Vaya par de idiotas

SuperKiko (aka Bill Murray) se sabe ganador y levanta la bola para ser ovacionado por el público antes de su último lanzamiento, lástima de la tía de camiseta de tirantes y pechuga generosa que está a nuestro lado y nos descentra a todos. Bueno, a todos menos a mí, que lo único que veo son chispitas de colores a causa de las lentillas, que me aprietan demasiado y siento los glóbulos oculares a punto de estallar por culpa de la presión mientras me acuerdo de la oculista que me aseguró que esta nueva gamma de lentes que usan el sistema Aquarelease y su función de parpadeo activo harían las delicias de mis maltrechos ojos.

Aún y así oigo el bote de la bola, característica propia de la forma de lanzar de SuperKiko, y como se desliza por el parquet. Strike. SuperKiko ha quedado segundo... por la cola.

Grande Ernie McCracken y su pelo.
Porque si algo nos enseñó Vaya par de idiotas es que los malos no sólo pueden ganar al final, si no que DEBEN ganar.
Pròxima estació: New Balance.