La cuestión es que los dos son un par de elementos autodestructivos a tener en cuenta y como el que no quiere la cosa le hacen beber productos de limpieza a la jefecilla de las chicas monas y, además, harán creer a todo el mundo que fue un suicidio.Y como no se conforman con eso también se cargarán a un par del equipo de fútbol, volviendo a engañar a todos y haciendo pasar el asesinato por otro suicidio, cosa que conmociona al resto de esutdiantes hasta el punto de que acaben creyendo que el suicidio mola.
Escuela de jóvenes asesinos tiene tres partes bien diferenciadas: comienza como una historia de estudiantes raritos con tintes cercanos a Ghost world, luego está el momento de los asesinatos que le dan un toque negrísimo y al final pega un vuelco no muy acertado convirtiéndola en una peli de psicópatas (no se dejen engañar por el cartel de José Frade, que parece más la última de Charles Bronson que otra cosa).
La peli flojea al final, curiosamente donde más cambios tuvieron ya que tenía un final bastante más necrófilo que la productora (la New World Pictures de Corman) se encargó de cambiar.
Otro cambio curiosote es que aparece un libro, Moby Dick, que originalmente tenía que ser el cacareado El guardian entre el centeno de Salinger, libro de cabecera de cualquier psychokiller que se precie (Chapman and Cía).
Aún y todos estos cambios la peli tiene cierto status al ser una peli que rompía con todas las películas estudiantiles que se venían haciendo y por adelantarse en cierta manera al termino que acuñó Douglas Coupland, generación X.
Y antes de acabar vamos con más conexiones Burton. La productora de Escuela de jóvenes asesinos es Denise Di Novi que acabó asociándose a Burton y co-producir Eduardo Manostijeras, Batman Returns, Pesadilla antes de Navidad y Ed Wood.
El director fue Michael Lehmann, que era su primera peli y luego hizo El gran Halcón, película que fue un desastre en taquilla y le acabó de dar un empujoncito a estancarse en la tv. Curiosamente en un principio iba a ser el director de Ed Wood y Burton el productor, pero cuando éste último leyó el guión le gustó tanto que quiso dirigirlo él mismo, pasando Lehmann a quedarse acreditado como productor ejecutivo, es decir, a cobrar le cheque y poco más.
El guionista fue Daniel Waters que luego escribiría Las aventuras de Ford Fairlane, El gran halcón y Demolition man. Unos años después fue contratado por Burton para escribir el guión de Batman Returns.
Pues en verdad las pelis de teenegers caca culo pedo pis se semejan más a la realidad que asesinatos en el campus.
ResponderEliminarEl cartel es más de Jose Antonio de la Loma.