Evidentemente, antes que el cine, la literatura ya había trasteado con historias donde el hombre era capaz de moverse con soltura por la cuarta dimensión, concretamente, el primero, fue un relato de Edward Page Mitchell titulado El reloj que marchaba hacia atrás, que es bastante anterior a La máquina del tiempo de H. G. Wells, posiblemente el más famoso y que dio pie a la no menos famosa El tiempo en sus manos (George Pal, 1960) donde el propio Wells viajaba al futuro. Aunque no ha sido la única vez que el propio Wells viajó por el tiempo en el celuloide, en Los pasajeros del tiempo (Nicholas Meyer, 1979) fue encarnado por Malcolm McDowell que se dedicaba a perseguir a un Jack el destripador (David Warner) que le había birlado su máquina y se había dado un viaje hacia los 70; efectivamente, en la misma época que se hizo la peli y es que el género de viajes temporales es uno de los más tramposos donde abunda los subproductos que para ahorrar costes hacen que los protagonistas se desplacen a la actualidad con el debido ahorro en construcción en los decorados de época (pasada o futura). Esto es lo que podríamos denominar como viajes al presente:
Cyborg 2087 (Franklin Adreon, 1966) -peli de la que bebió, y mucho, Terminator-, Huida del planeta de los simios (Don Taylor, 1971) -tercera de la saga de los simios-, El experimento Filadelfia (Stewart Raffill, 1984) -producida por Carpenter y la New World, y distribuida aquí por Filmayer, donde unos marines viajan de los años 40 a los 80. Además generó una secuela en vídeo-, Terminator (James Cameron, 1984) -una peli de serie B que se convirtió en una franquicia de altos vuelos-, Trancers (Charles Band, 1985)-sucedáneo de Blade Runner producida por la Empire-, Cazadores del futuro (Cirio Santiago, 1986) -subproducto con Robert Patrick haciendo de las suyas-, Star Trek IV:misión salvar la Tierra (Leonard Nimoy, 1986) -Spock se apunta a Greenpace y se dedica a salvar cachalotes-, El vuelo del navegante (Randal Kleiser, 1986) -patochada infantil que intenta seguir la estela de E.T.-, El futuro es ahora (Robert Butler, 1988) -topicazo de poli contra psicópata-, Navigator (Vincent Ward, 1988) -producción australiana muy bien considerada en la época y que genera mal rollo en cada visionado-, Los guerreros de la magia (David Marsh, 1989) -otra caspa con hechiceros corriendo por las calles en los 80-, Warlock, el brujo (Steve Miner, 1989) -clásico de la época de la que se produjeron desastrosas secuelas-, Fuerza futura 2 (David A. Prior, 1990) -con David Carradine haciendo de poli bionico en la era post Robocop-, El señor de las bestias 2 (Sylvio Tabet, 1991) -tardía y pobre secuela de una, ya de por sí, floja peli de espada y brujería-, 2021 Invasión alien (Michael Mazo, 1992) -producto alimenticio para Mark Hamill-, Los visitantes (Jean-Marie Poiré, 1993)-comedia tonta para gente tonta-, Timecop (Peter Hyams, 1994) -uno de los pocos engendros de Van Damme visibles-, 12 monos (Terry Gilliam, 1995) -basada muy libremente en la insufrible La Jetée-, Viajeras del tiempo (Hilary Brougher,1997) -otro de los muchos horrores del cine independiente donde la menopausia hace viajes temporales a bordo de una compresa-, Lancelot guardián del tiempo (Rubiano cruz, 1997) -telefilm con caballeros medievales en Los Ángeles protagonizado por Marc Singer-, Austin Powers (Jay Roach, 1997) -o como el caca, culo, pedo, pis siempre vende bien en taquilla-, Kate and Leopold (James Mangold, 2001) -babosería para mayor gloria de la insoportable Meg Ryan-.
Si nos pasamos a los viajes al pasado el cutrerío continúa presente, ya que también abundan los productos donde reciclamos un bosquecito a las afueras de la ciudad y lo hacemos pasar por la época jurásica o las ruinas del pueblo de la abuela lo transformamos en el castillo de Camelot:
Eclipse en el tiempo (Mitsumasa Saito, 1979) -con Sonny Chiba, en su momento fue amputada en la sala de montaje con lo que el personal no se enteraba de nada-, Un astronauta en la corte del Rey Arturo (Russ Mayberry, 1979) -remake infantil producido por la Disney-, En algún lugar en el tiempo (Jeannot Szwarc, 1980) -escrita por Richard Matherson y protagonizada por Christopher Reeve que, en España, fue estrenada de forma minoritaria en salas de V.O. para mantener la imagen de Reeve como Superman; dramón aburrido donde lo mejor es la forma de viajar al pasado-, Regreso al futuro (Robert Zemeckis, 1985) -uno de los clásicos del cine ochentero que dio para dos secuelas y es pasto de culto-, Biggles (John Hough, 1986) -basada en un cómic y con uno de los últimos papeles de Peter Cushing; el tema de la peli es de John Deacon, bajista de Queen-, Loco experimento (Paul Donovan, 1988) -mala hasta decir basta, su única grácia es el cartel español que es una plagio del de No matarás al vecino de Joe Dante-, Las alucinantes aventuras de Bill y Ted (Stephen Herek, 1989) - una de las primeras pelis importantes de Keanu Reeves que generó una secuela, una serie de dibujos e incluso un juego para Gameboy y Lynx-, La resurrección de Frankenstein (Roger Corman, 1990) -la última peli dirigida por Corman, con Raul Juliá, John Hurt y Bridget Fonda-, Retorno sin cadenas (Roy Campanella Jr., 1991) -aburrida peli racial donde un rapero viaja por el tiempo y lo cogen de esclavo para recoger algodón-, Tortugas ninja 3 (Stuart Gillard, 1993) -la más floja de las tres y donde ya se notaba la falta de presupuesto-, El sonido del trueno (Peter Hyams, 2005) -decepcionante bodrio basado en un relato de Ray Bradbury con los peores efectos especiales del cine moderno-.
Y continuando hacia el futuro es cuando se puede ver si la película tiene pasta, ya que las ambientaciones futuristas son donde más gastos se requieren (de ahí la escasez de títulos), a no ser que se utilice otro triste recurso de futuro post-apocalíptico. Donde, con la escusa de una gran guerra o algún tipo de bomba nuclear, podemos tirar la producción adelante filmando en alguna zona desértica o un buen descampado, que para el caso es lo mismo:
El planeta de los simios (Franklyn J. Schaffner, 1968) -uno de los clásicos del cine fantástico y no tan fantástico que propulsó secuelas, series animadas, series de tv, remakes...-, Regreso al futuro 2 (Robert Zemeckis, 1989) -gracias al éxito de la primera y a la producción de Spielberg hay dinerito para construir un futuro muy chulo a la par que (en algunos aspectos) creible; rodada a la vez que la tercera parte, que es la más floja de la trilogía-, Freejack (Geoff Murphy, 1992) -curiosísima y fallida peli con Emilio Estevez, Mick Jagger y Anthony Hopkins-, Waxwork 2 (Anthony Hickox, 1992) -floja continuación donde los protas viajan a diferentes épocas, entre ellas al futuro, donde es en clave Alien-, Primer (Shane Carruth, 2004) -pequeña y difícil de seguir peli de viajes a un futuro inmediato que tuvo bastante éxito en festivales del fantástico pero de la que nadie se entera de que va-.
Y para finalizar he dejado el producto autóctono, donde destacan la cantidad de pelis de animación y, como no, alguna bizarrada de la época del destape:
La otra vida del capitán Contreras (Rafael Gil, 1954) -producto ideal para Cine de barrio con Fernando F. Gómez-, Mortadelo y Filemón, el armario del tiempo (Rafael Vara, 1971) -después de los Festivales del humor los estudios Vara hicieron este clásico de la animación española-, El erótico y loco túnel del tiempo (Jose A. Rodríguez, 1983) -clasificada "S" donde su título lo dice todo-, Despertaferro (Jordi Amorós, 1990) -peli de dibujos producida por TV3 para mayor gloria de los almogávares con doblaje de la Trinca-, El niño invisible (Rafael Monleón, 1995) -producto al servicio de un grupo musical infantil de la época donde viajan al pasado gracias a una Gameboy (sic)-, Lluvia en los zapatos (María Ripoll, 1999) -nuevo engendro al servicio de Penélope Cruz-, Puerta del tiempo (Pedro Delgado, 2002) -o como Delgado cae en la decadencia-, Gisaku (Baltasar Pedrosa, 2006) -otra insufrible peli animada que parece una guía turística de España-, Los cronocrímenes (Nacho Vigalondo, 2008) -otro quiero y no puedo (ni sé) del cine patrio-.
estoy de acuerdo en el planteamiento de que si son pelis que viajan al pasado, con cuatro duros y un descampao la hacen, lo mismo con las de viajes al presente (asi cualquiera) y lo mismo con las que viajan al futuro, mas pasta y mas riesgo.
ResponderEliminarMencionas muchisimas de las que conozco menos de la mitad pero que pintan horribles la mayoria.
¿No te molo "el sonido del trueno"? pero si tiene unos cromas guapisimos tipicos del club babalá.Reconoce que la historia es buena.
Si te pones a pensar más del 90% de las pelis con esta temática son malas. La mayoría son de bajo presupuesto, así que hacen eso, aprovechan cualquier cosa que tengan a mano: un desierto, un castillo... y con eso ya tiran. Es como en Masters del Universo, que construyeron el interior del castillo de Greyskull (y si te fijas tiene trampa porque tiene mucha superposición mate), los exteriores de eternia eran un solar y hacían que toda la peli pasara en nuestro planeta. Y ya ni comento que la mayoría de personajes no eran los de la serie y estaban inventados para la ocasión.
ResponderEliminarEl problema de El sonido del trueno, es que ya había leído alguna versión en cómic aparecida en algún Creppy y el relato corto original de Bradbury (que está dentro de ese recopilatorio que comentaba, Cronopaisajes) y no se pueden ni comparar con la peli.
La escena que van en coche y se abre una grieta en el suelo es muy fuerte, parecen cochecitos Lego.
Lo dicho, para hacer el futuro o tienes a Spielberg detrás para que te haga Regreso al futuro 2 o acabas haciendo habitaciones blancas sin mobiliario y con puertas de esas que se abren solas cuando alguien se acerca y trajes de papel albal.
y kimonos de judo, calvas de goma, pantallas tactil que son adhesivos y muchos leds. Recuerdas aquellas pistolas de juguete que le zumbabas continuamente al gatillo y tiraba chispas por el cañon? eran de color pero trnsparentes dejando ver un complicado mecanismo para hacer chispas...que guapas...estas tambien valdrían
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